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Criminalistica


Enviado por   •  9 de Junio de 2015  •  1.308 Palabras (6 Páginas)  •  137 Visitas

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La valoración del daño psíquico es una de las demandas más habituales realizadas al psicólogo forense por parte de los distintos operadores jurídicos dentro del Derecho penal. Partiendo de las características del contexto de exploración forense y los datos arrojados desde el campo de la psicopatología, en el presente trabajo se pretenden abordar las principales dificultades a las que se enfrenta el perito en la evaluación del daño psíquico con el objetivo de mostrar el diseño del proceso de evaluación de estas periciales.

Además hare una revisión sobre la evaluación psicológica forense frente a la evaluación clínica para el uso efectivo de la evaluación psicológica en la práctica forense, adaptando la terminología psicológica al lenguaje jurídico, a la vez que se resaltan las diferencias más notables entre la evaluación clínica y la evaluación pericial.

Se analizan además algunos instrumentos específicos de evaluación surgidos en el contexto forense, como las escalas de predicción del riesgo de violencia y el procedimiento de validez del testimonio en los casos de abuso sexual infantil. Asimismo se aborda el problema del control de la simulación y de la detección del engaño, uno de los principales obstáculos a los que se ha de hacer frente en el ámbito forense.

Se mencionara las pruebas psicológicas, los instrumentos de evaluación tanto forenses y clínica, así como la actuación del psicólogo forense frente a esta enorme responsabilidad del informe parcial.

La evaluación psicológica clínica y la forense tienen un interés común por la valoración del estado mental del sujeto explorado. La evaluación psicológica tiene como objetivo llevar a cabo una posterior intervención terapéutica; la forenses analizar las repercusiones jurídicas de los trastornos mentales.

Los instrumentos de evaluación más utilizados en el ámbito clínico y forense son los auto informes y las entrevistas estructuradas.

En la actualidad la evaluación pericial psicológica se encuentra con algunas dificultades específicas. Por este motivo el sujeto no se presenta de forma voluntaria ante el profesional, las consecuencias directas del dictamen pericial para el evaluado aumentan la probabilidad de manipulación de la información aportada para conseguir un beneficio o evitar un perjuicio. Lo que es sumamente importante mencionar es que los dictámenes periciales, a diferencia de las evaluaciones clínicas, se caracterizan por la enorme influencia que pueden tener en el futuro de los sujetos evaluados.

En relación con la Evaluación clínica y la evaluación forense sus diferencias fundamentales son el contexto y el objeto de la exploración psicológica que delimitan las diferencias entre la evaluación clínica y la evaluación forense. La evaluación forense sólo tiene interés desde la perspectiva de las repercusiones forenses de los trastornos mentales, a diferencia del contexto clínico, en donde se convierte en el eje central de la intervención.

La técnica fundamental de evaluación en psicología forense es la entrevista pericial que aborda la exploración psicobiográfica, el examen del estado mental actual y los aspectos relevantes en relación con el objetivo del dictamen pericial

Los resultados de la entrevista pueden sugerir criterios adecuados para profundizar en algunas áreas exploradas por medio de test. La estrategia combinada de entrevista y test debe ponerse en cada caso al servicio de las necesidades específicas de cada sujeto.

En cuanto se refiere a la simulación o disimulación esta refleja el deseo deliberado por parte del sujeto de ocultar su estado mental real, bien para dar una imagen positiva de sí mismo. Hay una sospecha de simulación cuando existe un problema médico-legal, cuando hay una discrepancia entre los síntomas alegados y la observación de la conducta, cuando los síntomas son atípicos y no se corresponden con los cuadros clínicos habituales y cuando hay una dramatización de las quejas o una sobreactuación clínica.

Los trastornos mentales más propicios para el fingimiento (simulación) son el trastorno de estrés postraumático, los cuadros psicóticos, las demencias, las toxicomanías, los trastornos disociativos y el retraso mental.

Las entrevistas forenses están también sujetas a fuentes de distorsión. Los entrevistadores, en función de sus hipótesis, pueden anotar

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