COMO CRIAR A LOS HIJOS CON DISCIPLINA
wil007Trabajo19 de Noviembre de 2015
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BRUCE NARRAMORE COMO CRIAR A LOS HIJOS CON AMOR Y
DISCIPLINA
INDICE
PREFACIO . . . . . 7 l. La revolución en el arte de ser padres. . 9
2. La Biblia habla a los padres. . . . 15
3. Propósito y objetividad de la paternidad. 25
4. Mando y dirección de la familia. . . 37
5. Los padres como proveedores. . . 57
6. Los padres como educadores . . . 67
7. Los padres como agentes correctivos . 85
8. Disciplina por la gracia. . . . . 97
9. Cómo ve Dios a un niño . . . . 111
10. La autoestima en los niños. . . 131
11. Las comunicaciones: puentes y barreras . 147
12. Educación sexual en el hogar . . . 163
13. Responsabilidad: padres e hijos. . . 175
15. Posdata para actividades. . . 201
PREFACIO
He procurado tener en cuenta las necesidades de dos grupos de estudiantes al escribir este estudio. Un grupo son los padres cristianos, muchos de los cuales ya han leído alguno de los libros que han sido publicados sobre la crianza de los hijos. Aunque aprecian la guía hallada en estos libros, muchos de ellos quieren volver a la Biblia y descubrir el modelo escritural para el arte de ser padre. En vez de adquirir técnicas, recogidas acá y allá, lo que quieren es asegurarse de la fundamentación bíblica de cómo criar a los hijos. Una vez en posesión de esta base pueden sopesar los consejos que se ofrecen a los padres, que muchas veces resultan conflictivos, y de esta forma desarrollar maneras de establecer una relación con los hijos que sea consecuente con esta base bíblica. Así podrán seleccionar otros libros y materiales que les ayudarán a aplicar estos principios a las necesidades de su familia.
Aunque he procurado ilustrar muchos de los conceptos con aplicaciones prácticas y ejemplos, este estudio no ha sido escrito para decir a los padres cómo cortar rabietas por lo sano, disolver las rivalidades entre los hermanos, enseñar a moderar excesos de glotonería, o resolver otras clases de problemas de los adolescentes. Este estudio está destinado a descubrir el modelo bíblico para la interacción entre los padres y el hijo, y a identificar las cuestiones básicas de la responsabilidad de ser padre. Cuando se usa este estudio como de ejercicio:
«Usted puede mejorarse como padre», sirve también como curso básico sobre relaciones bíblicas entre padres e hijos.
A1 escribir tengo también en cuenta a los pastores, maestros, y otros líderes cristianos que tienen la obligación de referir el designio total de la Palabra de Dios a la presente generación. La crisis actual de la familia deja ver que hay un vacío en los cursos que enseñamos a nuestros estudiantes de teología. Hemos estructurado una teología y una educación teológica tales que dejan de lado una gran cantidad de material bíblico. El líder cristiano que desea instruir a otros en el área vital de educar a los niños tiene muy poca preparación, si es que tiene alguna. Lo más probable es que no haya tenido ni un curso sobre la base bíblica de la vida de familia. Si lo tiene, probablemente fue enseñado como curso optativo en el departamento de educación cristiana, más bien que como parte integral del entrenamiento teológico.
Todo ministro debería estar familiarizado con una gran cantidad de material de verdad escritural que se refiere a la familia. Es uno de los temas principales de la Biblia, y es importante en una de las áreas más vitales para el hombre. ¿No es la educación de la familia una de las prioridades más altas en el ministerio? Aquí, luchando con los problemas de la vida real y sus frustraciones, se nos reta a demostrar que las Escrituras tienen validez práctica y actual. El enseñar y el predicar sobre la familia dan a los pastores y maestros una oportunidad única para hacer de la doctrina algo vivo y significativo. Y es uno de los mejores métodos para estimular a los padres a escudriñar la Palabra de Dios.
El texto de este volumen evita discusiones teóricas extensas o disgresiones que se muevan más allá del interés de la mayoría de los padres.
Nuestra generación ve ante sus ojos amontonarse rápidamente la literatura (libros, folletos, artículos, etcétera) sobre la familia. Casi cada semana aparecen nuevos títulos en las librerías. En los estantes de mi estudio hay más de un centenar de libros diferentes sobre cómo criar niños. Desde la aparición del libro clásico secular Baby and Child Care de Benjamin Spock a los últimos tratados de origen cristiano, estos libros cubren una ancha gama de estilos y maneras de ser padre o madre. Esta explosión de literatura sobre el tema va paralela a otro fenómeno que también está en auge: el movimiento de cursillos o seminarios sobre la familia. Por todo el país las parejas acuden a conferencias y cursillos prácticos destinados a enseñarles cómo vivir de un modo inteligente y provechoso con sus familias. Con franqueza, yo contemplo estos dos fenómenos sin saber qué carta tomar.
No hay duda que las familias cristianas necesitan ayuda de modo desesperado. Los dos fenómenos que hemos mencionado antes son un consuelo cuando consideramos el alarmante incremento en los divorcios, la creciente incidencia de jóvenes de familias cristianas que se apartan de la fe, el deterioro general de los fundamentos de la familia.
La iglesia ha hecho caso omiso de este aspecto básico de la vida cristiana durante demasiado tiempo. Hemos dejado la tarea de enseñar a ser padre a las autoridades seculares en los campos de la educación y la psicología o a lo más hemos introducido algo de instrucción, de vez en cuando, en algún sermón o bien por medio de alguna lección de Escuela Dominical.
Por lo menos ahora, aceptamos que hay aquí una deficiencia. Los cristianos preocupados sobre este punto se concentran en la renovación de la familia, los seminarios están ofreciendo cursos sobre la familia a los futuros líderes de las iglesias, y en muchas iglesias ahora se ofrecen por lo menos cursillos o series de charlas sobre la vida de familia.
A pesar de los prometedores esfuerzos de este «movimiento por la familia cristiana», hay algunos problemas serios en potencia.
El primero es que los consejos que se dan a los padres son conflictivos. Un autor aboga por la corrección física, otro la condena. Uno insiste en la autoridad de los padres mientras que otro patrocina los derechos de los hijos. Un experto recomienda que se deje a los hijos dirimir sus conflictos, pero a éste le contradice otro que recomienda que los padres intervengan. E1 que los consejos sean contradictorios confunde a los padres. Los padres no saben a dónde volverse o en quién confiar. Como decía una madre amoscada: «Si todos los expertos en la educación de niños fueran puestos en línea, nunca se llegaría a una conclusión». ¡No se sabe si de la línea o de la discusión de los expertos para ponerse de acuerdo!
Por debajo de esta confusión hay un problema más serio. Todos tenemos la tendencia a tomar nuestras ideas de la filosofía popular en boga, buscamos unos pocos versículos de la Escritura que parezca que la apoyan, y la hacemos circular como «cristiana». Este enfoque en general da un alivio inmediato al problema, pero puede causar también serias distorsiones del designio bíblico respecto a lo que deben hacer los padres.
Los libros en que los padres buscan consejo, tienden a dividirse en tres categorías.
Primero, tenemos los que son escritos por pastores y otros líderes cristianos, los cuales son sermones o mensajes o conferencias arreglados a propósito. El autor selecciona un cierto número de pasajes bíblicos y principios escritúrales y los aplica a la crianza de los hijos.
Muchos de estos libros sirven para introducir a los padres a los recursos de la Escritura, así como a otras directrices y principios probados para criar hijos. Sin embargo, estos libros tienden a tener dos puntos flacos.
Primero no son muy abarcativos o sea completos. Puesto que estos libros suelen proceder de bosquejos de sermones, los autores han tenido que seleccionar de modo estricto el uso de la Escritura. Una docena de sermones de treinta minutos sólo pueden tocar someramente los numerosos pasajes de la Escritura que se refieren a la crianza de los hijos. En consecuencia, estos libros dejan sin mencionar o lo hacen deprisa y corriendo, muchas áreas de teología que deberían ser traídas a colación sobre la educación de los hijos.
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