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Aquí Dejo Un Poema


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  599 Palabras (3 Páginas)  •  425 Visitas

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Aquí dejo un poema que expresa el deseo y la pasión que puede llegar a generar una persona por ese ser infinito que ama en momentos en los que el erotismo se queda en el ser y va mas allá del momento sublime y trasciende el tiempo a través de la memoria, espero os guste.

Su cuerpo es una aldea donde yo me refugio cuando truena en el cielo, y tiemblan los follajes de mis venas y las agrupaciones de mi pelo, su cuerpo dulce y hondo y sus dos brazos claros como ríos sin puentes, donde me oculto con mis tempestades y las constelaciones furiosas de mis dientes, vientos como caballos me pisan todo el pecho de pan de amapolas, pero voy a su cuerpo y su cuerpo me lava la sangre con sus olas, olas blancas y largas, en cuyos precipicios y cimas espumosas recobro mis batallas, pero las que se ganan con caricias grandiosas, solo su cuerpo dulce en medio de estos días con sabor a ceniza, y a semana nocturna sobre la matutina tela de la camisa, su cuerpo dividido en colinas, valles, en boscajes, nidos, y prados de amapolas donde hay niños oscuros y linajes dormidos. Miel tibia, leche tibia, y el rumor de la sangre bajo la piel delgada, el rumor de la vida, bajo la piel desnuda y levantada, solo su cuerpo dulce para el mío de fibras y de zumos amargos, que ya esta fatigado de las noches oscuras y los caminos largos. Entramos en el juego del amor, que se transforma en deseo arremolinado hecho llamas incontenibles, entonces todo arde, los cimientos que sostienen la cama se pulverizan hasta quedar en ceniza, los cuerpos se consumen en el calor infinito hasta fundirse en uno solo y entramos en el juego de la seducción erótica cual abejas; cada beso es más dulce que la miel y arrebatadamente el aguijón es cambiado por las bocas que se clavan en todo el cuerpo junto con las miradas, solo quiero hacer que esta llama no sea una quimera e ir volando hacia la soberbia flama como la mariposa endemoniada a sabiendas que morirá, pero porque conformarse con ser mariposa si puedo renacer como el fénix en este arrebato infinito de amor y pasión desenfrenada, por un segundo mengua tanta pasión y caigo renacido en tus brazos, entonces reímos, lloramos, hablamos, soñamos, nos tornamos impredecibles pero lo único constante es que nos amamos. Somos como los que se aman, al desnudarnos dos monstruos desconocidos, que se estrechan a tientas, cicatrices con que el rencoroso deseo señala a los que sin descanso se aman: El tedio, la sospecha que invencible nos ata en su red, como en la falta dos dioses adúlteros.

Enamorados como dos locos, dos astros sanguinarios, dos dinastías que hambrientas se disputan un reino, queremos ser justicia, nos acechamos feroces, nos engañamos, nos inferimos las viles injurias con que el cielo afrenta a los que se aman, solo para que mil veces nos incendie el brazo que el mundo son los que se aman mil veces morimos cada día, en la grata penumbra de la alcoba, todo indecisamente sumergido y ella, desmelenada

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