Cartografia De Riesgo
jose19310 de Abril de 2015
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LA CARTOGRAFÍA DE RIESGO COMO INSTRUMENTO TÉCNICO PARA LA REUBICACIÓN DE LA INDUSTRIA LADRILLERA DEL MUNICIPIO DE JUÁREZ, MÉXICO
Alba Yadira CORRAL AVITIA, Antonio DE LA MORA COVARRUBIAS, Alma Delia COTA ESPERICUETA, Rafael CORRAL DÍAZ, Katya Aimeé CARRASCO URRUTIA y Laura Elena SANTANA CONTRERAS
Instituto de Ciencias Biomédicas, Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Apartado Postal 32310, Zona Pronaf, Ciudad Juárez, Chihuahua, México. acorral@uacj.mx
Recibido marzo 2008
Aceptado agosto 2009
RESUMEN
En Ciudad Juárez, Chihuahua, la industria ladrillera se ha incrementado desde la década de los sesenta a la par del crecimiento urbano. Los 312 hornos ladrilleros distribuidos en distintos sectores dentro del área urbana representan un problema ambiental. El objetivo del estudio fue determinar áreas geográficas idóneas en el Municipio de Juárez para la reubicación de la industria ladrillera, a fin de minimizar el riesgo ambiental. Se utilizó la técnica de análisis multicriterio (AMC) con base cartográfica digital en un sistema de información geográfica (SIG). Los factores seleccionados para el análisis incluyen aspectos biofísicos, sociales y económicos. Para determinar el efecto de la operación de los hornos se definió una escala estimativa de riesgo de nueve dígitos mediante un análisis jerárquico multicriterio y la técnica Delphi modificada. Los factores ponderados se cartografiaron en el SIG con la extensión Spatial Analysis®. De la superposición de los mapas se obtuvieron polígonos con diferentes grados de vulnerabilidad hacia la población y el ecosistema. En general, la zona urbana, la ladera Este de la Sierra Juárez, la zona de dunas y la región agrícola del Valle de Juárez cercana a la ciudad, resultaron ser áreas de alta vulnerabilidad para la operación de la industria ladrillera. 90.3 % de los hornos existentes están localizados en áreas de mediana a alta vulnerabilidad. Con los datos obtenidos en este estudio, la reubicación de las ladrilleras puede ser llevada a cabo bajo criterios técnicos sólidos, siempre y cuando vaya acompañada de una legislación pertinente al respecto.
Palabras clave: ladrilleras, análisis multicriterio, sistemas de información geográfica.
INTRODUCCIÓN
De la operación de hornos ladrilleros se derivan riesgos a la salud principalmente por las altas emisiones de contaminantes. En general, los factores de riesgo están clasificados de acuerdo a su peligrosidad, exposición y vulnerabilidad. La peligrosidad hace referencia al conjunto de características que crean un fenómeno dañino definido por su nivel de severidad y probabilidad de ocurrencia. La exposición corresponde al ámbito territorial o a la población susceptible de sufrir daño como resultado de un fenómeno natural catastrófico o de la presencia de una actividad tecnológica peligrosa. La vulnerabilidad está definida como la posibilidad de que una comunidad o un territorio sensibles experimenten daños tanto a corto como largo plazo (Ayala–Carcedo 2000, Bosque et al. 2005).
Las investigaciones referentes a los riesgos sobre la población que representan actividades tecnológicas potencialmente peligrosas se han centrado en estudios de vulnerabilidad y exposición territorial (Bosque et al. 2005). La caracterización y definición de ambas requiere una gran cantidad de información espacial, como datos referentes a la localización de elementos que pueden generar riesgos naturales o antrópicos, además de aspectos sociodemográficos, económicos y culturales (Ayala–Carcedo 2000, Aguirre–Murua 2005). La expresión cartográfica es una herramienta útil en la valoración y gestión de los riesgos al establecer una zonificación a partir de la combinación de mapas de niveles de peligrosidad, vulnerabilidad y exposición. La ejecución de cartografía de riesgos en ordenamiento territorial propone evitar daños a comunidades vulnerables. El mapa de riesgos resultante constituye una herramienta de orientación para planificar el uso de suelo (Aguirre–Murua 2005, Bosque et al. 2005).
La evaluación de riesgos trata de una valoración cualitativa, indirecta y con carácter predictivo donde se definen zonas con diferentes niveles de riesgo, sin sustituir la ejecución de estudios pormenorizados sobre el terreno. Los sistemas de información geográfica (SIG) son instrumentos eficaces para la elaboración de cartografía de riesgos, con la característica de facilitar la incorporación de datos digitales de carácter espacial para análisis y modelación de fenómenos complejos (Aguirre–Murua 2005).
Un problema frecuente en el ámbito del ordenamiento del territorio es la toma de decisiones en actividades potencialmente peligrosas. En dichos casos, se debe resolver el conflicto entre los intereses generales y locales mediante un proceso de comunicación del riesgo. Diversos estudios han demostrado la aplicación de los SIG y el análisis de multicriterio (AMC) con el fin de presentar soluciones alternativas a los actores implicados en la controversia (Malc–zewsky 1999, Díaz–Muñoz y Díaz–Castillo 2002). Silva et al. (2006) describieron una metodología de SIG con AMC para determinar la ubicación más apropiada de sitios para la disposición de residuos sólidos urbanos. Mena et al. (2006) integraron la geomática y el AMC para generar un modelo de acogida para determinar los mejores sitios para la ubicación de un relleno sanitario. Peluso et al. (2003), mediante parámetros socioeconómicos, determinaron áreas geográficas de vulnerabilidad al consumo de agua potable contaminada. Ciminari et al. (2003) cartografiaron los conflictos ambientales en el área de los valles inferiores de los ríos Lima y Neuquén en Argentina, referidos a asentamientos urbanos en zonas inestables. Los resultados de tales estudios permitieron detectar las áreas problemáticas caracterizadas por alta densidad poblacional y asentamientos humanos espontáneos. Vatalis y Manoliadis (2002), usando factores ambientales, socioeconómicos y técnico–operativos, determinaron áreas seguras para la ubicación de un relleno sanitario. Con los mismos factores ambientales, Gallardo et al. (2005) desarrollaron la herramienta Localización de Instalaciones de Gestión de Residuos (LIGRE) que asociada a un SIG permite evaluar geográficamente zonas para determinar su aptitud como sitios de manejo de residuos. Tudela–Serrano et al. (2000) realizaron una búsqueda de áreas idóneas para la construcción de urbanizaciones mediante herramientas temáticas de análisis local, reclasificación y superposición de mapas, partiendo de criterios de carácter físico y económico.
Desde el plano teórico–científico, los mapas ambientales tienen una proyección muy valiosa en el ámbito de las aplicaciones prácticas, pues los problemas a resolver comúnmente suponen la interacción de diversas variables. El AMC permite la integración y búsqueda de interrelaciones para la toma de decisiones acertadas (García–Abad 2002).
Los hornos ladrilleros típicos a cielo abierto son construidos de forma artesanal, consumen grandes cantidades de combustibles como leña, aceite automotriz reciclado, carbón, combustóleo, diesel, llantas usadas, basura y plásticos. La combustión ineficiente de estos hornos favorece la emisión de partículas sólidas totales (PST) y gases de invernadero, entre los que se encuentran los óxidos de nitrógeno, de azufre y de carbono. González et al. (1998), en España, reportaron además la presencia de flúor, cloro y bromo en las emisiones de hornos ladrilleros a cielo abierto. Bruce et al. (2007) reportaron la presencia de compuestos orgánicos policlorados cancerígenos por la quema de algunos de los combustibles mencionados anteriormente.
La industria del ladrillo es una actividad asociada a los sectores más pobres de la comunidad. En lo particular, en Ciudad Juárez, Chihuahua, esta actividad se ha incrementado drásticamente desde la década de los sesenta a la par del crecimiento urbano. Actualmente existen 312 hornos distribuidos en distintos sectores dentro del área urbana, que constituyen un riesgo ambiental y de salud (Bruce et al. 2007). El tiempo de quemado promedio de diez mil ladrillos en un horno convencional abierto es de 12 horas, a una temperatura aproximada de 600 ºC. Este proceso genera alrededor de 86 kg de PST por quema. En el municipio de Juárez, un horno a cielo abierto opera en promedio 36 veces al año.
La Agencia para la Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos ha establecido estándares nacionales para la calidad del aire ambiental (NAAQS, por sus siglas en inglés) para proteger a la población de la exposición a grandes cantidades de contaminantes. Los contaminantes criterio sont ozono, plomo, monóxido de carbono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y material particulado respirable. Cuando los niveles de alguno de estos contaminantes exceden los límites máximos permisibles, el área se clasifica como en incumplimiento. Si esto sucede, la EPA aplica ciertas regulaciones federales en las emisiones de contaminantes y designa un periodo para que el área cumpla con el estándar.
En términos de contaminación atmosférica, la Región Paso del Norte –la cual incluye el municipio de Juárez, México, El Paso, Texas, y Sunland Park, Nuevo México– actualmente está en cumplimiento con los límites máximos permisibles en la concentración de todos los contaminantes mencionados (USEPA 2008). Sin embargo, la operación intermitente de la industria ladrillera a lo largo del año genera altos niveles de contaminación durante el proceso de cocción, provocando excedencia en los límites permisibles. Como resultado, el Comité Consultivo Conjunto de la Calidad del
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