Bretaña Y Caracteristicas

La gastronomía bretona

Entre otras muchas cosas uno viene a Bretaña para relajarse y sentarse frente a un magnífico plato de marisco, una buena crêpe con mantequilla, una torta de salchicha, un tazón de sidra, un pastel bretón con pasas, un bogavante bretón o un plato típico de sardinas.

Viaje a la mesa bretona

En esta región, más que en ninguna otra, la sucesión de temporadas da lugar a paisajes y productos renovados sin cesar y la cocina se aprovecha de ello: caracoles de mar, vieiras, centollos y otros mariscos son materia prima de elección.

Viva como una fuente de marisco que todavía huele a mar, sabrosa como un plato cocido a fuego lento, la cocina bretona es natural y llena de sabor. Pues la cocina bretona tiene dos características, la sencillez y la calidad de sus productos, reforzando así el carácter auténtico de la región.

Especialidades regionales:

- mariscos, frutos del mar y pescados: Coquille Saint-Jacques, Homard breton, llos mejillones a la marinera, la raya con mantequilla...

- las carnes: Kig-ha-farz, significa, literalmente, “carne y relleno” y es el plato tradicional bretón por excelencia. Originario de la Baja Bretaña, concretamente de

la región de Léon, situada al Oeste de Morlaix y que se extiende hasta Brest, resulta un plato de lo más completo. Parecido a un cocido, presenta no obstante la originalidad de incluir entre sus ingredientes harina de trigo negro.

- las legumbres: alcachofas, coliflor...

- crêpes y galettes: Crêpe bretona, Galette bretona, Galette con salchica... Las galettes (a base de harina de trigo negro) se prestan a todos los acompañamientos, a menudo salados (jamón, queso, champiñones…). Las crêpes (a base de harina candeal) suelen servirse dulces, con un poco de mantequilla salada derretida, miel o mermelada, o acompañadas con sorbetes. Las crepes rellenas de helado o bañadas con chocolate juegan con los contrastes de frío y calor.

- los postres: flan bretón, pastel bretón, Kouign amann (Este pastel, rico en mantequilla salada, es una de las especialidades gastronómicas más famosas de Bretaña, por su originalidad y sabor. Su nombre, literalmente “pastel de mantequilla”, resulta también exótico para los oídos no acostumbrados a la lengua bretona. Todo el arte de elaboración de este pastel reside en la calidad de la mantequilla utilizada y el tiempo de reposo de la masa. Como dice el refrán: “lo hace quien quiere, lo consigue quien puede”..

Los quesos regionales: el elemental y la raclette

Diferentes tipos de sidra:

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