Breve Reseña De Zacatecas En La Revolución

Del soliloquio de un viejo

- Por la ventana se veía llegar la luz del reflector que pusieron en lo alto de la Bufa. Los federales lo hacían girar toda la noche y no dejaban dormir. Ni eso ni el miedo que se colaba entre las piedras y silbaba como un grillo, entre el viento y el silencio. Así, en medio del silencio, se escucharon los caballos a todo galope cruzar la noche.

-¡Ave maría purísima!- Decía mi madre como si en eso se cobijara la preocupación, y así fue hasta la mañana, que de rezar y rezar se nos secaron los labios y se nos fue el hambre, con el Jesús en la boca.

Sonó la campanada de las 10 de la mañana, en medio de un silencio como de tumbas abiertas. A luego de eso estallo en pedazos el aire, porque de la boca de un cañón salía toda la Revolución de un solo golpe.

-¡Ave María purísima… jijos de la chingada! Y fue la última que se le escuchó gritara a mi mama. Luego fue puro caballo y gritos y truenos lo que se vino de todos los cerros. Cuarenta cañones y nubes de polvo y polvo de soldados y muchos trenes y las gallinas locas y las locas vecinas. Puro grito como de infierno bajaba del cielo entre la pesada lluvia.

- Primero tomaron el cerro del grillo. Luego fue la bufa. Los federales pasaban corriendo y disparando como locos a los que perseguía el diablo. Volaron el edificio federal con todo el arsenal y la explosión mató a mucha gente. Muchas más murieron por los cañonazos que los de Villa aventaron sobre los edificios del gobierno.

- Cuando vino la noche, los villistas disparaban a todo lo que se movía. Entraban a las casas y disparaban. Salían cargados de cosas y de muchachas. La ciudad parecía un fogón y el viento una flor de sangre.

- Nosotros salimos al día siguiente de bajo de las tablas y las piedras que quedaron de la casa. Ya no estaban muchas cosas tan bonitas de antes. El arco triunfal de la calle de la merced nueva, que estaba en el centro había desaparecido. El cuartel y la casa de moneda eran puro barro hecho de tierra y muertos. Los vidrios de colores del teatro y las fuentes y tantas cosas tan bien hechas por los antiguos se habían perdido.

- Apenas si tenía los años para poder acordarme de tantas cosas, pero eso se me quedo grabado con fuego. Luego al crecer, los que quedamos, vimos cómo se cambiaban todas las cosas. Quitaron las vías del tranvía que pasaba por Zacatecas. Tumbaron mucho edificio antiguo para poner nuevas tiendas y cerraron las antiguas, quesque por que los alcanzo la modernidad. Con esa ignorancia, cambiaron los hermosos balcones, las piedras de los callejones y ahora hasta destruyen las antiguas plazas. Ni en la revolución ni en la cristera se perdió tanto de lo antiguo y de lo bello.

- Hay cosas que se van perdiendo por que la gente no sabe lo que tiene. A veces aún se escucha decir: ¡Ave María Purísima¡ y yo pensando en esto suelo repetir

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