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RIESGOS DE LA BIOGENETICA

Daysi108329 de Septiembre de 2014

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RIESGOS DE LA BIOGENETICA

“RIESGOS” DE LA BIOGENÉTICA

DERECHO, GENÉTICA Y ECOLOGÍA

Jan M. Broekman

Se asocian dos “riesgos” con la biogenética: la fabricación del hombre y el dominio genético de la naturaleza y de la sociedad. En ambos casos se atribuye una influencia importante al derecho. Nos enfrentamos con regulaciones jurídicas que legitiman la realización de esos “riesgos”, dirigiéndolos con una perfección inquietante. También se van imponiendo bajo la forma de una ética. Sin duda, la ética sigue siendo juridiforme, pero debe darle nueva forma al hombre y al mundo.

Imagen del futuro

¿Cómo valorar estos desarrollos y efectos de la biogenética, del derecho y de la bioética? Esta pregunta va unida a dudas, temores y el sentimiento de un riesgo creciente. Tiene gran importancia saber qué alcance tiene aquí hablar de riesgos biogenéticos, es decir, de la participación de la biogenética en los desarrollos que hemos citado. ¿Son riesgos de la biogenética en cuanto ciencia? ¿O tendríamos que ubicarlos en otra parte, por ejemplo en el pensamiento social, en la ética y la política, o en nuestras imágenes del futuro?

De hecho, la vida cotidiana y la ciencia nos ofrecen una imagen de la generación futura que comprende al menos los siguientes componentes:

a) Se ha perfeccionado un conocimiento y una técnica que permiten prevenir y curar enfermedades mediante consultas clínico-genéticas y, posteriormente, mediante intervenciones en el patrimonio genético. El acceso a la informaciòn germinal humana posibilita no sólo la manipulación genética hereditaria, sino una selección de las características hereditarias. Un concepto absoluto de la salud, aceptado a nivel mundial, es el trasfondo de estas medidas terapéuticas y profilácticas.

b) Un segundo componente, estrechamente vinculado con lo técnico, político y filosófico, es el ecológico. En particular, la biogenética se extenderá desde el micronivel hasta el meso y macronivel de la vida natural. A nuestra disposición se encuentra el control más perfecto del ambiente del hombre; cada vez más, el mundo de la vida humana es concebido como mundo-ambiente humano; simultáneamente, el interrogante ecológico se hace cada vez más urgente.

c) El tercer componente debe garantizar una cierta unidad a esa imagen del futuro. No se trata ya de la eficacia de las ciencias sociales y del “social engineering", sino del derecho moderno, pues las nuevas adquisiciones de la genética humana y de la instrumentalización del mundo-ambiente, concebidos como la “nueva ecología", toman su punto de partida en la premisa de que el derecho puede suministrar, y suministrará, los fundamentos legítimos para esos desarrollos. Se ponen en acciòn con ello nuevas técnicas juridicas, y se recrea el conocimiento legal, a fin de legitimar esa imagen como imagen de ordenamiento social.

Es evidente que la relación entre biogenética, bioética, tecnologóa y derecho será determinante de nuestro futuro. Esas complejas relaciones serán también de gran importancia para llevar a cabo balances polìticos de poder y decisiones internacionales con respecto al mantenimiento del equilibrio con miras a los usos y abusos de la ingeniería genética. Es curioso que ninguno de los citados componentes de esta imagen nos parezca hoy extraño o reprobable. Ninguno nos resulta futurista, irreal o desconocido. Sólo la imagen general nos preocupa y parece contener un riesgo para nuestro futuro. Únicamente esta imagen general nos hace críticos, crea inquietud y un paralizante sentimiento de impotencia. Por ello, hay que localizar el riesgo de la biogenética en el mundo de nuestras representaciones del futuro, no en la biogenética como ciencia. En ese sentido se puede formular la siguiente tesis fundamental: “el riesgo y el peligro lo constituyen la imagen general social que la biogenética evoca y lleva en sí, no sus consecuencias efectivas ni sus desarrollos”.

Consecuencias

Esto podría ser lo esencial, ya que esta imagen social influye en la biogenética de manera profundamente legitimadora. Los sociólogos han observado que hay una inestabilidad peligrosa en los desarrollos sociales cuando una región determinada de la ciencia y su praxis social correspondiente comienzan a crecer de manera autónoma. Estos desarrollos se ven reforzados por el hecho de que se separan entre sí la imagen de la ciencia y la imagen de la realidad social. De esta visión inicial se derivan dos consecuencias:

a) Se registra una tensión específica entre las fuertes expectativas respecto de la biogenética, por una parte, y el estado actual de la genética, por la otra. Dicho de otra manera, la genética no logra cumplir todo lo que se espera de ella en la sociedad actual y en el futuro.

b) Evidentemente, la diferencia entre el desarrollo científico y las expectativas sociales pueden ser muy grandes. Esta tensión, en el caso de la biogenética, puede dar origen al sentimiento de un riesgo social e incluso al temor frente a los desarrollos futuros.

Ambas consecuencias se encuentran íntimamente vinculadas. Esto es particularmente importante si se revisan y examinan críticamente los tres componentes de la imagen del futuro que mencionábamos anteriormente. Nuestro planteamiento y nuestra aproximación al problema, sin embargo, toman en consideración que no es cierto que la imagen de los desarrollos de la biogenética, la ecología y el derecho difieran sustancialmente de su realidad efectiva.

La clonación

En este contexto llaman especialmente la atención los recientes problemas de la clonación. Pertenecen, si seguimos nuestra línea de pensamiento general, a un área de alto riesgo de investigación y desarrollo de la tecnología. Esto se combina con la apelación más general a las fuerzas imaginativas de la humanidad, en particular de los habitantes del hemisferio occidental.

En febrero de 1997 una oveja fue clonada en Escocia. Nos podemos preguntar: ¿hay ahora dos ovejas absolutamente idénticas en los campos escoceses? Esa formulación desafía tanto nuestro lenguaje y su lógica como la base de nuestro entendimiento. Las dos ovejas ¿son dos? Han sido hechas idénticas y esta duplicación de identidades ¿produce realmente dos seres o entidades? Las ovejas escocesas: ¿son una más una igual a dos? o ¿una es igual a una? No es ni una broma lingüística ni una molestia social sino más bien un ejemplo de cómo la existencia de la vida clonada afecta a nuestras seguridades más básicas. No hay duda de que después de las noticias acerca de las ovejas escocesas, se han activado otros significados para proteger los fundamentos de nuestro consenso mundial. El más efectivo significado de entre todos los que disponemos parece ser el del Derecho. Tanto el Parlamento Europeo como el presidente Clinton promulgaron en su momento una norma legal que prohíbe la clonación de seres humanos. Esto es una lección importante que no se debería olvidar. El llamamiento al Derecho en el caso de la clonación de humanos se refiere más a una interpretación de la imaginación que a una interpretación de la realidad. Esta no muestra seres humanos que sean clonados y la clonación de humanos no pertenece a ninguna de las posibilidades de nuestra vida actual. La apelación de Clinton pone de manifiesto cómo el Derecho es usado como última fuerza para dominar la realización de nuestras imaginaciones y por consiguiente para combatir los riesgos de un todavía inimaginable futuro que, en cualquier caso, se clasifica como un “riesgo”. En ese llamamiento, la clonación de humanos se interpreta como estando al alcance de lo que los juristas llaman "expectativas razonables". Si ese fuera el caso, ninguna formulación legal se podría lograr. En cualquier caso, si el razonamiento de la clonación no es un tema de debate, ¿cómo hay medidas legales posibles y significativas? Clinton y el Parlamento Europeo ¿han cortado la sensatez y la racionalidad de la biogenética para apoderarse de los modelos de pensamiento legales? Las realidades científicas y lo imaginario parecen estar forzadas a aferrarse a la racionalidad legal Esto es lo que la ovejas escocesas consiguieron.

Pero ellas incluso hicieron más. La clonación atrae a una especifica iconografía en nuestra cultura occidental: imágenes del automaton, el robot, el golem, el homúnculo, el doble, en el sentido de “el doble de otro”, que sustituye a él o a ella. El transgresor de las fronteras del género tiene un papel importante en nuestro pensamiento social. Tienen implicaciones de gran importancia en lo que se refiere al entendimiento del mundo social. Este es normalmente un espacio que es ocupado por un "no mi yo", esto es, por seres que son no idénticos a mí. La realidad última de la clonación consiste en la usurpación de ese espacio. El espacio social no es capturado por el poder del Derecho o por las fuerzas de ocupación y apropiación, sino por puros seres. El espacio social, como una construcción de "no mi yo", cambia paso a paso dentro de un espacio del Yo. La usurpación resulta de la biogenética, no del Derecho u otros significados de poder. El mundo viviente se reduce, los seres humanos son idénticos, las diferencias se evaporan. Si la clonación de seres humanos se efectúa, los espejos llegan a no tener sentido, la perversión de la monotonía destruye incluso los demonios de nuestra vida. Sin embargo, los humanos clonados existen, robots, golems, autómatas que trabajan para los seres humanos. ¡Un humano clonado podría ser la existencia andrógina que trae inmortalidad!

La raíz griega de la palabra klon,

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