América Latina

Las sociedades de América Latina en los últimos 30 años han sido testigo de grandes cambios estructurales que han impactado directamente en su desarrollo y la visión que tenemos hoy de ellas. Hablamos que pasamos de estados gigantescos que estaban presentes en la mayoría de los aspectos de la vida, a la situación actual donde, por privilegiar “las libertades y responsabilidades individuales”, tenemos unos estados pequeños en magnitud y capacidad de acción.

La “libertad” promovida en términos económicos llegó a ocupar todos los espacios de la vida de las personas, desde libertades y mínimas regulaciones en campos tan sensibles para la sociedad como la educación, hasta la valoración excesiva del individualismo en todo ámbito de nuestras vidas.

Podemos ver este individualismo en las relaciones de estas sociedades con sus autoridades, donde el único vínculo real que existe es en el día de las elecciones donde se establece un “diálogo” entre los electores y sus representantes. El individualismo de las sociedades latinoamericanas, si bien lo entiendo como una consecuencia de un modelo instaurado en la mayor parte del planeta, es de mayor relevancia porque en esta parte del mundo se aplicó el modelo lo más puro posible a diferencia que en otras partes, es decir se acrecentaron las características de este modelo neoliberal que lleva a las sociedades a asumir el sistema económico del libre mercado.

Donde el fin último es el bien personal, y se asume que gracias a la suma de todos los bienestares individuales la sociedad en su conjunto obtendrá los mayores beneficios; pero la realidad de estos últimos treinta años nos han demostrado lo contrario: el desempleo en América Latina es de un 10%, la analfebitazción es del orden del 10% en la región , tenemos una tasa de mortalidad en menores de 5 años de 32 de cada mil niños, y algo que suena abismante, el crecimiento económico prometido por los impulsores de este sistema es sólo es para unos pocos, ya que en toda América Latina tenemos más de un 40% de la población que vive bajo la línea de pobreza.

Los números son categóricos, la sociedad latinoamericana está separada del camino del desarrollo que nos muestran a diario las noticias internacionales, no es de extrañar entonces que asomen en la región gobiernos populistas, o que existan brotes de violencia altamente esparcidos por nuestros países.

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