CRÒNICA DE MI VIAJE A JAEN: CORAZÓN DE LA PERUANIDAD

CRÒNICA DE MI VIAJE A JAEN: CORAZÓN DE LA PERUANIDAD

Hace un mes  con espíritu aventurero, fui  rumbo a Jaén, deseaba tomar un descanso del trabajo, del ruido, de la absorbente vida en la ciudad. Escuché tantas veces hablar de las maravillas de esta ciudad que emprendí mi viaje.

El sàbado tomé un bus a las 8.30 de la mañana hacia la Tierra de los Bravos Pakanamuros, quienes fueron valientes guerreros, el Inca Huayna Cápac les puso el nombre que significa “Hombres Pintados de Rojo”. “Los Bravos” hostilizaron  y resistieron  a los agresores españoles, hasta hacerlos huir de sus colonias. La abundancia de expresiones rupestres y las actividades productivas y económicas desde esta época  siguen resaltando la cultura Jaena.

¡Es hora de partir¡ Jean en un desvío de la Interoceánica Norte, se encuentra a 165 Kilómetros de distancia de la ciudad de Chiclayo la que une Paita con la selva de Yurimaguas y que atraviesa los Andes en su paso más bajo de todo Sudamérica. Antes atravesamos el valle de las pirámides de Túcume y, después, el que forma el río Chamaya. La carretera es asfaltada pero aún encontramos camino de trocha, las sinuosas carreteras y el abismo dan esa sensación de adrenalina que buscaba en este viaje. Durante la marcha de 6 horas se puede observar un bello paisaje, pinturas rupestres, montañas verdes, abundante vegetación.  La exuberancia de las tierras engalanan este lugar.

Llegamos a la ciudad y nos recibe un calor abrazador, su gente cálida y amable son símbolos de las bondades que ofrece esta hermosa tierra. El largo recorrido nos lleva directamente al restaurante “Mi pueblo”,  la deliciosa comida tradicional  como  Picante de papa con cuy, servido con huevos duros, aceitunas y perejil picado, además del típico Caldo verde a la que se agrega papas en rodajas y quesillo apremian el almuerzo,  acompañado de su rica chicha de chonta.

El calor es sofocante, así que fuimos a la Catarata Miraflores que se localiza al Sur del Centro Poblado La Cascarilla, en el sector de Tallabamba- Caserío Miraflores, la catarata se observa a campo abierto, con abundante caudal de agua, su caída forma una poza de aguas tranquilas. Está rodeada en la parte superior de hierbas y arbustos; al este de la catarata se encuentra una pequeña meseta con pastos naturales donde se puede acampar. La refrescante agua aplaca el intenso calor, es místico ver caer las majestuosas aguas cristalinas y el sonido casi ensordecedor que la acompaña.

De regreso a la ciudad, son casi las 7 de la noche. La vida nocturna es muy agitada, las discotecas y karaoke están abarrotadas de gente. Disponen de diversas salas y discotecas con buenas ofertas en espectáculos. En el centro de Jaén hay diversos pubs con muy buen ambiente para tomar una copa, en los que se puede encontrar un magnífico ambiente. Dos buenas opciones en el centro de la ciudad son  Karaoke 301 Disco en la calle  Mariscal Ureta y La Voce en Pardo Miguel, ambas cerca de la Plaza de Armas de la ciudad.

Son las 2 am, aún se divisa gente en la calle, la algarabía sigue, pero después del recorrido nos hacía falta descansar para seguir al siguiente día. Escogimos bien el hospedaje para tener un sueño reconfortante y empezar con ánimo. Elegimos el Gran Hostal “los Laureles” en la calle Los Laureles muy cerca de la plaza principal también. La habitación era amplia y cómoda, con baño propio y televisión con cable, que prendí casi por costumbre porque al poco tiempo me quedé profundamente dormido.

Al siguiente día no podíamos irnos sin dejar de visitar, el Orquidario en San José que se encuentra ubicada al este del Caserío San José de la Alianza. En este lugar habitan orquídeas que se han desarrollado naturalmente que es en la actualidad viene siendo enriquecida con diferentes especies de orquídeas que son recolectadas cuidadosamente de áreas deforestadas de las zonas de amortiguamiento del Bosque de Huamantanga. Este orquidario está siendo conducido con el apoyo técnico de la Municipalidad de Jaén.

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