11 Febrero

11 FEBRERO.

El jueves de la semana pasada viajaba en Transmilenio en la mañana y durante el recorrido el conductor del bus frenó bruscamente ocasionando que una de las pasajeras de unos 20 años traspasara la barrera que separa la cabina del conductor y el espacio delos pasajeros y callera de golpe contra la parte delantera del bus, específicamente la mujer se golpeó contra los botones de éste. Ante esto, la mayoría de las mujeres que presenciaron el acto alzaron la voz y la otra mayoría que ni escuchó el golpe, ni observó lo sucedido también. Inmediatamente se produce una discusión por parte de la pasajera sin aparente respuesta del conductor.

Más adelante la mujer se baja del bus enfurecida, pronunciando groserías y empujando a unos cuantos pasajeros.

Se entiende por poder a la posibilidad que se tiene de imponer la voluntad propia dentro de una relación social. También se puede definir como el convencimiento a personas para hacer algo que se espera. Se puede llegar a esto por medio de la coerción, la obligación y la fuerza, o por medio de la persuasión y la construcción de incentivos.

Aparentemente en la relación conductor-pasajera, el control del poder lo posee el conductor; quien dirige el bus, tiene un poco más de autoridad frente a los pasajeros y hasta cierto punto podría llegar a establecer la dirección o destino del viaje si lo quisiera. Sin embargo, en el momento en el que la mujer cae y se golpea la relación de poder cambia de sentido y es lo interesante de ésta manifestación de política. Por el tono y las palabras que utiliza la mujer, ella misma indica que posee el poder en la situación: el poder de hacer que suspendan o enjuicien al conductor, el poder de convencer a los demás pasajeros de la culpabilidad o intencionalidad del conductor en el hecho, puede lograr que los pasajeros se manifiesten en contra de él violentamente. Para mí, en este caso la mujer está ejerciendo el poder a través de la persuasión con los demás pasajeros; al lamentarse por el dolor pero a la vez alegrándose de que los demás griten al conductor. Obviamente los pasajeros tienen derecho de quejarse por el modo de conducir del hombre pero no debería ser el resultado de las palabras de la mujer. Y al mismo tiempo me parece que la actitud de la mujer frente a la situación tampoco es la correcta; no debió ser irrespetuosa ni con el conductor a través de sus gritos e insultos a él, ni con los pasajeros mientras sale y los empuja. No es cívico su comportamiento.

Más que un mensaje se me hace una conclusión o adhesión a lo que se piensa sobre el ejercicio del poder; cómo se puede cambiar de estado de gobernado a gobernador por medio del aprovechamiento negativo de determinada situación. Me parece que casos como el ejemplificado no solamente se registra en situaciones cotidianas sino que en la política colombiana

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