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Enviado por   •  18 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  720 Palabras (3 Páginas)  •  76 Visitas

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Después de descargar, cargar, o transbordar la mercancía, Henry y yo terminábamos la faena con canuto o con cerveza, generalmente, la segunda; lo cierto es que aquella noche de viernes, exaltados por la victoria de la mecha y de la escasa mercancía; decidimos abrirle la llave y el gañote a la chela. Era relativamente temprano pero las  botellas de cerveza ya se tenían que organizar para economizar espacio, hablábamos de motos, tatuajes, de mundos y negocios turbios…ya abrigados en alcohol, decidimos comprar un par de latas e irnos a fumarnos unos cigarros no convencionales por la calle. Ya embebidos y alterados por diversas clases de estados, Nos disponíamos. O al menos yo, disponiame con rumbo al lar. En la esquina de la 32 con 1…una panel; se apearon como en  aquel comercial de carros donde una horda de ninjas salen de un auto diminuto para su número, sin dejos de malestar o mal confort; así, tal cual. Cegado y un poco hipnotizado por las luces de la patrulla, puse las manos contra la pared, y separé un poco las piernas para dar paso a la respectiva raqueta.

-Saque todo lo que tenga en los bolsillos- Imperó el verde personaje,

Metí las manos en los bolsillos; en la izquierda el móvil, y la llave de la moto, que descansaba segura en la bodega, en la derecha las llaves de la casa, tres dulces de anís, 550 pesos repartidos en 6 monedas, como diez plásticos de dulces vacios, un papel con el No de móvil de un cliente y mugre.

Mismo tratamiento para Henry que sin darme cuenta, había estado ya como al 80% de ebriedad; a diferencia mía, sacaba de sus bolsillos una sola cosa a la vez; del bolsillo izquierdo: un cortaúñas pequeño, la llave de la moto, el móvil de la empresa, un llavero negro de la letra H sin llaves, -este me lo regaló la hembra hoy- decía mientras lo enseñaba al del arma, un escapulario sin cruz, dos billetes de 2000 una sim card –este para esa otra hembra- decía, mirándome y con una picara sonrisa, un volante de meretrices caras en el Navarrete; en la derecha, el móvil personal, una fosforera, tres monedas de 200, dos filtros de peche, una media de royal con dos cigarrillos deformes pero aun fumables dentro, la tapa de una cerveza, la cruz del escapulario –Marica, esta me lo trajo de Zipaquira, mi abuela, esta bendito; una manilla sin terminar, -está la voy a terminar mañana en el pepe nalga, porqué mañana toca ir a traer una mercancía y allá se demora, iras conmigo, pirobo! Las llaves de la casa, una canica!

Cuando sacó la media aforme de cigarrillos, se la arranque de la mano y sin dejar de verlo y sonreír encendí un cigarro, y de ahí para allá la carcajada mental, era casi imposible de contener, y sacaba una cosa, hablaba de ella, sacaba otra,  se la enseñaba y me la pasaba: me acabe el peche, y Henry aun sacaba algo del bolsillo, gire un poco la cabeza para ver el tombo, que impávido, no podía creer como le cabían tantas cosas en los bolsillos y le sobraba tanta lengua para hablar mierda o simplemente quería encontrar algo comprometedor en los bolsillos de Henry, volteo a ver a su compañera, una pequeña y regordeta mujercilla con el ceño fruncido, y rumiando heces contra mi amigo; no pude mas, me aleje un poco, aduciendo la compra  de mas peches en una tienda que estaba a 20 metros de ahí, y jajajajaj a borbotones, me senté en las gradas de la tienda sin poder contenerme, llorando a carcajadas –diría Any- luego me acosté, y revolcado de polvo y risa, ni cuenta me di que los zombies ya se habían ido, llego Henry y entre risas me pregunto qué pasaba, -No jodás-. Le dije y solté otra carcajada, -vos pareces la máscara, no tienes ahí un yunque o un bate? Rió también, -que fue? Que te dijeron? Pregunté, -nada, igual no tenía nada comprometedor- replico Henry, y eso que se aburrieron y no saque todo, dijo después; siguiendo con el plan inicial me dirigía a mi casa, pero no dejaba de pensar en las cosas que pueden caber en los bolsillos, y no solo baratijas, historias guardadas y ávidas por ser contadas.  

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