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Bataille


Enviado por   •  5 de Diciembre de 2013  •  Exámen  •  1.171 Palabras (5 Páginas)  •  262 Visitas

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Bataille dice que «la fuente y la esencia de nuestra riqueza se encuentra en la radiación del sol, la cual dispensa energía —riqueza— sin contrapartida. El sol da sin recibir» [La Parte Maldita, p.64]

El principio mismo de la materia viviente requiere que las operaciones químicas de la vida que han exigido un gasto de energía, tengan un beneficio, es decir, sean creadoras de excedentes. [La Parte Maldita, p.63]

Que, en principio, un organismo disponga de recursos de energía superiores a los necesarios para las operaciones que aseguran la vida (actividades funcionales y, en el caso del animal, para los ejercicios musculares indispensables para la búsqueda del alimento), es lo que permite funciones como el crecimiento y la reproducción. Ni el crecimiento ni la reproducción serían posibles si la planta o el animal no dispusieran normalmente de un excedente. [La Parte Maldita, p.63]

El problema de los seres vivos individuales es que el crecimiento no puede ser ilimitado, siempre encuentra un techo, un límite interno o genético.

Una vez alcanzado ese techo, ese límite al crecimiento individual, el excedente energético ha de ser dilapidado, destruido, donado, en dos palabras: "gastado inútilmente".

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El hombre, como ser vivo que es, no puede permanecer ajeno al movimiento dilapidatorio de la energía. Sin embargo posee ciertas características que lo hacen diferente de los demás seres vivos: por un lado la capacidad de transformar su medio a través del trabajo y de la técnica, y por otro, la consciencia (distinta de la "conciencia de sí").

(1) Lo que consigue a través del trabajo y de la técnica es extender el espacio disponible para la vida

Y es que el hombre en el planeta no es más que, de una forma indirecta, subsidiaria, una respuesta al problema del crecimiento. Sin duda, con el trabajo y con la técnica ha hecho posible la extensión, más allá de los límites recibidos. Pero, lo mismo que el herbívoro con relación a la planta es un lujo —y el carnívoro con relación al herbívoro—, el hombre es, de todos los seres vivientes, el más apto para consumir intensamente, lujosamente, el excedente de energía que la presión de la vida se propone en abrasamientos conformes al origen solar de su movimiento [La Parte Maldita, p.73].

Esta consumición está integrada por los llamados gastos improductivos:

El lujo, los duelos, las guerras, la construcción de monumentos suntuarios, los juegos, los espectáculos, las artes, la actividad sexual perversa (es decir, desviada de la actividad genital), [...] representan actividades que, al menos en condiciones primitivas, tienen su fin en sí mismas. Por ello es necesario reservar el nombre de gasto para estas formas improductivas, con exclusión de todos los modos de consumición que sirven como medio de producción. A pesar de que siempre resulte posible oponer unas a otras, las diversas formas enumeradas constituyen un conjunto caracterizado por el hecho de que, en cualquier caso, el énfasis se sitúa en la pérdida, la cual debe ser lo más grande posible para que adquiera su verdadero sentido ["La Noción de Gasto", p.28].

La guerra corresponde a una destrucción inútil de recursos cuando un sistema social ha tocado techo, cuando ya no puede crecer más debido a los límites que le presentan otros sistemas sociales.

La verdadera oposición, lo verdaderamente trágico para Bataille consiste en la disyuntiva de dedicar de la energía excedente a la acumulación (a través del trabajo y la técnica) o al gasto improductivo; opone el principio de crecimiento y conservación al principio del gasto o pérdida.

La preocupación

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