La Tecnología Se Inspira En La Naturaleza

LA TECNOLOGÍA SE INSPIRA EN LA NATURALEZA

Algunas invenciones humanas como el radar, el sonar, la electricidad o la misma rueda son, en realidad, aplicaciones de principios que han sido utilizados desde tiempos inmemoriales por otros seres vivos.

Hace apenas unas decenas de años el hombre empezó a fijarse detenidamente en los mecanismos y estructuras de los seres vivos para ver que podía copiar de ellos. Ha sido una observación fructífera, porque muchas realizaciones técnicas son simples imitaciones de la naturaleza.

Para que sus submarinos avanzaran más rápidamente en el medio acuático, los norteamericanos concibieron un caso inspirado en el delfín. Los aviones de las líneas comerciales se someterán en años futuros a una modificación de las alas inspirada en las de las aves rapaces. Estos son apenas unos pocos ejemplos de cómo el hombre se beneficia aprendiendo de la sabiduría de la naturaleza

El hombre único ser dotado de un cerebro inteligente, es el exclusivo habitante del mundo con capacidad de invención. Pero aunque miles de animales o de plantas carecen de los atributos del hombre, han sobrevivido con éxito gracias a su capacidad de adaptación.

El origen de la rueda siempre ha fascinado al hombre moderno. Para explicar las primeras etapas de su desarrollo, se han propuesto muchas y contradictorias teorías. Parece ya establecido que las más antiguas representaciones de vehículos con ruedas son dibujos de 400 años antes de Cristo, inscritos en tabletas de arcilla de la antigua Mesopotamia. Este nuevo sistema de transporte se perfeccionó con la invención del eje.

La invención de la rueda necesitó siglos de reflexión y una gran inteligencia. Sin embargo en el desierto de Namibia en el África Austral vive una araña, la “dama blanca”, para la que la rueda es algo innato. Cuando encuentra planos inclinados no usa las patas para descender como lo hacen las demás arañas, sino que se echa a rodar sobre sus rótulas.

Probablemente el primer diseño de una máquina voladora basado en características animales fue el de Leonardo da Vinci en 1505. Anotaba él que el animal que más debía imitarse para el vuelo es el murciélago, porque en él la piel recubre y refuerza la armadura que es la parte esencial de las alas.

Casi 500 años más tarde, al analizar el vuelo de los buitres, los científicos se dieron cuenta de la acción de las plumas remeras en la extremidad de las alas, que operan como si fueran los dedos de una mano. Después de esta observación los ingenieros de aviación tuvieron la idea de fabricar pequeñas aletas metálicas, como las citadas plumas, para agregarlas a las alas de aviones prototipo y probarlas en túneles de viento. Se demostró que el dispositivo engendra menos turbulencia

...