A Un Educador De Hoy

“CARTA DE IGNACIO DE LOYOLA A UN EDUCADOR DE HOY”

Sin lugar a dudas, la carta en comento, ha tocado profundamente mi actividad pastoral hacia la juventud, si bien es cierto gracias a las herramientas que durante el caminar he ido adquiriendo, hoy confirmo mi servicio a los jóvenes pues la educación como señala la autora, tiene un papel determinante en la formación de ciudadanos comprometidos con su realidad, formados con valores, animador por el amor e impulsados también por todos aquellos testigos referenciales.

Existen diversos espacios para la educación, y aunque en lo profesional no me dedico a la educación siempre ha sido una tendencia el compartir con los otros, pues veo que es de esta manera continua que se va aprendiendo, y no sólo conocimientos o información referente a las ciencias o materias impartidas en las aulas sino a formar de ver y actuar en el mundo, pues un factor determinante es el concepto que cada uno pone al Éxito y al poder, pues como continua narrando la escritora, muchos títulos y reconocimientos de alumnos “exitosos” quedan disipados en una sociedad fracasada, pues se le ha negado una visión completa de la realidad que toca vivir a cada uno.

Además, resalta la importante y trascendente responsabilidad de quienes enseñan o guían, pues de ello dependerá el ánimo, la pasión que se logre transmitir a los alumnos o en mi caso, acompañados. Pues a pesar de la existencia de las nuevas tecnologías de la comunicación que tienen un potencial muy grande, los mensajes carecen de profundidad y pocas veces “elevan al hombre o lo dignifican y se termina convirtiendo en un mero objeto”. Y cito “Es apasionándonos por un saber que lo descubrimos por dentro, y sólo con el alma podemos conocer lo esencial”.

También, la parte del amor como criterio para actuar, permite poder aprender al mismo tiempo de los acompañados, pues en una constante y simultáneo aprendizaje. Y la humildad también me atrevo a decir pues “no puede enseñar el que no dejo de aprender”.

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