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CONCEPTO DE SISTEMA ELECTORAL

El sistema electoral puede ser definido como el conjunto de reglas que determina la forma en que los electores seleccionan a los candidatos y partidos políticos de su preferencia y la manera en que el voto de los electores define la asignación de escaños (la ocupación de los puestos en el parlamento) y los cargos gubernamentales (en el caso de la elección de presidente y alcaldes).

Un sistema electoral es el conjunto de principios, normas, reglas, procedimientos técnicos enlazados entre sí, y legalmente establecidos, por medio de los cuales los electores expresan su voluntad política en votos que a su vez se convierten en escaños o poder público. En un sentido amplio, y según el constitucionalista Roberto Lopresti, el sistema electoral es la parte del Derecho Constitucional que aglutina el conjunto de reglas relacionadas con la integración de los órganos de gobierno por procedimientos electivos. Según este concepto, las normas que regulan la ciudadanía, los partidos políticos, las bases del sufragio, la emisión del mismo, los órganos electorales, los recursos contra sus decisiones y al sistema electoral en sentido restringido.

FUNCIONES DEL SISTEMA ELECTORAL

REPRESENTATIVIDAD

En un sistema electoral con altos niveles de representatividad los diferentes partidos políticos

obtienen escaños en el parlamento en una proporción prácticamente igual al porcentaje de

votos obtenidos en las elecciones, de tal forma que ningún partido quede sub-representado o

sobrerrepresentado. Por ejemplo, si existen los partidos políticos A, B y C y ellos obtienen un

55, un 30 y un 15% de los votos respectivamente, en un sistema electoral representativo

perfecto, estos partidos obtendrían el 55, 30 y 15% de los escaños en el parlamento

respectivamente, sin que ninguna fuerza se vea ni sobrerrepresentada ni sub-representada. En

ese sentido, cuando analizamos la representatividad de un sistema electoral, debemos

cuestionarnos si este representa adecuadamente la heterogeneidad política de una sociedad,

acorde con la proporción de los votos obtenidos por cada partido, de modo que ninguna

fuerza política, por minoritaria que sea, quede excluida del sistema

EFECTIVIDAD

En relación a la efectividad del sistema, esta dice relación con su desempeño como mecanismo

para asignar escaños y facilitar la toma decisiones. Si bien es cierto que la representatividad es

un valor positivo, esta debe ser conjugada con la efectividad del sistema. Sistemas demasiado

representativos generan incentivos para que proliferen y se dividan los partidos políticos, ya

que cualquier partido, por pequeño que sea, podría llegar tener un escaño en el parlamento.

Ello puede traer como consecuencia una fragmentación de las fuerzas políticas en el

parlamento, llevando a que a los legisladores les resulte más complejo establecer acuerdos para aprobar las leyes. Esta dificultad, en un sistema presidencialista, se torna especialmente

compleja, en la medida que la duración en el cargo parlamentario no está supeditada al éxito

con que el Presidente gobierna. En ese sentido, los partidos políticos no tendrían ningún

incentivo para hacer alianzas en el parlamento, dificultando la aprobación de las leyes, lo que

puede generar serios problemas de gobernabilidad al Presidente. Este es un claro ejemplo de

cómo demasiada representatividad puede ser negativa desde la perspectiva de la eficacia.

PARTICIPACIÓN

La participación en el sistema electoral dice relación con los efectos de las reglas electorales en

el vínculo entre los votantes y sus representantes, pudiendo reconocerse sistemas

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