Carta explicatoria.

Tuxpan Ver a 12 de septiembre de 2015

Querida Hildita:

Que triste que tenga que comunicarme contigo para referirte una serie de hechos que me han acontecido en relación con tu mamá y tu hermana y no para darte una noticia que lleve felicidad a tu corazón.

Yo prácticamente ya radico en Tuxpan, y voy muy poco al DF, por dos razones: primero por cuestiones de salud ya que vivir al nivel del mar me favorece y segundo porque ya no aguanto la convivencia con tu mamá y con tu hermana, la que he tenido que soportar espaciadamente desde que murió tu papá cuando he tenido que compartir el departamento que me renta tu mamá con ellas –baño y cocina donde Hilda tiene su estufa y refrigerador- cuando se encuentran en México, con el estilo de vida que les caracteriza: cocina sucia, el baño otro tanto –nunca lo han lavado; a pesar de que se bañaban con la Kika- además de que irrumpen en mi casa como si fuera la suya: tu mamá a cualquier hora: sin importarle si son las 6 ó 7 de la mañana al baño y a veces en ocasiones en la madrugada, y como tú comprenderás, por ser una casa pequeña, donde todo se oye, pues me causan un gran desconciero.

Justo es mencionar que la irrupción de Odet ha sido en menor medida, solo para bañarse; porque ha ido en menos ocasiones, pero, como yo no estoy…no sé qué tiempo pase en mi casa; nunca han tenido la decencia de cooperar absolutamente con nada: luz, agua corriente y para beber, gas, etcétera. Incluso tu mamá me propuso que “para dejarme de molestar” le pagara $1,500.00 más de renta.

Esta situación ha provocado mis reiterados reclamos porque siento mi espacio habitacional violado, ultrajado, quebrantado, atropellado, transgredido; lo que nos ha llevado a un ambiente de tensión que provocó hace unos meses que decidiéramos suspender nuestra relación de arrendatario-arrendador, acuerdo que yo he infringido porque, con mi estancia en Tuxpan no he tenido tiempo de buscar un nuevo departamento; y cuando creí tenerlo se me cayó la negociación pero, en virtud de que mi contrato está vigente, he continuado habitándolo esporádicamente con el pago de la renta y los servicios, aunque trato de estar el menor tiempo posible en México, especialmente cuando ellas se encuentran ahí; sin embargo, cuando coincido con Odet, inmediatamente me comunica con tu mamá para reclamarme la renta: estos reclamos me parecen adecuados; aunque sorpresivos porque nunca antes tu mamá me había cobrado con tal ferocidad, por lo que –supongo- Odet tiene que estar muy necesitada para continuar con el litigio –del que seguramente estás enterada- que han iniciado para despojar a Paty de la pensión que le dejó tu papá; porque no me explico el cambio de actitud de tu mamá; sin embargo, con todo, lo acepto, ya que esto me ha permitido no atrasarme mucho con la renta, solo le debo el mes de septiembre.

El día 19 de septiembre tuve la necesidad de ir a México y encontré, por la noche en que llegué, mi casa abierta; además de que el teléfono inalámbrico no se encontraba en el departamento. Me refiero al teléfono que yo contraté; porque el que yo usaba con anterioridad, cuya línea era de tu mamá, Odet nos lo había quitado con actitud grosera y prepotente, poco antes de que muriera tu papá, dejándonos a Paty y a mi sin comunicación telefónica. Ese día 19 esperé que llegara Odet, hasta las 3 de la mañana,

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