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Apuntes complementarios para una introducción al concepto de Estado


Enviado por   •  5 de Abril de 2016  •  Apuntes  •  2.458 Palabras (10 Páginas)  •  157 Visitas

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Apuntes complementarios para una introducción al concepto de Estado

(Vinculado a clase IU 27/1)

Algunas cuestiones quedaron pendientes debido a la dificultad de hacer una introducción general al concepto de Estado. La intención de este texto es paliar algunas de ellas, aunque muchas otras las estudiarán en materias de grado en el futuro. En primer lugar, creo que olvidé mencionar que a partir de la consolidación de la revolución industrial (1780) como un proceso histórico, económico y tecnológico, y las llamadas revoluciones burguesas o liberales (1776, 1789, 1810-16, etc.), también pensadas como procesos históricos, sociales y políticos, comienza para la historia de la civilización occidental el periodo conocido como modernidad. Recuerden que antes habíamos transitado el Renacimiento. Hoy de acuerdo a algunos autores continuamos en la modernidad, mientras que otros pensadores plantean que estamos en la “posmodernidad” que se habría iniciado con la disolución de la URRS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en 1991 y la consecuente caída del polo comunista.

     Tanto el modelo de Estado interventor, como el Estado de bienestar y el Estado neoliberal son todos modelos de estados liberales con una economía de mercado. Lo que varía en cada caso es el grado de intervención del Estado. En el primero el Estado interviene en distintas variables macroeconómicas con la intención de fomentar la demanda, invertir en obra pública, controlar la emisión y circulación monetaria, regular el precio de las materias primas y otros productos claves para la economía local, establecer aranceles de importación de algunos insumos o mercaderías, etc. El Estado de bienestar hace lo anterior, pero también invierte muchos recursos públicos en proveer al ciudadano el conjunto de “derechos sociales” que antes debían ser satisfechos por el propio individuo, como puede ser la educación, jubilación, vivienda, etc. A su vez, es un “Estado empresario” porque tiende a nacionalizar y administrar algunos rubros que se consideran estratégicos o necesarios como la luz, el gas, las comunicaciones, aerolíneas de bandera, la industria pesada, etc. Este modelo implica una presión fiscal importante sobre la industria y la ciudadanía para sostener los costos de administración y gestión de un Estado que está presente en muchos aspectos al mismo tiempo. Eventualmente si esta presión fiscal y los altos costos de mantenimiento no van acompañados de una economía en crecimiento, un modelo de Estado de bienestar puede llevar a un gran déficit fiscal (más gastos que ingresos) que lo hace insostenible, de manera que entra en una crisis de la cual sólo se puede salir achicando el gasto público, es decir, con un achicamiento del Estado. El modelo de Estado neoliberal hace justamente esto último (contracción del Estado) siguiendo las recetas del liberalismo económico más ortodoxo. Argumentando que el Estado se ha convertido en “elefantiásico”, se comienza con un proceso de privatización de activos públicos, retirada del Estado en la provisión de ciertos servicios, fomento del sector privado en detrimento del sector público en las áreas de previsión social (jubilación y pensión), salud y educación, etc. Al mismo tiempo el Estado deja de intervenir activamente en la economía para darle lugar al mercado que, siguiendo la teoría liberal clásica, debería equilibrarse por sí mismo a partir de la ley de oferta y demanda. La justificación de estas políticas se basa en la creencia de que si el Estado interviene estaría entorpeciendo la dinámica del mercado y, por ende, la generación de riqueza. De acuerdo a la “teoría del derrame” cuando la economía se dinamiza y comienza a generar más capital, lo que primero favorece a las clases altas luego se “derrama” a las clases medias y bajas ya que hay más actividad económica, empleo, etc.  A su vez, los neoliberales consideran que el Estado de bienestar ha desincentivado el espíritu individual de empresa porque el ciudadano se ha acostumbrado a que sea el Estado el que le provee ciertos servicios de forma gratuita. En definitiva, se estaría volviendo a un Estado liberal clásico, es decir, a un modelo de Estado mínimo. De manera que el Estado se limita a proveer seguridad interna, haciendo que se cumplan las normas y los contratos entre las partes, y seguridad externa en caso de una amenaza a la soberanía nacional. A partir de este escenario, sólo se brindará educación pública general (hoy sería hasta el secundario) y el sistema de salud pública también se piensa con una extensión limitada. Las cuestiones vinculadas a la economía quedan sujetas a la dinámica del mercado, mientras que en este punto el Estado se limitará básicamente a intentar evitar los monopolios.

     Hoy en día la mayoría de los Estados actuales son híbridos de los modelos estándar. Ningún Estado tiene un modelo de bienestar clásico (excepto tal vez los países escandinavos: Suecia y Noruega por ejemplo), ni es un Estado mínimo (ni siquiera Estados Unidos o Chile que tienden a serlo en algunos aspectos). Sería muy costoso y complejo para los recursos públicos volver a un Estado presente en tantas áreas, pero también sería muy peligroso un Estado sin ningún control sobre la economía, más que nada en países en vías de desarrollo porque solemos tener economías muy débiles frente al mercado mundial. A su vez, creo que hoy hay cierto consenso en la ciudadanía de que al menos la salud y la educación de calidad deben ser un derecho universal. Pero esta última oración es más una posición propia, habría que confirmarla en los hechos utilizando técnicas de investigación en Ciencias Sociales como la encuesta por ejemplo. ¿Cuál es el mejor modelo de estado liberal? Esa es una gran discusión que en última instancia es política y, como en todo debate, encontraremos distintos argumentos y exposiciones.  

     Yendo al texto “Los significados de la expresión Estado”, cuando Bresser Pereira hace una diferenciación entre Estado y Sociedad civil tienen que entenderlo de este modo: la Sociedad civil somos todos los habitantes de un territorio los cuales, a su vez, estamos dentro de un Estado (con su forma de gobierno (presidencialismo con un poder legislativo de dos cámaras en el caso argentino); burocracia estatal (ministerios, secretarías, etc.); fuerzas armadas; activos públicos (empresas públicas, represas, etc.); normas y regulaciones). Si todo esto último no estuviera, solamente habría una sociedad civil sin Estado. Por lo tanto el Estado es una estructura creada especialmente y que en algún sentido se superpone a la Sociedad civil a pesar de ser también parte de ella. Sin estado, la Sociedad civil podría seguir existiendo aunque en un contexto muy distinto. Pero al revés es imposible: no puede haber un Estado sin Sociedad civil. Para poder mantener a la estructura del Estado necesitamos de una economía que genere excedente porque es imposible sostener un Estado con una economía de subsistencia (como las tribus cazadoras-recolectoras por ejemplo).

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