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12 Pasos De AA


Enviado por   •  3 de Junio de 2013  •  1.927 Palabras (8 Páginas)  •  409 Visitas

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PRIMER PASO

Los alcohólicos son personas de corazón sensible. Casi todos son o han sido muy generosos y bondadosos. Sufren del dolor ajeno y la injusticia del mundo los atormenta. El Alcohólico lleva en su pecho como una cadena que le estrecha dolorosamente el corazón. Un trago puede aflojar esa cadena. Pero luego seguirá tomando hasta ahogar todos los sentimientos. Hasta que se callen los clamores de justicia, de amor, de compasión y de odio que oprimen su corazón. Y más adelante, cometerá cualquier barbaridad. Por último viene el arrepentimiento que duele tanto. Habrá que volver a tomar para acallarlo y aflojar de nuevo la cadena.

No todo aquel que toma licor es un alcohólico. Una persona fría, tranquila y orgullosa difícilmente llegará a ser alcohólica. El que piensa primero en su propio bienestar difícilmente llegará a caer en la trampa fatal del alcoholismo o las drogas. Por eso muchos piensan que con un poco de buena voluntad el alcohólico puede dejar esa mala costumbre. Pero no es así. El alcohólico no tiene la fuerza para romper su cadena. Por eso es alcohólico. Admitir sinceramente la propia impotencia es cosa de valientes. Pero es el primer paso y es indispensable.

SEGUNDO PASO

Para seguir hay que estar totalmente convencido que las fuerzas propias están derrotadas frente al vicio. Pero el segundo paso es de esperanza.

Hay algo más fuerte que la voluntad humana. Hay un Poder Superior. Un Poder que hace millones de años sacó de la nada el Universo infinito. Y aquí estamos los seres humanos en este pequeño planeta Tierra, tratando de averiguar qué son los astros, qué es el espacio y que es el tiempo. Pero la mente no es capaz de comprender el tamaño ni la razón de la Creación.

Sin embargo hay quienes dicen que no hubo tal Creación. Que todo existe por sí solo. Los que eso dicen, generalmente no han querido pensar, ya sea por pereza o por ignorancia. Pero hay otros, y son muchos, los que no necesitan averiguar nada. Sólo escuchan la voz del corazón que les dice que son amados por un Ser Superior que misteriosamente siempre está presente. Esa es la sabiduría de los sencillos y humildes. Ellos llevan en su corazón la inmensidad de la Creación y la seguridad absoluta de que existe un Ser Supremo que todo lo puede. Aceptar eso es el segundo paso.

TERCER PASO

Este paso solo tiene sentido para los que han aceptado el paso anterior. Que han aceptado la cercanía de un Dios que ama y se inclina a sostener al que ha perdido la esperanza. Tiene sentido para el que ha renunciado a su orgullo.

Renunciar al orgullo es algo muy difícil, pues hay que aceptar que se perdió la lucha frente a la vida. Hay que saber rendirse. Como un hombre herido que levanta las manos y entrega su arma sabiendo que ya no puede defenderse frente al enemigo. Es una rendición total sin condición y con una sinceridad absoluta. Es dejar de luchar.

Pero en ese momento sucede algo extraño: El ser más derrotado siente que no necesita entregar su arma al enemigo para que lo destruya. Puede entregar su voluntad, su vida y su derrota a un Ser Supremo que lo acoge. Ya no tiene que luchar. Tiene que confiar en ese defensor.

Es difícil, pero muchos lo han logrado.

CUARTO PASO

Para dar el cuarto paso se necesita una mente despierta, porque es muy fácil resbalar y caer de nuevo en el abismo de la desesperación. Por eso aconsejan buscar la ayuda de una persona que ya haya dado los 12 pasos. Buscar un padrino, como lo llaman los Alcohólicos Anónimos. Pero lo que verdaderamente resulta es pertenecer a un grupo que ya tenga la experiencia.

¿Por qué? Porque ahora se trata de enfrentar y analizar el mal que uno ha causado a otras personas. Y eso es mucho más fácil en un grupo de personas que reconocen sus propios errores. Que analizan el daño que han causado. Con la ayuda de sus compañeros, la persona descubre sus propios puntos débiles. Puede ser que sufra de un carácter colérico, o que es propenso a la envidia. También puede ser que tenga un deseo desmedido por el dinero o tal vez padece de un enorme miedo. Un miedo disimulado que le impide resolver las situaciones de la vida. Miedo de actuar. Miedo de asumir sus responsabilidades. Pero no lo sabe porque lo que ha hecho durante toda su vida es huir y buscar alivio en la droga o en el alcohol o en cualquier otro vicio.

Descubrir esa ponzoña, ese defecto, es posible. Mirarlo frente a frente es dar el cuarto paso.

QUINTO PASO

Este paso puede dar mucho consuelo. Sin duda alguna, es muy duro reconocer el daño que se ha causado en la vida de otros. Lo más fácil es decir que la culpa la tienen otros; o decir que fue necesario actuar así. Pero con eso no se sale del problema. Cuando se admite ante un grupo de personas los errores cometidos, se comienza a entender algo maravilloso. La persona y sus errores no son lo mismo. Son dos cosas diferentes. La verdadera persona es más fuerte, más justa, más limpia. Se trata de liberar a la verdadera persona que se encuentra aprisionada por sus miedos, sus errores y sus vicios. Agustín, que vivió hace unos 1.600 años comprendía muy bien esa situación y por eso predicaba: “Hay que odiar el pecado, pero amar al pecador”. La persona es como una semilla sana y pura, encerrada entre cáscaras ya podridas y pisoteadas por el ayer de la vida.

Esas cáscaras se pueden arrancar y hay que mirarlas frente a frente sin miedo, exponiéndolas ante los compañeros de Alcohólicos Anónimos.

SEXTO PASO

Los AA son verdaderos compañeros y no jueces. Se reúnen para apoyarse, para

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