Amor Matrimonial

Hoy en este hermoso matrimonio quisiera experimentar el perfecto Vínculo del Amor, el cual es en Cristo Jesús, junto a ti, es la bendición más alta, más profunda y más grande que mi vida ha tenido en este mundo.

Mi espíritu y mi corazón reciben respuesta en Dios, al entender lo que declara la Palabra, cuando dice que: “No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo” (Juan: 3:27). Se que la bendición de recibirte hoy, como mi esposa viene como regalo de lo Alto, sabes princesa, que estoy absolutamente consciente de mi compromiso contigo y de nuestro pacto matrimonial.

Hoy te estás convirtiendo en mi primer ministerio terrenal, soy privilegiado porque el Señor te Escogió, para que seas tú, mi compañera, mi guía y dirección, ese mismo Dios me Seguirá capacitando para ser el esposo que siempre has deseado y caminar juntos en el principio de sujeción, pues ahora eres tú mi ayuda idónea en el hogar. Estoy y estaré eternamente agradecido y maravillado con la Fidelidad y Amor del Señor, hoy estoy viviendo, uno de los anhelos más grandes de mi corazón.

Aprendí directamente del Corazón y Boca de mi Padre Celestial, que los votos matrimoniales no se violan y sé que al decidir entrar en ellos, me estoy uniendo a ti para amarte, honrarte y respectarte por toda la vida por que el señor mismo me ha encomendado que cuide de ese precioso y frágil vaso, ese pétalo de rosa, esa gota que cae en el roció de la mañana.

Hoy, me estoy comprometiendo ante ti, ante nuestros padres, familiares y amigos, en este altar, y bajo la mirada atenta de Nuestro Padre a no dejar de ninguna manera que surja en mi cabeza ni en mi corazón, la posibilidad de alejarnos ni física, ni emocional, ni espiritualmente.

Yo te vi, te miré, te conocí, y te aprendí, primero como mi amiga y luego como mi hermana en cristo. Te he amado como mi novia y continuaré haciéndolo desde este instante como mi esposa, pero por encima de todo, me estoy re comprometiendo a amarte con un amor fundamentado en Dios, el cual me capacitará para reaccionar hacia ti, de una manera que estemos seguros de que viviendo con nuestra mirada puesta en Señor Jesucristo, no pondremos en riesgo nuestra esperanzas y anhelos. Viviré cada día, recordando este objetivo máximo de nuestras vidas. Orando para que el Señor siga Haciendo de nuestro amor, uno perfecto y eterno.

...