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AREA DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMERICAS


Enviado por   •  25 de Agosto de 2011  •  8.517 Palabras (35 Páginas)  •  818 Visitas

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ÁREA DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMÉRICAS

(ALCA)

I. INTRODUCCION

Los Estados Unidos en su actual expansión imperialista, en su fase de dominio hegemónico global dentro del sistema capitalista, venía desarrollando con gran habilidad el ALCA, un proyecto destinado a asegurarse el control total de todos y cada uno de los mercados comerciales del continente americano para sus insaciables intereses individuales; partiendo de un paradigma de anexionismo de grandes territorios productivos, repletos de riquezas y recursos energéticos, minerales, acuíferos, de biodiversidad y potencial humano, o mano de obra calificada barata tanto para el trabajo manual como intelectual. Situación sustentada en el desarrollo histórico de unas relaciones coercitivas de dominación política, económica, cultural y militar durante casi 200 años de sumisión neocolonial.

La propia caracterización de la nación norteamericana desde sus orígenes postcoloniales, adoptó tanto el idioma de sus colonizadores como su basta experiencia política imperialista, lo que motivó el desarrollo de su proyecto neocolonial de anexionismo de las nuevas repúblicas que se liberaban de los yugos europeos, planes en oposición directa a todos los proyectos de liberación nacional encauzados por nuestros libertadores para conformar nuevas repúblicas soberanas e independientes de todo yugo colonial extranjero. Ante estos proyectos antagónicos, los EE.UU. prefirieron la continuación de la dominación europea (alemana, británica, española, francesa, holandesa y portuguesa) sobre nuestras naciones, contra la posibilidad de que surgiéramos como naciones libres e independientes del dominio norteamericano.

Nuestro Libertador Simón Bolívar, pudo advertirnos de estas doctrinas anexionistas cuando afirmó que “los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”. Incluso en su proyecto de construcción de la Patria Grande latinoamericana y caribeña, Bolívar comenzaba a enfrentar esas pretensiones neocoloniales de la bota norteña a través de diversos proyectos de integración y unión de nuestras nacientes naciones republicanas. El primero de ellos en concretarse fue la Gran Colombia, que no tardó en ser boicoteado llevándonos rápidamente a nuestra propia desintegración bajo la premisa de divide y vencerás.

Bajo este mismo paradigma de emancipación de los pueblos Bolívar convocó al Congreso Anfictiónico de Panamá, que en 1826 concluyó con varios acuerdos y tratados de integración, unión y defensa militar, no pudiendo ratificarse posteriormente en Tacubaya, México entre 1927 y 1928, debido a las presiones ejercidas por el enviado norteamericano John Sergeant y el embajador de EE.UU. en México Joel Poinsett. Como un ejemplo de estas acciones, el cónsul norteamericano en Perú William Tudor, le informaba al Departamento de Estado el 3 de febrero de 1827 lo siguiente: "la esperanza de que los proyectos de Bolívar están ahora efectivamente destruidos es una de las más consoladoras".

En aquellas épocas, venció el proyecto de dominación hegemónica anexionista de los Estados Unidos, sepultando por casi 200 años todo intento de liberación, de soberanía y de integración de nuestros países, reduciéndonos a cumplir tan solo el papel de ser su patio trasero, unas veces por intermedio de la dominación política, económica y cultural, y otras con la intervención armada directa, las fuerzas de ocupación militar o la planificación y apoyo a los golpes militares y las dictaduras genocidas.

Actualmente incluso se investiga el posible encargo por parte de viejas sectas de origen masónico y del Opus Day, del envenenamiento del Libertador a manos de su médico de cabecera y otros personajes de su entorno más cercano, con el objetivo de poner fin a sus proyectos de liberación e integración latinoamericana y caribeña, que se oponían atentando los nefastos intereses norteamericanos.

Dentro de los antecedentes del ALCA está la idea del panamericanismo, un modelo elaborado por los Estados Unidos, inspirado en la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), con objetivos claros de extender su dominación territorial hegemónica hacia los países de nuestra América, planteamiento que surgió con la clara intención de sumergir en el olvido los ideales de la verdadera integración por los que bregaran nuestros próceres de la primera independencia, y que tuviera un primer momento importante en el Congreso Anfictiónico de Panamá, convocado por Simón Bolívar y realizado en Ciudad de Panamá en 1826, con varios intentos posteriores durante el siglo XIX, sin poder concretarse efectivamente.

El ideal del panamericanismo luego daría origen a la Unión Panamericana, la cual se desplegó durante la primera mitad del siglo XX. Posterior a la Segunda Guerra Mundial, preocupados los Estados Unidos de América (EUA) por la llamada Guerra Fría y, en particular, lo que se consideraba el avance del comunismo en América Latina y el Caribe, este mismo método de dominación a través de la creación de organismos multilaterales regidos por los designios de Washington, transformó mas tarde a dicha Unión Panamericana en la actual Organización de Estados Americanos (OEA).

Con la irrupción en la escena mundial de la Primera Revolución Tecnológica a principios de la década de los setenta, el capitalismo le imprime a toda la humanidad una acelerada dinámica en todos los ámbitos. La transformación de la comunicación, y de la transmisión de la información y el conocimiento desencadenaron un fenómeno que se ha dado en llamar Globalización. Proceso caracterizado por una muy precipitada dinámica de conformación y control hegemónico de nuevos espacios económicos regionales.

Los Estados Unidos no podían quedar rezagados detrás de la Unión Europea, o de otros países con alto potencial de desarrollo como China, India, Irán, Japón y Rusia, o un posible bloque unido de países árabes. Para lo cual debe asegurarse con su aliado Canadá, la dominación hegemónica de su patio trasero, para la conformación de un espacio económico que le fuera exclusivo, contando en nuestro continente de aproximadamente 900 millones de “americanos”, poseedores de un Producto Interno Bruto (PIB) de unos 14 billones de dólares; promoviendo el libre comercio, pero eso sí, con la hegemonía de los EE.UU.

En medio de este contexto, el 27 de junio de 1990 el presidente norteamericano George Bush (padre) lanzó la "Iniciativa para las Américas", con los supuestos de reforzar el crecimiento y la estabilidad política de América

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