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Riesgo En La Escuela Famila

Douglasguilarte29 de Octubre de 2013

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en la medida que conversan del aseo personal y su hermano preadolescente tenderá a seguir los parámetros de los mayores.

La doctora Pérez-Cotapos, sostiene que si una persona no se lava o no se asea, sobre todo en la preadolescencia y adolescencia, puede agravar alguna de las enfermedades dermatológicas propias de este grupo etario. “En dichas etapas el problema se complica debido a la gran producción de hormonas, reflejado en una mayor actividad de las glándulas sebáceas. Esto genera una piel y un pelo más grasos, muchas veces con un desagradable olor a sebo. Entonces el aspecto de algunos preadolescentes es de suciedad, y ante esto los padres se revelan y critican su actitud.

Sin embargo, lo que debieran hacer es conversar con el joven y explicarle por qué se debe bañar y cuáles son las consecuencias de no hacerlo. Pueden decirles que si no hay un aseo diario se pueden agravar las manifestaciones dermatológicas típicas de este periodo, como son el acné, pelo graso, caída precoz del cabello, la caspa, dermatitis seborreicas o mal olor, entre otras”.

La dermatóloga afirma que el baño en toda persona, ya sea bebé, niño o adulto, debe ser diario, porque la piel es una barrera de protección del organismo del medio externo. Entonces “si alguien no se baña se contamina, con la polución, polvo ambiente, bacterias y con la misma secreción de sebo y sudor propia de la piel”. Por lo tanto, el baño diario es necesario”. Asimismo, asegura que en general no se recomienda el lavado diario y excesivo del cabello porque si se desgrasa permanentemente, por un mecanismo de feedback se tiende a aumentar la grasa. Por ello, es aconsejable el lavado día por medio o cada dos días, de acuerdo de las características propias de cada joven.

Convivencia Social

Familia

Asistir al colegio no sólo aumenta los niveles de conocimiento de los niños, sino que además los ayuda a desarrollar importantes habilidades sociales y comprender cómo relacionarse con personas distintas a su familia. Los niños y niñas comienzan a formar parte de grupos de amigos de su edad, donde existe confianza y apoyo mutuo. El niño/a se valora a si mismo y es capaz de comunicar sus sentimientos en distintas situaciones. Al mismo tiempo comprende de mejor manera los sentimientos y emociones de otras personas, entendiendo que uno puede experimentar más de una emoción al mismo tiempo. El desarrollo del lenguaje permite que el niño o niña exprese de mejor manera lo que está sintiendo, lo que es estimulado por la mayor cercanía con otras personas, especialmente las de su misma edad.

Otro aspecto característico de esta edad es que la actitud del niño o niña centrada en sí mismo de edades anteriores va cediendo a una mayor conciencia de los otros. La forma en que se relaciona con las demás personas y el trato que recibe de ellos, especialmente padres, hermanos y amigos, influirá de manera importante en la definición que los niños y niñas hacen de sí mismos. Es en esta etapa donde se consolidan los patrones de conducta y las normas sociales impuestas por sus figuras de autoridad. Por esto resulta fundamental el trato con respeto a los niños/as y la adopción de conductas que queremos transmitirles. En este sentido, enseñar “con el ejemplo” es lejos lo más efectivo.

Fomentar la autonomía de los niños y niñas en esta etapa resulta beneficioso para su desarrollo. Así, dejarlos tomar decisiones con respecto a situaciones que los afectan directamente (por ejemplo, con qué ropa vestirse) les permite ir desarrollando su independencia. Esta edad resulta propicia también para enseñar a los niños sobre el uso del dinero, darles una pequeña cantidad de dinero semanal los puede ayudar a planificar sus gastos y a hacerse responsable de ese monto. Enseñarle también a responsabilizarse de su aseo e higiene personal también resulta recomendable en esta etapa.

Es importante para su autonomía que los niños y niñas colaboren progresivamente en las responsabilidades domésticas, lo cual contribuye a su maduración y aprendizaje. Estas tareas deben ser adecuadas a sus posibilidades y estimular su iniciativa. No deben darse discriminaciones en cuanto al sexo, por ejemplo, entre hermanos y hermanas.

Escuela

Los niños al momento de ingresar al sistema escolar se enfrentan a la integración a otro grupo social, a la separación de su entorno familiar y a cambios más exigentes de su desarrollo personal. Es así como el niño/niña a la edad de seis años comienza una segunda instancia socializadora: el ingreso a la escuela. En este ambiente interactúa con los profesores y con niños/niñas de su misma edad, que pasarán a ser sus nuevos amigos. Es el momento en que ellos deben asumir algunas responsabilidades: hacer tareas, cumplir horarios, demostrar comportamiento en la sala de clase, respetar a los demás y también someterse a evaluaciones para medir su rendimiento escolar.

Violencia Escolar

La violencia tanto física como emocional, actualmente presente en las escuelas, trae como consecuencia casos cada vez más graves de acoso y maltrato de niños contra niños. Este fenómeno, denominado “bullying”, puede comenzar con conflictos casi imperceptibles por las y los docentes, padres, madres o representantes, pero lo suficientemente graves como para ocasionar trastornos psicológicos a los niños, niñas y adolescentes víctimas del acoso escolar.

Se cree que el niño o niña que perturba a sus compañeros o compañeras tiene problemas de autoestima y sólo busca llamar la atención. Según la doctora Tamara Salmen, quien es pediatra de conducta y desarrollo infantil, esta teoría es completamente falsa. “La niña o el niño acosador, también llamado ‘bully’, tiene muy buena autoestima, suele ser impulsivo y se molesta fácilmente; además, muestra ninguna o poca responsabilidad sobre sus actos, ve amenazas donde no las hay, no entiende las emociones de sus compañeros o compañeras, y muestra siempre una actitud positiva hacia la violencia”, señala Salmen.

Las medidas a tomarse para prevenir la violencia escolar deben empezar en el hogar y desde el mismo momento en que el niño o niña nace. Es importante que en la infancia temprana se le enseñe al niño o niña a resolver los conflictos sin violencia. Es importante que existan reglas de buen trato en el hogar, las cuales deben ser cumplidas tanto por los padres y madres como por los niños y niñas. Igualmente, en las aulas de clases, los maestros y maestras deben hacer valer a través del ejemplo el reglamento escolar, el cual puede ser además discutido con los mismos estudiantes, para de esta forma garantizar el conocimiento de su contenido.

Los padres tienen una importancia fundamental en el proceso enseñanza-aprendizaje, la familia es un factor protector en el rendimiento y en la adaptación de los niños a la escuela. Por otro lado, un estudiante que pertenece a una familia mono parental y es de nivel socioeconómico y cultural bajo está en alto riesgo de presentar tanto problemas de rendimiento en la escuela como en sus vivencias personales y sociales, ya que muchas veces ellos deben asumir roles que no les corresponden.

Maltrato

Toda acción que:

* Violenta y atenta un derecho

* Amenaza y deteriora la integridad física, emocional y psicológica

* Atenta y inhibe el desarrollo de la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad

* Atenta y deteriora la autoestima personal

* Reprime y censura la diferencia y la singularidad

Es importante resaltar, que sin llegar a una violencia extrema, las relaciones familiares y escolares muchas veces se basan en modelos de comunicación que atentan contra la dignidad, la autoestima, la integridad y el bienestar de la niñez, parafraseando al Psiquiatra Colombiano Luis Carlos Restrepo, se práctica aún "una violencia sin sangre"

Expresiones Maltratantes

* Eres un niño-una niña malo(a)

* Pareces bruto(a)...

* Deja de molestar o te pego!

* Por qué eres así ah?

* La cabeza no te da para nada

* No haces nada bien!

* No te mereces nada...

* Lo que estás buscando es que te pegue!

La violencia como forma de vida ha permeado a la familia, la escuela, los medios de comunicación y la vida social. Nuestra sociedad recrea patrones y modelos de relaciones sociales violentas, basados en el uso del poder coercitivo y autocrático. La familia y la escuela tradicional se ha caracterizado por reproducir estos patrones, que en esencia, siembran la semilla del maltrato.

Ser tratado con dignidad y respeto es ante todo un derecho, derecho que cotidianamente es violentado en la familia y la escuela. Padres, madres y docentes se han habituado al maltrato, se sienten con el derecho de corregir maltratando. Los adultos que a su vez fueron maltratados aprendieron que "es válido y aceptable" utilizar el grito, los golpes, la fuerza, la coacción, la intimidación etc. para corregir educar y orientar. Más aún, aprendieron que el hecho de ser padre, madre o docente les otorga "potestad natural" para ejercer las funciones de crianza y educación maltratando y violentando.

Es mucho lo que hay que hacer para lograr que la cultura del buen trato reemplace la del maltrato, esta será tarea y compromiso de todos y todas. La convivencia familiar basada en el buen trato será el resultado del esfuerzo que cada adulto como padre, madre o docente

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