CABELLEO CARMELO

el 27 de abril de 1888. Fue un narrador, poeta, periodista, ensayista y dramaturgo peruano. Fue hijo de Anfiloquio Valdelomar Fajardo y de María Carolina de la Asunción Pinto Bardales. Vivió en una pequeña casa en la cuadra tres de la calle Arequipa en su natal Ica.

Valdelomar fue un escritor completo pues abarcó prácticamente todos los géneros literarios conocidos. Sin embargo, lo mejor de su creación ficticia se concentra en el campo de la narrativa cuentista. Sus cuentos se publicaron en revistas y periódicos de la época

El 24 de septiembre de 1919, resultó electo diputado por Ica ante el Congreso Regional del Centro. En una reunión de dicho Congreso realizada en la ciudad de Ayacucho, en los altos de una casona, cuando Abraham se disponía de noche a bajar por una empinada escalera de piedra, resbaló (o perdió el equilibrio), cayendo desde una altura de seis metros hasta dar de espalda sobre un montículo de piedras. Como consecuencia de ello sufrió una fractura de la espina dorsal, cerca de las vértebras lumbares, la cual, luego de dos días de penosa agonía, le causaron la muerte el 3 de noviembre de 1919, a las dos y media de la tarde. Apenas contaba con 31 años de edad.

2.- Obra:

El caballero Carmelo es una de sus más grandes creaciones, considerado por la crítica como lo mejor de toda su creación ficticia y uno de los cuentos más perfectos de la literatura peruana. Fue publicado el 13 de noviembre de 1913 en el diario La Nación de Lima. Nos narra la historia de un viejo gallo de pelea llamado el Caballero Carmelo, que debe enfrentar a otro gallo más joven llamado el Ajiseco. El Carmelo, sacando fuerzas de flaqueza, gana, pero queda gravemente herido y poco después muere, ante la mirada de sus dueños.

• ESCUELA LITERARIA AL QUE PERTENECE EL AUTOR: El postmodernismo

• ÉPOCA: Contemporánea

• GÉNERO LITERARIO: Narrativo

• ESPECIE LITERARIO: Cuento

• FORMA DE EXPRESIÓN: Escrito en prosa.

II. RESUMEN:

Era un día por la mañana, después del desayuno, cuando todo era hermoso a nuestro alrededor, vimos aparecer a un hermoso jinete sobre un hermoso caballo. Reconociéndolo al instante, era mi hermano Roberto, al instante salimos todos corriendo. Entrando mi hermano, descendió ante nosotros, luego paso al comedor donde puso su alforja, había traído regalos para todos, y sacando uno por uno sus objetos que había traído empezó a repartir a todos...

- ¿Y para papá? - Preguntamos todos

- Sonriendo llamo al criado y le dijo: El Carmelo.

Y fue así como “El Caballero Carmelo”, amigo de infancia entro a nuestras vidas. En poco tiempo se convirtió en un gran luchador, ganando muchas peleas de gallos.

Ya había pasado mucho tiempo que estaba en casa y el gallo había envejecido, y cierto día por la tarde después del almuerzo mi padre nos contó una noticia. Había aceptado una apuesta para la jugada de San Andrés el 28 de Julio. Dentro de un mes el “Carmelo” en un combate toparía a muerte con un famoso gallo más joven que él, llamado el “Ajiseco”. Todos nos sentimos muy triste por tanta crueldad. Y así es como llego el terrible día del combate, un hombre había estado viniendo antes a prepararlo. A los pocos minutos, un silencio invadió todo y en brazos sacaron al gallo.

Nos encaminamos a la “cancha”. Una frondosa higuera daba un aspecto de circo al lugar. Mi padre, rodeado de algunos amigos, se instaló. Al frente estaba el juez y a su derecha el dueño el paladín “Ajíseco”. Había mucho ruido, plumas volando, gritos de la muchedumbre y cuando de pronto cayó uno de ellos.

- ¡Ha enterrado el pico señores!

Ahora era el turno de nuestro “Caballero Carmelo”. Un rumor de expectación rondo el circo; y es así como empezó el combate, el juez sonó la campañilla y yo empecé a temblar, nuestro gallo al lado del otro era un gallo viejo y achacoso.

Una vez frente al enemigo el Carmelo empezó

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