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20 poderosas maneras para aumentar tu energía

veroazul25 de Diciembre de 2014

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20 Poderosas Maneras para Aumentar tu Energía

REPORTE ESPECIAL

Conéctate con tu propósito

Me acabo de levantar de la cama. Anoche decidí que me iba a despertar temprano para aprovechar la primera hora de la mañana de este sábado, antes del despertar de mi hija, para escribir.

Casi que las sábanas ganan y no lo logro.

Pero afortunadamente, recordé en el último momento, antes de volver a cerrar los ojos y acurrucarme de lado, hacerme una pregunta:

¿Para qué voy a levantarme a escribir?

En mi mente comenzaron a surgir respuestas conectadas a mi propósito, a mi deseo de lograr un objetivo, a los motivos que me impulsaban a ponerme de pie para avanzar en la culminación de mi libro El PODER para LOGRAR lo que quieras.

Inmediatamente mi energía se elevó. Fue esa pregunta, la del propósito de la acción a eje¬cutar, lo que me permitió encender mi energía.

Si tu propósito, el para qué haces lo que haces, está conectado con tu pasión, tienes una poderosa fórmula de energía dentro de ti.

Cuando haces aquello que te apasiona y entusiasma, tu energía fluye naturalmente y se retroalimenta con tus acciones. Mientras más te acerques a tu pasión, más energía experi¬mentarás.

¿Qué te apasiona?

¿Qué te mueve?

¿Para qué elevar tu energía?

2. Enfócate en el resultado que deseas lograr

No saber hacia adonde vamos nos desgasta. La acción sin propósito y dirección es pérdida de energía.

Todo comienza con tener clara la visión del resultado que deseas lograr.

Las personas de éxito tienen un hábito en común: orientan su actuar en función de resul¬tados. Siempre tienen una respuesta clara en relación a qué quieren lograr. Esta visión les proporciona el enfoque necesario para concentrar su tiempo y acciones en el logro de sus metas.

Cuando te orientas hacia tus metas y sientes que tu día a día te acerca a ellas, tu energía crece. Te sientes en control de tu vida y tu auto-estima se fortalece.

¿Qué quieres lograr?

¿Cuáles son tus metas?

¿Cuál es tu visión?

3. Encuentra tus “yo puedo”

Siempre puedes. Es posible que no puedas hacer o lograr lo que quieres en el momento que lo estás deseando. Pero siempre puedes hacer algo.

Hace dos días estaba dictando un taller sobre “Balance de Vida y Trabajo” para ejecutivos y personal de Microsoft en Lima, Perú. Uno de ellos se me acercó para hacerme una pre¬gunta:

—“Mucho de lo que has dicho suena muy bien y sería ideal. Pero, qué pasa cuando uno no puede hacer cambios en su vida. Cuándo uno ya está casado, con hijos y una hipoteca, incapaz de tomar riesgos por el compro¬miso hacia los tuyos, ¿qué haces?”

Le respondí: “Yo te entiendo. También me encuentro en este momento en una etapa en mi vida en la cual no tengo la capacidad de riesgo que tenía antes. Sin embargo, recuerda: lo más importante no es en dónde te encuen¬tras, sino cuál es tu dirección.

Si bien puede que no tengamos la capacidad de cambiar rápidamente en dónde nos encontramos, siempre podemos modificar nuestra dirección.

Es sencillo: nuestra dirección es determinada, en primera instancia, por nuestros pensamientos. Lo que pensamos precede a nuestras acciones y éstas a nuestros resultados. Cambia tus pensamientos y poco a poco co¬menzarás a obtener nuevos resultados.

Y esto, mi querido amigo, es algo que siempre podemos hacer: elegir nuevos pensamientos. Con este solo y simple hecho, tienes el poder para iniciar el cambio que quieres ver en tu vida.”

En el año 1997 tuve la oportunidad de conocer en persona al Dr. Stephen Covey, autor del best-seller “Los 7 Hábitos de las Personas Altamente Efectivas.”

Luego de su conferencia, pude compartir junto al equipo de personas que la había organiza¬do. Allí obtuve de él un autógrafo. En él escribió: “Leopoldo, be a trimtab.”

Se refería a una metáfora, la cual le conté a mi amigo de Microsoft:

“Los grandes buques, como por ejemplo un trasatlántico, tienen un timón enorme. Tan grande es su superficie y tan pesado el barco, que es imposible hacer girar el timón directamente. La resistencia del agua es demasiada.

¿Cómo es que entonces, un barco de ese tamaño lograr girar? La solución está en una suerte de “mini-timón” dentro del mismo timón, el trimtab. Es una pequeña superficie, en comparación al timón del barco, que ayuda a girarlo. Es el timón del timón.

Cuando el navegante del barco comienza a rotar el volante del timón para dar un giro, se inicia el movimiento del trimtab. Esto va logrando que el gran timón se desplace ante la resistencia del agua y las cientos de tone¬ladas del buque.

La esencia de esta metáfora es la siguiente: si no puedes hacer grandes cambios en este momento, ¿qué pequeñas transformaciones sí están en tu poder? Modificaciones que te permitan ir variando el rumbo para apuntar hacia el destino deseado.

Dirigir tu vida hacia la visión que en el fondo deseas puede requerir gran energía. Pero al igual que mover todo un buque de cientos de toneladas, todo comienza por un pequeño cambio.

No te concentres en tus “yo no puedo”. Todos los tenemos. Sin embargo, es en nuestros “yo puedo”, por pequeños que sean, en donde está nuestro poder de re-enrumbar nuestra vida.”

Haz el siguiente ejercicio para volver a experimentar el poder que incluso la simple varia¬ción del lenguaje ejerce sobre ti:

Repítete mentalmente (o en voz alta si así lo prefieres) la siguiente frase, completándola con lo primero que te surja: “Yo no puedo…”

Hazlo varias veces. Cada vez, culminando una frase con otras de tus limitaciones.

Ahora… ¡Salta! ¡Pega un grito! ¡Haz lo que sea para salirte de esta energía!

Imagino que puedes predecir la otra parte del ejercicio: repite mentalmente la frase “yo puedo…”, completándola con las ideas que te surjan sobre posibilidades las cuales, en este momento, si están bajo tu control.

¿Cambió tu energía? ¡Apuesto a que sí!

Recuerda: tu enfoque determina tu nivel de energía.

¿En qué te enfocas usualmente? ¿En lo que no puedes o en lo que sí puedes?

Conéctate con tus “yo puedo” y estarás alimentando tu energía.

4. Encuentra la fe en ti mismo

Ayer culminó un taller de dos días organizado por uno de mis clientes de la industria pe¬trolera, en el cual yo participé como consultor para su diseño y como co-facilitador del proceso.

Para este taller, uno de los recursos que se empleó de manera didáctica fue la película Ca¬rros de Fuego. Se escogieron diversos fragmentos en los cuales se reflejaban varios de los conceptos a trabajar en el evento.

En una de las escenas seleccionadas, Eric Liddell habla ante una multitud congregada bajo la lluvia.

Liddlell, quien era un pastor religioso, habla sobre la similitud entre la fe y una carrera. “¿De dónde nos viene la fuerza para llegar hasta el final de la carrera cuando ya creemos que no podemos? Viene de adentro.”

La fe es quizá, junto a la pasión, una de las fuerzas más poderosas a las que el ser humano puede conectarse.

Es un recurso interior que te permite ir más allá. Es al conectarte con la fe cuando puedes construir lo que hoy es desconocido.

La fe es la gasolina suprema. Conéctate con ella, decide creer en algo más allá de lo visible y sentirás una energía que te acompañará hasta el logro de tu visión.

5. Muévete de manera diferente

¿Qué es primero: el huevo o la gallina?

Lo mismo podemos preguntarnos sobre la energía y el movimiento.

Obviamente necesitamos de energía para producir movimiento. A la vez, el movimiento por sí mismo es un generador de energía.

¿No te quedas a veces esperando a que surja tu sensación de vitalidad para ponerte en acción? En la práctica, muy factiblemente, lo que necesitas es ponerte en movimiento, en acción física, para movilizar tu energía y hacerla subir.

Tu nivel de energía está directamente relacionado a la manera como te mueves. ¿Te falta energía? Significa que te falta movimiento.

No esperes a tenerla para ponerte en acción. Just do it! Como dice el famoso slogan de Nike.

De Anthony Robbins aprendí algo llamado movimientos de poder. Me refiero a cualquier movilización rápida de tu cuerpo que despierta energía y te permite, instantáneamente, co¬nectarte con tus recursos internos.

El movimiento que muchos hacemos de manera espontánea cuando algo sale muy bien —como por ejemplo elevar el brazo para luego cerrar el puño, a la vez que bajamos con fuerza nuestro codo flexionado y gritamos “¡¡¡Sí!!!”— es un ejemplo de movimiento de poder.

¿Quieres transformar tu energía? Haz en este instante ese movimiento y grita “¡¡¡Sí!!!”.

Explora tu cuerpo. Juega con tu capacidad de moverte para aumentar tu energía. No esperes a tenerla. A veces está simplemente “estancada” y esperando por que actives tu fisiología para poder fluir y expandirse.

6. Cambia tu expresión facial

A finales de la década de 1980 se realizó un experimento muy interesante con pacientes maníaco depresivos.

Fue muy sencillo: en las paredes de las salas comunes de la clínica en donde se encontraban recluidos los pacientes, colocaron numerosos espejos. A estas personas les fue dada una simple instrucción: “cada vez que te encuentres frente a tu reflejo, sonríe. No importa si te sientes como para hacerlo. Lo único que tienes que hacer es flexionar los músculos de

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