Clasificación y ejemplificación de los actos fallidos en cuatro categorías principales: deslices orales, deslices en la escritura

Actos Fallidos

• Deslices Orales: son los más variados y espontáneos pueden ir desde decir lo contrario a lo que sería conveniente porque inconscientemente se desea lo contrario, a simplemente decir algo que no viene a causa lo que se está pensando o hablando.

Ejemplo: Un niño al querer llamar a su maestra le dice “mamá” confundiendo la figura materna.

• Deslices en la Escritura: se da generalmente el hecho de sustituir una palabra por otra, que casi siempre son parecidas debido a algún pensamiento que tenía anteriormente a quien le ocurre esto.

Ejemplo: Una madre llena una nota de permiso de su hijo suplantando el nombre de su hijo por el suyo.

• Deslices auditivos: se dan cuando se oye falsamente algo, sin que exista para ello una afección en la capacidad auditiva como en los casos anteriores está relacionado con el deseo inconsciente u otros pensamientos en curso.

Ejemplo: Un profesor llama a un alumno por su nombre y otro de ellos llega cuando en realidad no es así.

• Deslices en la lectura: se da generalmente el hecho de sustituir una palabra con otra, que casi siempre son parecidas, que puede darse debido a algún pensamiento que tenía anteriormente a quien le ocurre esto, en donde algo que se desea sustituye aquello que no interesa.

Ejemplo: En una lectura en público leer “lacrimar” y decir lagrimal.

• Pérdidas o extravíos: generalmente ocurre cuando lo que se pierde proviene de alguien que genera un recuerdo desagradable o si queremos sustituirlos por algo mejor. también puede darse por auto-castigo, cuando existe el propósito de ofender algo al destino para defenderse contra otra pérdida temida.

Ejemplo: Olvidar las llaves del automóvil antes de salir un lunes por la mañana al trabajo.

• Lapsus Linguae: equivocación que se comete al hablar.

Ejemplo: Decir “inflación” al querer decir infección.

• Olvido de Designios: la tendencia perturbadora es siempre una voluntad contraria, que puede no siempre estar relacionada directamente con la otra persona en cuestión.

Ejemplo: Llega la familia del esposo a la casa y la esposa había olvidado que los invito a llegar la semana pasada.

• Olvidos temporarios: las ocasiones en que perdemos algo y no recordamos dónde lo guardamos o las situaciones que evocamos, diferentes a las que efectivamente ocurrieron.

Ejemplo: Creer que perdimos los lentes y tenerlos puestos sobre la cabeza.

• En el olvido de nombres propios y de nombres extranjeros: así como de palabras extranjeras en general, opera el propósito de evitar el displacer que provocarían el recuerdo de los mismos.

Ejemplo: La jefa de una empresa llama a una de sus empleadas con el nombre de “Adriana” cuando su verdadero nombre es “Susana”.

• El olvido de impresiones y vivencias: opera como un mecanismo de defensa, haciendo lagunas en la memoria también de aquellas situaciones no placenteras de la vida. Si bien es cierto que no todas las situaciones desagradables de la vida uno se la olvida, sino que muchas quedan grabadas a fuego, lo cual derrumba este punto de análisis de Freud, el lo admite aunque replica diciendo que en el Psicoanálisis los opuestos no se excluyen.

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