Autoconciencia de la vulnerabilidad

Autoconciencia de la vulnerabilidad:

Este reconocimiento no se da manera inmediata, ni por una deducción de carácter lógico, sino que se logra como resultado de muchas experiencias a lo largo del transcurso de la vida, por lo que sería imposible recordar el momento exacto donde se descubre la vulnerabilidad.

La autoconciencia de la vulnerabilidad transforma radicalmente la vida de la persona. Es distinto vivir la propia vida sin haber interiorizado la vulnerabilidad, que vivir asumiendo, en cada momento, el carácter lábil de la propia existencia. Esto significa que la revelación de la vulnerabilidad marca una diferencia entre el antes y el después. Cuando uno toma conciencia de esta, no puede vivir como si todo permaneciera igual, como si todas las seguridades que sustentan la propia vida fueran inmunes a la experiencia de la vulnerabilidad.

 Posteriormente a la revelación de esta, uno toma conciencia de la fragilidad de los vínculos que le convierten en un ser social y del carácter fugaz de su propia vida. La consciencia de la vulnerabilidad es vacilante e inestable y se produce la huida de esta por múltiples razones. En algunos casos, esta huida obedece a un mecanismo de supervivencia. Resultaría muy arduo tener que vivir constantemente, diariamente, con la conciencia lúcida de nuestra fragilidad y mortalidad. Podría llegar a ser insoportable para el ser humano.

 Es aquí donde aparece la preocupación, el miedo a ser un estorbo, una carga moral y material para las personas más próximas. No se debería sentir vergüenza o pudor sobre la vulnerabilidad, ya que es propia del ser humano y nos refleja el que necesitamos ayuda unos de otros. Al ser un característica social y no individual, debemos aceptarla como tal, sin culpabilizar a quién lo demuestre, puesto que uno no elige ser vulnerable y esto último está asociado al mismo hecho de existir.

...