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BASES TEORICO- METODOLOGICAS PARA EL DIAGNOSTICO Y DISEÑO DE ORGANIZACIONES

pham9 de Octubre de 2012

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1 INTRODUCCION

Previo a exponer la metodología, nos parece necesario introducir una síntesis teórica que explique lo que significa el pensar sistémico y la conceptualización que hay detrás de ello, el papel del observador en el sentido de “observador sistémico”, para luego presentar la aproximación metodológica propiamente tal, con toda su riqueza teórico- conceptual.

2 LO SISTÉMICO, LOS SISTEMAS Y EL PENSAMIENTO DE SISTEMAS.

Para comprender el origen y significado del término “sistémico”, nos referiremos a lo que Checkland y Scholes (1994) expresan al respecto. Ellos definen lo sistémico de la siguiente manera:

“A la mayoría de la gente culta, si se le pidiera que nombrara un adjetivo a partir del sustantivo "sistema", ofrecería "sistemático". Pero existe otro adjetivo a partir de "sistema" que es más importante que "sistemático", si lo que se quiere es entender la naturaleza del pensamiento de sistemas: el adjetivo "sistémico". Para la gran parte de la gente que lo conoce, la palabra tendría connotaciones biológicas o médicas. Una condición es "sistémica" si ésta invade el cuerpo visto como un todo, y es digno de observarse que el recientemente publicado Oxford Dictionary of Current English, proporciona sólo una definición orientada a la medicina, en otras palabras, "del sistema corpóreo como un todo". Pero esto limita de manera innecesaria, y una mejor definición sería: "de o relativo a un sistema visto como un todo".

El adjetivo "sistémico" implica que tenemos un concepto claro de lo que queremos decir con la noción de "sistema". Existe tal noción, y el pensamiento de sistemas es, simplemente, pensamiento organizado conscientemente, que hace uso de dicho concepto.”

De esta explicación se desprende que “lo sistémico” nos sitúa frente a la opción de enfocar y explicar aquello que estudiamos como una totalidad, a diferencia de los enfoques analíticos reductivistas, o mejor dicho, reduccionistas imperantes en la actualidad, los que solo toman algunas partes de aquello que estudian, aislándolas del conjunto y por tanto obviando sus consecuencias en el todo.

Para enriquecer esta conceptualización, nos parece pertinente centrar brevemente la atención sobre el sustantivo sistema, explorando lo que hay como trasfondo, detrás del concepto.

2.1. La idea de sistema

Existen en la literatura cientos de definiciones de sistema, pero en general, la gran mayoría tienen en común tres ideas centrales, las que nos permiten entender como sistemas, a todas aquellas entidades que cumplen con:

1. Un conjunto de partes (elementos u objetos). Esta primera idea, si bien es necesaria, por sí misma es muy pobre aún para acercarnos a la noción de sistema. En nada diferencia a la totalidad sistémica, que queremos definir, de un conglomerado.

2. Interrelación entre esas partes o elementos. Esta segunda idea, nos reúne a las partes, pero es pobre para dar un sentido de unidad al todo. Nos acerca a la concepción de estructura, pero le falta organicidad.

3. Un patrón coherente, que le da sentido a este todo formado por las partes en interacción. Algunos autores hablan de un propósito común, o también de comunes objetivos. Sin embargo, lo que sí está claro es que refleja el sentido de unicidad para la totalidad; el sistema. Esta debiera ser, en principio, la primera condición a considerar para definir algo como un sistema, si queremos ser fieles a la definición que presentan Checkland y Scholes para lo sistémico.

2.2. Propiedades de los Sistemas

Para complementar la definición presentada, nos parece conveniente plantear aquellas propiedades de los sistemas, las que darán mayor riqueza en el uso y definición del concepto.

La primera propiedad, corresponde a la Emergencia , fuertemente ligada con el concepto de sinergia –el todo es más que la suma de las partes-, y tiene directa relación con el patrón coherente o propósito común, mencionados en las definiciones de sistemas. Es decir, la interrelación entre las partes, entrega como resultado –hace emerger- algo que no es verificable desde estas partes y está más allá de la simple agregación del aporte que cada parte entrega al conjunto. Como ejemplo, ¿cómo cada operación fabril, en una empresa industrial cooperativa, nos muestra que estamos en una cooperativa?. La empresa industrial cooperativa está en el todo sinérgico, dado por la interacción de sus componentes, no es deducible desde sus particularidades productivas.

La segunda propiedad de los sistemas, corresponde a la estructura y dice relación con los componentes y relaciones entre componentes que constituyen al sistema. Dice también, que dicha estructura debe ser recursiva, es decir, todo sistema contiene y está contenido en otro sistema. De esto, se desprende que las partes y relaciones que componen un sistema, son a su vez sistemas, y el sistema pasa a ser parte componente de un sistema mayor. Esto, permite tratar con niveles, y por tanto administrar la complejidad en el estudio, fragmentando en partes que son totalidades, sin perder el sentido global o patrón coherente del sistema enfocado. En organizaciones humanas, esto se da como sistemas autónomos, formando parte de una totalidad, también autónoma con respecto a su nivel superior. Por ejemplo, La Escuela Politécnica Superior, La Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, La Facultad de Ciencias Empresariales (ETEO), Formación Continua (IRAUNKOR) y el Instituto Universitario Cooperativo (KUI), son componentes identificables como totalidades (sistemas autónomos) al interior de la Mondragón Unibertsitatea (MU), como también la MU representa una totalidad inmersa en MCC, claramente distinguible como sistema autónomo. Este despliegue de complejidad de sistemas o niveles de resolución, es lo que algunos autores –Checkland (1993), Checkland y Scholes (1994), Rodríguez (1994)- llaman jerarquía de sistemas.

Las dos últimas propiedades de los sistemas, corresponden a comunicación y control, y tienen directa relación con la idea de supervivencia. Ellas son las que permiten al sistema adaptarse a las perturbaciones del medio y conservar de ese modo el sentido de totalidad. Volviendo al ejemplo de la MU, sus sistemas de calidad, su estructura organizacional administrativa y académica, sus planes estratégicos y de gestión, representan algunos de los mecanismos de comunicación y control de apoyo a la supervivencia del sistema.

2.3. Los Sistemas y el observador

La comprensión del concepto de sistemas, no podemos darla aún por concluida. Comúnmente, la principal dificultad que encontramos al aplicar esta idea, dice relación con el cómo darle una representación de sistemas a cualquier ente o entidad real, sin tomar en cuenta a quien o quienes lo están observando –los participantes-. Si se piensa, como ejemplo, que el fenómeno enfocado lo representa una empresa productiva, ante cualquier descripción o modelo de la empresa, correspondería preguntarse; ¿Este modelo corresponde: al pensar o sentir del Directorio, de la Gerencia, a algún empleado de confianza, al Sindicato, los clientes, o sólo al personal y caprichoso modelo del Analista de Sistemas?. Cada uno de los sistemas de observadores allí descritos, imprimirá distintos patrones de coherencia a la empresa y por tanto sus concepciones de las partes e interrelaciones seguirán esas directrices, mostrando tantos sistemas como observadores o grupos de ellos tengamos.

Lo anterior, nos obliga a explicar el concepto de sistemas y sus principales características, considerando como aspecto pimordial, al observador. De esta forma, la idea de sistemas como constituido por partes, se desdibuja, ya que las partes no están per se, sino que son distinciones explicativas que hace alguien, respecto de aquello que observa. Por eso, se hace necesario replantear el concepto, según: la abstracción hecha por un observador o una comunidad de ellos sobre un fenómeno, que lo definen como un todo adaptativo que puede ser capaz de sobrevivir en un medio cambiante. El uso de esa imagen o metáfora, por parte de observadores –individualmente o en grupo-, es lo que nos hace producir pensamiento de sistemas acerca del mundo. Esto, se hace especialmente relevante, cuando aquello a examinar corresponde a un fenómeno de actividad humana, donde el concepto que emerge según la metáfora, corresponde al de un sistema de actividad humana –como por ejemplo: una empresa, una comunidad, o cualquier grupo humano organizado-.

2.4. Pensando sistémicamente

Si queremos establecer explicaciones de lo que experimentamos o vemos, en un dominio específico de lo que vivimos, entonces construimos modelos . Estos representan, la visión particular que como observador, le damos a lo sucedido. Es así, como podremos crear modelos económicos –si el apego como observador es a lo económico-, físicos –si nos preocupa lo concreto-, sociales -si la dimensión de lo que nos ocupa dice relación con los grupos humanos-, etc. Pero si el interés es por el todo, los modelos que obtendremos son sistémicos.

El pensar integrador, como es el pensamiento de sistemas tiene una tradición muy antigua , sin embargo, la constitución formal en el pensamiento de sistemas ocurre en 1955, con la formación de una sociedad para el desarrollo de la Teoría de Sistemas Generales. Sus fundadores fueron el biólogo Bertalanffy, el economista

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