Pueblo mexica

El actual territorio del municipio de Texcoco ha sido escenario de un sinfín de cambios que ha tenido nuestro país. La historia de Texcoco se centra no solamente en la localidad de la región, también su historia es de alto impacto por su ubicación dentro del Altiplano Central, pues con ella se puede comprender el devenir del pueblo mexica.

Existen demasiados supuestos sobre la conformación de los primeros habitantes de esta región. Con certeza no conocemos el origen ni mucho menos la configuración étnica que los primeros pobladores tenían, lo poco que tenemos y lo que podemos considerar como cierto es aquello que se ha preservado en los códices, como son: Xólotl, Tolotzin y Quinatzin. Los cuales, por obvias razones, formaron parte de la manipulada historia que algunos gobernantes trastocaron con la finalidad de legitimar su poderío. Con todo esto no hay que desanimarnos de la historia de nuestros antepasados, pues una prudente suposición en la región, nos hace pensar que los primeros pobladores de Texcoco podrían haber sido de distintos lugares y culturas, como lo son: teotihuacanos, toltecas o chichimecas. Recordemos que Mesoamérica no era un lugar en donde las civilizaciones permanecieron aisladas y estáticas, la comunicación entre culturas era pan de todos los días.

La historia de los habitantes de Texcoco, denominados muchas veces acolhuas, se centra en la personalidad de uno de sus más grandes tlatoanis, Netzahualcóyotl, quien nació el 28 de abril de 1402. Dicho tlatoani formó parte sustancial de lo que muchos llamaríamos Señorío de Texcoco, sus buenas relaciones le valieron para construir un poderoso reino que los liberó de los tuxpanecas. Su reinado duró más de cuarenta años, en los cuales existió un importantísimo desarrollo en la cultura, en el arte y en la construcción de distintitos complejos arquitectónicos. Más tarde, en 1430 Texcoco formó parte de la Triple Alianza con México-Tenochtitlán y Tlaco pan, lo que lo convirtió en uno de los señoríos más importantes del Altiplano Central.

El 3 de noviembre de 1519 arribó Hernán Cortés a Texcoco cuando Cacamatzin

era señor de estas tierras. Una vez iniciado el sitio de la gran Tenochtitlán, Cortés facturó los bergantines que utilizó para dicha invasión en tierras texcocanas, donde actualmente se encuentra el monumento del "Puerto de los Bergantines". Una vez concluida la conquista española y una vez que los territorios texcocanos formaron parte de la corona ibérica, la evangelización de éstos entró en proceso. Los primeros evangelizadores despachados por el imperio español que llegaron a Texcoco, fueron fray Juan de Tecto, fray Juan de Ayora y fray Pedro de Gante. Como bien se sabe, fray Pedro de Gante fundó la primera escuela de artes y oficios de todo el continente, en la cual se enseñaba latín, castellano, sastrería, bordado, carpintería y tejido. Además fray Pedro de Gante escribió el primer catecismo en lengua náhuatl para la enseñanza de la doctrina cristiana.

Y fue así que el 9 de Septiembre de 1551 el rey Carlos I de España al ver el desarrollo de este territorio le concedió el título de Ciudad y por ende le otorgó un escudo de armas. Esto transformó a Texcoco en la segunda ciudad más importante de América. Con el paso del tiempo el desarrollo de todo el Altiplano Central fue lento, pues los malos caminos, las condiciones precarias de la vida y el sometimiento de los naturales provocaron que muchas ciudades aledañas a la Ciudad de México permanecieran en un constante rezago hasta la Independencia de México. Sin embargo, una vez que la nación mexicana buscaba la consolidación del Estado-nación como forma imperante de gobierno, Texcoco comenzó a denotar por su producción agropecuaria, lo cual se reflejó en la fundación de haciendas y ranchos que atrajeron más población al municipio. Todo esto generó una prosperidad que se vio reflejada cuando el Gobierno del Estado de México, el 4 de enero de 1827, designa a Texcoco como la segunda capital de dicha entidad. Poco tiempo después se designó a esta ciudad como punto de encuentro para el Congreso Constituyente que en 1827 sancionó la Primera Constitución Política del Estado de México bajo la presidencia de este órgano colegiado el Dr. José María Luis Mora

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