Aportes de la química en la ciencia
veyravelasquez22 de Octubre de 2013
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Aportes de la química en la ciencia
Todas las reacciones que suceden en el cuerpo humano son bioquímicas, el pH de la sangre es un ejemplo de las reacciones ácido-base en el organismo. Todo lo que comemos son sustancias químicas de origen orgánico, se necesita saber por ejemplo cómo reaccionan los grupos aldehído y cetona para entender la absorción de los carbohidratos en el organismo (especialmente de la glucosa), así mismo con los lípidos y las proteínas.
Los neurotransmisores son sustancia químicas que excitan las neuronas y permiten así la comunicación neuronal, es decir, que sin ellos la vida sería imposible.
En cirugía por ejemplo el titanio es uno de los metales más usados especialmente en operaciones del cuello. La anestesia es otro de los ejemplos que te puedo dar.
En histología se necesitan ciertas sustancias química que den coloración a los tejidos para así poder observarlos.
Aplicaciones de la química en los alimentos:
La química es muy utilizada en la fabricación de los alimentos, actualmente se necesita una disciplina que conjugue las áreas de ingeniería y de nutrición, esto para poder desarrollar alimentos procesados que tengan características predecibles y que sean del agrado de los consumidores, por ejemplo para la fabricación de los cereales para desayuno por los sistemas de extrusión conocidos, implican un stress mediante trabajo mecánico ejercido por un equipo o sistema que provee de energía a la masa sobre la cual se formaran los cereales, este trabajo mecánico se traduce en energía que servirá para desdoblar los almidones y proteínas de los ingredientes, adquiriendo un producto que según su diseño puede ser de alto valor nutricional o solamente un snack que servirá para calmar el hambre.
La química en la guerra
La utilización de sustancias químicas como armas de guerra no es un fenómeno nuevo; esa idea viene llevándose a la práctica con mayor o menor sofisticación desde hace siglos. El petróleo y la brea eran usados en la Antigüedad para acabar con el enemigo o poner coto a su asedio. Dos mil años después se usaron 124.000 toneladas de armas químicas en el marco de la I Guerra Mundial: 90.000 personas murieron bajo sus efectos y un millón de heridos vieron su salud dañada severamente por mucho tiempo.
Aquel macabro saldo de víctimas llevó a que treinta y ocho Estados firmaran el Protocolo para la Prohibición del Empleo de Gases Asfixiantes, Tóxicos o Similares y de Medios Bacteriológicos en la Guerra. Suscrito en Suiza el 17 de junio de 1925 y vigente desde el 8 de febrero de 1928, el Protocolo de Ginebra prohíbe el uso de armas biológicas o químicas; pero eso no impidió que las mismas fueran utilizadas en II Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la Guerra de Vietnam (1955-1975) y en la I Guerra del Golfo, entre Irán e Irak (1980-1988).
Tomando en cuenta que el tratado en cuestión condenaba el uso, pero no se pronunciaba sobre la producción, el almacenamiento o la transferencia de armas biológicas –otros pactos se ocuparían de estos aspectos años más tarde–, cabe intuir que la fabricación y el tráfico de armas químicas de destrucción masiva se desarrollaron considerablemente durante décadas. Algunos expertos dan por sentado que en la guerra civil siria se está haciendo uso de sarín, una potente neurotoxinaincolora e inodora que altera el funcionamiento del sistema nervioso.
La química y el calentamiento global
Uno de los grandes retos actuales es la reducción
de gases de efecto invernadero. Más allá del debate
sobre el grado de influencia de las actividades
humanas en el clima, lo cierto es que todos debemos
asumir la responsabilidad de minimizar
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