CARTA A UN PROFESOR

______________._____________, a 14 de marzo de 2013

Estimado maestro.

Me dirijo a usted, después de casi diez años, con el objetivo de analizar de forma constructiva la forma de enseñanza que fue empleada para la construcción del aprendizaje del que hago uso constante y por el cual he llegado hasta esta etapa tan importante de mi vida, empleado técnicas efectivas para la formación de mis futuros pupilos empleando su conocimiento y reflexionando acerca de ello. Ya que ahora desde esta posición de maestra, me interesa llevar acabo estrategias que verdaderamente favorezcan la enseñanza, valorando sus virtudes y sus defectos, aprendiendo de esto.

La presente es dirigida a usted porque ha sido la profesora a la que mejor recuerdo guardo. Aun recuerdo que hacia de sus clases un ambiente de participación activa, constante y reflexiva en todos los momentos de aula, aun mas, fuera de ella. Permitiéndonos reflexionar sobre nuestra acción y de ahí modificar o mejorarla. Respetando la diversidad, a nuestro estilo de aprendizaje. Tratando de llegar a todos y todas con estrategias innovadoras. Solo usted lograba captar nuestra atención haciendo de su clase un lugar de desafíos intelectuales, siendo atractiva para nosotros. Sus clases eran amenas, en ellas había un ambiente cálido y seguro. En ocasiones un poco seria, pero siempre transmitía confianza y cercanía. Otra de sus virtudes era su capacidad de escuchar. Pues cuando alguien se portaba mal, esperaba a que terminara la clase para hablar con él y después escuchaba lo que esa persona tenía que decir. A pesar de atender un numeroso grupo y bastante complicado, sin embargo tu paciencia y comprensión nunca se agoto, usted sabia llevarnos perfectamente. Ganándose nuestro respeto y cariño.

Sin embargo maestra le pediría que durante su desempeño laboral no marque las preferencias, ya que cuando se alaba a algunos e ignora a otros, deteriora nuestras relaciones como amigos y pasamos a ser enemigos, además de evitar comparar a los alumnos con sus hermanos en años anteriores, recuerde que nadie es igual, y aunque no tenemos las mismas cualidades, también tenemos grandes virtudes. No amenace y si lo hace, cúmplalo. Si no cumple lo prometido aprenderé que haga lo que haga siempre puedo salir eximido, se que para usted es un acto de bondad sin embargo como no tenemos una conciencia de las consecuencias de nuestras acciones, podemos abusar de su gran compasión. Sea estricta y cumpla sus castigos.

Por medio de esta carta se le invita a que reflexione sobre lo mencionado y lo tome en cuenta dentro del aula para obtener un mejor aprovechamiento en sus alumnos.

Por la atención que le merezca la presente, y esperando que nuestras relaciones académicas continúen favorablemente, aprovecho la ocasión para reiterarle las muestras de mi especial estima y consideración.

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