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El túnel

mafalda3635Ensayo14 de Noviembre de 2013

3.758 Palabras (16 Páginas)324 Visitas

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Conclusión personal de “Eltúnel” (Interpreta forma y fondo)Este libro llama la atención por su colores y hasta la textura quetiene cada hoja de sus paginas pero lo que importa es elcontenido que para nosotras es bastante interesante ya quehabla de una historia que puede ser real y cuenta que JuanPablo Castel mató a la que era su amada María Iribarne estanovela te enseña a que lo mas pequeños detalles siempreeran los mas importantes. Mientras lo vas leyendo fuegenerando una serie de sentimientos encontrados que sonemoción, desesperación., tristeza, nostalgia, amor, pero sobretodo te lleva a crear la reflexión . Te imaginas como sucedieronlas cosas, las características de cada personaje que apareceen la novela, aprendes que la gente comete errores que eneste caso causo la muerte de esta mujer yamencionada, también aprendemos que este personaje trata deolvidar lo malo que hiso y lo que quisiéramos saber esta novelaes el porque si el siente culpa de haber cometido este acto dehaber matado a la mujer que el amaba, el mismo cuenta suhistoria y como da detalles de todo lo que pasa.

Este cuento relata la venganza de la joven Emma Zunz contra su empleador, Aarón Loewenthal, culpable del encarcelamiento y suicidio de su padre. Emma recibe una carta que anuncia la muerte de su padre, y desde entonces piensa en matar a Loewenthal, asegurándose de aparentar que hacía en defensa propia. Para ello tiene relaciones sexuales con un marino, y luego se encamina a la oficina de su jefe, haciendo uso de la confianza que le tenían, siendo fin de semana, y con la excusa de advertirle sobre una posible huelga.

Induciendo a que Aarón saliera de su despacho para buscarle un vaso con agua, logró hacerse del arma que su jefe guardaba en el escritorio; al volver éste lo mató con tres tiros. Llamó luego a la policía; la evidencia de que había actuado en defensa propia estaba dentro de su vientre.

La problemática de la representación verbal de la realidad es uno de los temas centrales en la obra de Jorge Luis Borges. En las líneas que siguen, pondremos en relación las ideas que desarrolla al respecto en sus ensayos "La postulación de la realidad" y "El arte narrativo y la magia" (Discusión, 1932), con los mecanismos literarios desplegados en la elaboración de su cuento "Emma Zunz" (El aleph, 1949). En el primero de los ensayos mencionados, Borges busca negar la propuesta de Croce acerca de la identidad de lo estético y lo expresivo, demostrando que los procedimientos "clásicos" de representación de la realidad, basados en una radical confianza en el lenguaje para lograr objetividad y verosimilitud, construyen relatos de gran poder sugestivo y de ficcionalización. Esta idea se completa en "El arte narrativo y la magia", donde explora los mecanismos discursivos clásicos por medio de los cuales se verosimiliza lo fantástico; propone, además, una caracterización del texto narrativo como un orden estricto y autónomo que, organizando los diversos elementos según una causalidad extremadamente rigurosa como la de la magia, despliega "un juego preciso de vigilancias, ecos y afinidades"1, de modo que cada episodio tiene proyecciones hacia todo el relato y crea, además, un "argumento secreto" tras el argumento inmediato.

En el cuento "Emma Zunz" se plantea el problema de ¿cómo se dice, cómo se lee, cómo se escribe la verdad? Aplicando los procedimientos literarios del escritor o "proceder" clásico, que quiere limitarse "a registrar una realidad, no a representarla" (218), Borges demuestra que aun respetándolos rigurosamente no es posible decir, leer y escribir la verdad, demuestra la insuperable distancia entre el lenguaje y su referente empírico y cómo ella hace posible y multiplica las postulaciones de la realidad, en lo que radica su carácter eficaz en su misma ineficacia. En efecto, Borges despliega los tres modos que distingue de "la postulación clásica de la realidad" para llevarlos a su máxima tensión y construir un relato que, a pesar de ser verosímil, de corte "realista" y no fantástico, desrealiza la realidad representada; un relato donde el "juego preciso de vigilancias, ecos y afinidades" acaba por construir una serie de versiones distintas de los mismos hechos: versiones, inversiones, reversiones, subversiones que coexisten y se interpenetran insospechadamente, descentrando el relato en una diversidad de argumentos secretos.

Comenzaremos por examinar la aplicación de los tres modos que asume "la postulación clásica de la realidad":

El primero de ellos es "la notificación general de los hechos que importan" (220), es decir, solamente la mención de los sucesos o circunstancias que resulten fundamentales en el desarrollo del relato, sin detenerse en la proliferación de detalles que no tengan mayor significación. Se practican aquí los procesos de selección e imprecisión que, al constituir también las operaciones básicas de los procesos psicológicos de percepción de la realidad, favorecen la verosimilitud en literatura. Lo apreciamos en diversos lugares del cuento, tales como sus primeras líneas o el penúltimo párrafo, que citamos a modo de ejemplo:

Los ladridos tirantes le recordaron que no podía, aún, descansar. Desordenó el diván, desabrochó el saco del cadáver, le quitó los quevedos salpicados y los dejó sobre el fichero. Luego tomó el teléfono y repitió lo que tantas veces repetiría con esas y otras palabras: Ha ocurrido una cosa que es increíble... El señor Loewenthal me hizo venir con el pretexto de la huelga... abusó de mí, lo maté... (568).

Párrafo que resulta particularmente interesante, pues permite observar desde ya que no sólo el narrador, sino también la protagonista del relato aplica los procedimientos "clásicos" de representar la realidad. Veremos más adelante los efectos de tal recurso.

Este primer modo es el procedimiento básico que se utiliza para construir el "argumento inmediato" del texto: la historia de una joven que venga a su padre elaborando un complicado plan para castigar impunemente al verdadero culpable del robo por el que su padre fue condenado.

El segundo modo propio de la postulación clásica de la realidad es "imaginar una realidad más compleja que la declarada al lector y referir sus derivaciones y efectos" (220). Se aproxima más a lo particular, consiste en enunciados o declaraciones que aluden a otra realidad abriendo el relato a posibilidades narrativas no desarrolladas en el texto. A modo de ejemplo podemos mencionar una brevísima observación del narrador, que figura entre paréntesis, cuando refiere los recuerdos que asaltan a Emma al enterarse de la muerte de su padre: "Recordó veraneos en una chacra,... recordó (trató de recordar) a su madre,... recordó el auto de prisión, el oprobio,..." (564). Esta declaración, unida a la reciente mención de "los antiguos días felices" cuando Manuel Maier era Emmanuel Zunz, insinúan una realidad más amplia en relación con la vida familiar de los Zunz en el pasado, durante la infancia de Emma, sugiriendo la existencia de algún distanciamiento problemático entre la niña y su madre, de quien no se dan nunca mayores antecedentes. El blanco que produce en el texto esta alusión hará eco, como veremos en otro enunciado, que señala la imposibilidad para Emma de olvidar a su padre y repercutirá en el resto o en la totalidad del relato, configurando uno de sus múltiples sentidos.

Otro ejemplo destacable alude a hechos posteriores a los ocurridos en 1922, se trata de la pregunta que el narrador se formula al relatar la puesta en práctica de la primera etapa de su plan: " cómo recuperar ese breve caos que hoy la memoria de Emma Zunz repudia y confunde?" (565); esto deja abierta la posibilidad no realizada de relatar lo que "hoy" sucede con la protagonista.

El tercer modo de representación clásica de la realidad, "ejerce la invención circunstancial" (221), lo encontramos aplicado, por ejemplo, en los siguientes fragmentos del cuento:

Recogió el papel y se fue a su cuarto (564).

De vuelta, preparó una sopa de tapioca y unas legumbres, comió temprano, se acostó ...(565).

...donde la había dejado la antenoche, estaba la carta de Fain. Nadie

podía haberla visto (565).

Fragmentos indicadores de la gran soledad de Emma, de su pobreza y desamparo una vez perdida su familia y su bienestar, todo lo cual aumenta su amargura y fomenta los desesperados y tal vez desquiciados juegos de su imaginación, atribuyendo culpas, formulando sentencias y urdiendo trampas mortales. Este rasgo queda expresado sintéticamente ya al comienzo del relato, cuando se informa que Emma es obrera en una fábrica de tejidos; del mismo modo, ella es también una araña que teje hábilmente su tela para atrapar a su víctima.

Según Borges, estas invenciones circunstanciales pueden adoptar también la forma de "pormenores lacónicos de larga proyección" (221) dentro del texto en que aparecen; con su desenvolvimiento o encadenamiento en serie pueden construirse incluso extensas narraciones. En este punto, entonces, sus planteamientos sobre este tercer modo se tocan con las proposiciones que hace en su ensayo "El arte narrativo y la magia" respecto de una causalidad mágica como la única posible en la obra narrativa, ya que este riguroso orden se traduce en que "todo episodio, en un cuidadoso relato, es de proyección ulterior" (231). Siendo así, pueden incluirse dentro de este modo de representación enunciados como el siguiente: "recordó la casita

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