San Josemaría Escrivá De Balaguer

SAN JOSEMARÍA, EL SANTO DE LO ORDINARIO

Era el año dos mil dos

y de octubre el día sexto:

a los altares subió

un sacerdote modelo.

Se sabía hijo de Dios,

por el amor de su Padre,

y, por esta filiación,

capaz de hacer lo más grande.

Lejos llegó su llamada

al hombre de santidad,

sin tener que dejar nada

que le fuera natural.

Ese mensaje que trajo,

fue mensaje universal:

que por amor el trabajo

se puede santificar.

Despertaba las mejores

ansias que en el hombre había,

de poder ser sembradores

de la paz y la alegría;

y cada uno en conciencia,

con el que tiene a su lado,

de amistad y confidencia

hiciera su apostolado.

En su mente siempre estaban

Dios y la Virgen María,

que con la Iglesia y el Papa

sus amores compartían.

De todas partes del mundo

se levantaba un clamor

que nacía en lo profundo,

del fondo del corazón;

y ese día en el Vaticano,

en la Plaza de San Pedro,

al Santo de lo ordinario

admiraban con respeto.

Así Juan Pablo segundo

ese día lo llamó

y así supo todo el mundo

que lo normal lleva a Dios.

José García Velázquez.

Canción de San Josemaría

Cuando yo me pongo a rezar,

le hablo a mi amigo Jesús,

y todas mis cosas le puedo contar.

Eso me lo enseñaste tú.

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