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CARTA CHAUYFFETT


Enviado por   •  19 de Febrero de 2014  •  1.888 Palabras (8 Páginas)  •  181 Visitas

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Iztapalapa, D. F., a 09 de Junio de 2013.

LIC. EMILIO CHAUYFFET

SECRETARIO DE EDUCACIÓN PUBLICA

Soy maestra desde hace 18 años. Elegí esta profesión por vocación. Entré al sistema de educación pública con la idea de hacer mi labor en donde yo creía que más satisfacciones me daría. A pesar del salario, a pesar de las condiciones nefastas de las instalaciones de las escuelas públicas, a pasar de las SEUDOACTUALIZACIONES que proporciona la SEP, a pesar de las condiciones familiares de mis alumnos de San Miguel Teotongo Iztapalapa, he dado mi mejor rendimiento laboral.

Me titulé en la BENM justo un año después de la reforma educativa de 1993, con dudas de lo que ésta significaba a nivel técnico pedagógico, a pesar de tener nociones de la teoría constructivista en la que se basaba. Soltera, con ilusiones y emprendedora, busqué la manera de reforzar mis conocimientos y llenar las lagunas que siempre se tienen como recién egresada. Soportando el sistema gubernamental lleno de injusticia social, logro ser catalogada por mis alumnos y padres de familia como una excelente maestra. Más tarde, me caso, tengo una hija, sigo solventando mi precaria situación económica, tres años después me divorcio, tengo que trabajar doble turno para lograr un nivel económico aceptable, aun así hago lo imposible por seguir siendo la mejor maestra en ambos turnos (no se vale que los niños del vespertino reciban el servicio de una maestra desgastada con el primer turno, así que me esforzaba por rendir igual que en el matutino). Participo en carrera Magisterial para lograr un mejor sueldo, con mis conocimientos de recién egresada y cursos que hago el sacrificio de pagar por mi cuenta, logro entrar a Carrera Magisterial y conseguir el nivel 7A y posteriormente el 7B con aproximadamente ya 7 u 8 años de servicio; lamentablemente después de eso la corrupción se dio a granel, así que ya no logré conseguir más nivel; además, mi situación económica ya no me permitió pagarme por mi cuenta cursos de actualización y los cursos que la SEP me brindó no contaban con la calidad para prepararme para el examen, mucho menos para actualizarme en mi práctica docente.

Para colmo, cada vez la situación laboral en el magisterio se vuelve más agresiva. Si, la catalogo agresiva; yo la llamo desde hace un sexenio “EL SEXENIO DEL TERROR” los maestros vivimos en un ambiente de amenaza y abuso laboral constante por equis pretextos. Comenzaron con pedirnos participar en “Escuela Siempre abierta” en periodo vacacional abusando de nuestra necesidad económica, sabiendo que los maestros suplicaríamos por participar para ganar $5000.oo miserables pesos extras, como si nuestro trabajo cotidiano no valiera un salario digno que nos permitiera descansar nuestro desgaste mental y emocional que nuestro trabajo propicia por trabajar con 34 a 40 seres humanos de entre 6 a 12 años de edad de cada turno, con diferentes personalidades con los que interactuamos por cuatro horas y media, o nueve las que tenemos doble turno. Más tarde nos piden para seguir participando en carrera, un proyecto escolar que tendríamos que ejecutar en horario de interturno o sábados y domingos sin goce de sueldo ¡¿en qué empresa se le pide al empleado que trabaje tiempo extra sin goce de sueldo con la promesa de que se le subirá el salario, sólo si el trabajo es del agrado del “patrón”?! sino, pues, “mala suerte, gracias por participar y ahí será para la próxima” ¿eso no le parece un abuso laboral? O ¿sólo yo soy la única loca que así lo ve?

Por años he tenido que soportar cursos proporcionados por la SEP de una calidad deplorable. Al llegar a los cursos siempre me encontraba a algún compañero maestro como el asesor del curso, informándonos que le daba mucha pena, pero que sus autoridades le habían pedido hace tres o cuatro días que impartiera el curso de ENCICLOMEDIA, o de C. Naturales, o de TIC’s o de RIEB (o del tema que a usted se le ocurra) del cual en realidad no sabe gran cosa y que “ahí aprenderíamos juntos con la ayuda de una guía fotocopiada que tendríamos que pagar de nuestro bolsillo”. Más de una vez me di cuenta que yo sabía más que el asesor y ni con quien quejarse, si las autoridades más arriba de ellos eran justamente los que estaban propiciando esa situación ¿y más arriba? Todo era la misma porquería.

De pronto se desata la ola de amenazas laborales: “si tu rendimiento es bajo te corremos” y es cuando muchos de nosotros pensamos en -“hubiera reclamado cuando tomé los cursos sin calidad con los que ahora resulta que nos capacitaron y que según ellos no aprovechamos”, -“me hubiera inconformado y exigido en su momento cursos de calidad que me capacitaran de verdad, no que ahora me amenazan y se escudan en que ellos ya me capacitaron”. Lo peor de todo es que me doy cuenta del juego macabro y me enoja aun más darme cuenta que nuevamente me hacen sentir culpable y responsable de algo de lo que no soy al 100%; ellos saben qué clase de capacitación nos dan, ellos son conscientes del desgaste emocional y mental en el que nos tienen con un salario de miseria y trabajando doble turno en el magisterio y un turno extra en el comercio informal vendiendo cosas en abonos, manualidades, postres o haciendo tandas. Cargándonos exigencias que no están en nuestra competencia docente, como el educar a los hijos de otros, fungiendo como padres adoptivos de nuestros alumnos, haciendo que los padres de familia nos vean como sus enemigos en lugar de sus aliados, por que el gobierno se escuda en nosotros y los medios de comunicación le ayudan poniéndonos como chivos expiatorios haciéndoles creer que sus hijos están mal por nuestra culpa y no por su situación económica y social propiciada por el sistema de gobierno donde las familias carecen de madres y padres presentes, pues están trabajando doce horas con un mísero sueldo, neuróticos por la problemática económica y carencia de cultura que propicia agresión intrafamiliar, y el gobierno dice –“ ¿ven? ¿Y los profesores qué hacen por sus hijos? Mientras ustedes están matándose trabajando, ellos deberían procurarlos cuidarlos protegerlos, alimentarlos, educarlos, etc”.

Yo también soy madre de familia y como tal me doy cuenta del juego y no caigo en él. A mi hija la educo yo, no sus maestros, yo soy responsable de procurarla, protegerla, alimentarla y educarla. Y hago mi mayor esfuerzo por hacerlo a pesar de trabajar doble turno y dedicar a ello un horario de 7 a 7. Sus maestros hacen su labor como docentes y nada más, pero eso yo lo asumo porque funjo los dos papeles, maestra y madre, y no me dejo idiotizar por la “cajita feliz”, pero ¿y los demás? ¿Los que se sienten desolados con su situación familiar y buscan la manera de descargar algo de su neurósis?

Por último, apenas hace unos días, a dos de mis compañeras de trabajo les acaban de cambiar su clave ilimitada de jornada ampliada por una clave 23 (limitada a tres meses). Nadie les avisó, solo de pronto en nómina llegó el dato cambiado. Ambas fueron a preguntar si había sido un error o una intransigencia de las autoridades y les informaron que no, que la clave no es suya, por lo tanto no hay error ni intransigencia alguna, que simplemente necesitaban la clave ilimitada y se les cambió por la 23 y que en tres meses se termina su contrato sin goce de ninguna retribución de sus aportaciones o indemnización alguna por los 17 años que trabajaron la clave, ya que como se les habían dicho, no era su plaza y por lo tanto no tenían derechos sobre ella. Lo peor de todo es que ambas tienen sólo la Normal básica y no van a ser re contratadas porque ahora sólo se contrata personal con licenciatura. Esto a mi me suena a un despido disfrazado, un abuso laboral, pues ellas no firmaron ninguna renuncia, ni notificación de despido ni re contratación con la clave 23 ¿esto le suena legal? A mí no, porque las corren sin goce de ninguna prestación, con una mano atrás y otra adelante, ¡es un robo! pues ellas trabajaron esas claves por 17 años y no les hacen válida su antigüedad ni sus ahorros del retiro, ni nada; está bien, no era su plaza, pero el dinero aportado sí es suyo, es producto de su trabajo con el que esos ahorros de vivienda, retiro etc., se generaron, son de ellas o ¿usted qué opinas? Y aunque sean re contratadas ¿les van a hacer valer su antigüedad de 17 años con la anterior clave al momento de un despido por tener actual clave 23?

Una de ellas augura que las claves que siguen en la lista son las 95, es decir, la clave con la que yo trabajo el segundo turno ¿se imagina si me quitan el segundo trabajo? ¿Cree que el tenernos en zozobra no es una agresión laboral? Yo sí lo considero así.

La RIEB en términos técnico pedagógicos me encanta, yo la aplico, me he vuelto autodidacta (gracias a internet) para solventar la carencia de actualización en la que nos tiene la SEP con sus “seudoactualizaciones” como yo les llamo. Los niños a mi cargo desarrollan habilidades sociales y de aprendizaje inimaginables, me encanta ver los resultados y el proceso. Pero no puedo dejar de pensar en mi situación económica y familiar, intento no deprimirme, me ayuda el ver que a pesar del bombardeo de los medios de comunicación en contra del magisterio las madres de familia de mi grupo me valoran, pero hay momentos en que quisiera dejar mi salón de clases y salir a gritar a las calles como lo hacen mis compañeros para manifestar toda mi frustración y enojo al sentir que mi salario no es el que merezco, que el ISSSTE no me resuelve mis problemas de salud que son graves y que no tengo para atenderme en un médico particular que sí me los resuelva, que lo que gano no es ni la mitad de lo que vale mi trabajo y que no hay quien en verdad se tome la molestia de mirar mi trabajo docente y el de muchos de mis compañeros que merecemos más de lo que tenemos. Muchos de los que están en las calles “molestando en este momento”, se han atrevido a gritar y sé que es muy válido su grito, porque si yo me quejo por lo que recibo, ellos con mayor razón, ya que muchos de ellos carecen de escuelas dignas, instalaciones aceptables para trabajar, etc. No juzguen lo que no conocen, lo que no han vivido, mal que bien ustedes tienen un nivel de vida que les permite “ni imaginarse” lo que el grueso de la población vivimos. Y sí, el salario debería de ser la punta de la reforma educativa. Salario digno para luego exigir rendimiento a un empleado que se siente tranquilo porque puede solventar las necesidades económicas básicas de su familia.

Por último, gracias por el tiempo que le tome leer esta carta.

ATENTAMENTE

Profra. América Bethsabee Ruiz Hernández

Correo electrónico americabethsabeeruiz@yahoo.com.mx

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