Capitalismo
jfrmtz28 de Noviembre de 2012
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Con la crisis financiera mundial y su origen en la especulación financiera, surgen renovadas dudas sobre el modelo de mercado ¿Es este el fin del capitalismo? Un análisis sobre los orígenes de la crisis, el fin de una Era, pero ciertamente no el fin de la economía de mercado.
Hasta ahora, la crisis más fuerte desde 1929 se ha llevado por delante a una serie de iconos del sistema financiero mundial. Morgan Stanley, Goldman Sachs, Merryl Linch, que eran para la mayoría de nosotros referentes del sistema monetario del siglo XX, pasaron del cielo al infierno en unas pocas semanas. Esto por sí solo ya es suficiente para pensar que algo grave está pasando en la economía de mercado. Pero la crisis actual no solo ha borrado a esos grandes nombres, sino que amenaza con dejar una huella mucho más profunda y duradera. Una que debilitaría las bases mismas del capitalismo tal como lo conocemos y podría significar el inicio de un nuevo modelo económico mundial. Pero no está para nada claro cuál sería ese nuevo modelo.
Lo cierto es que el sistema ha fallado, y ahora no faltan los políticos que anuncian que siempre supieron que algo andaba mal, en una suerte de “te lo dije”. Nicolás Sarkozy llamó a “repensar el capitalismo” y mencionó “que la legitimidad del Estado para intervenir en el sistema financiero ya no está bajo cuestionamiento alguno”, Angela Merkel mencionó que “hace algunos años estaba de moda decir que el Estado sería más débil en un mundo globalizado” y agregó la Canciller alemana “nunca compartí esa visión”. Otros más radicales en Oriente Medio y en América Latina, han comentado que este es el fin del “capitalismo salvaje” y de la “anarquía del mercado”.
¿Qué falló?
Por supuesto, nuestro primer instinto nos hace pensar que lo que falló fue lógicamente el mercado. Y en este sentido lo que más se escucha en este momento es que el libre mercado no se auto regula como lo sostiene la teoría clásica. Quienes abogan por esta postura sostienen que siempre se ha sabido que el mercado perfecto no existe y que los mercados no funcionan bien.
De hecho, si se lo deja en libertad sin ninguna restricción ni control, el mercado hará justamente lo que acaba de pasar: desplomarse. Y como el mercado no se auto regula entonces requiere ayuda del Estado para funcionar, o incluso –en una expresión más radical- el mercado no debería existir porque el Estado puede suplir todas las necesidades de mejor forma.
Hace una década, los inversionistas sobredimensionaron los proyectos de las empresas tecnológicas (las de la llamada nueva economía), y entregaron capital a emprendedores sin las garantías necesarias, y sin un plan de negocios concreto. Cualquier idea basada en Internet, por más descabellada que fuera era financiada. Lógicamente, el sistema colapsó cuando se vio que las ideas no se materializaban en negocios rentables, y resultó que la nueva economía se regía por las mismas reglas de la vieja economía (un proyecto que no es viable ni rentable no debería ser financiado… y punto).
En forma similar la crisis actual se inició cuando los bancos comenzaron a entregar créditos sin garantías a personas que no debían haber tenido acceso a crédito.
La diferencia entre la crisis actual y la del año 2001, es que antes fue un problema específico de las empresas y de unos pocos bancos. Ahora, la crisis es de las familias y de los bancos grandes, eso cambia completamente el panorama.
Hasta aquí entonces lo único que nos queda claro es que los mercados han fallado en forma reiterada, lo cual comprobaría la hipótesis de que el “sistema de mercado no funciona”. Pero hace falta algo más. Un pequeño gran detalle que hace toda la diferencia: ¿Por qué la gente se endeudó tanto? ¿Y por qué los bancos tomaron más riesgos
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