Crítica sobre La Feria de las Flores

La Feria de las Flores antiguamente era vista como la tradición cultural de Antioquia, ya que involucraba las distintas actividades típicas del departamento. Todos estaban orgullosos de participar en ella y cada persona era un pequeño aporte a esta gran fiesta que unía a toda una región para celebrar.

Con el paso del tiempo las personas han perdido el sentido patrio, no solo de la Feria de las flores, sino de varias festividades del país. Por esto una opinión como la que hace Horacio Pérez en su columna “¿Feria?” refleja una cruda pero directa realidad, la cual los Colombianos parecemos no haber visto aun.

El enfoque hacia la Feria y su valor han pasado ya a otro plano, donde lo único que importa es  “pasar bueno”, donde la publicidad y la politiquería juegan papeles para beneficio propio de las empresas y entes políticos, convirtiendo esta tradición en una simple fuente de ingresos.

Los eventos de la tan famosa Feria están diseñados para atraer turistas con el fin de que el negocio sea más lucrativo para los diferentes patrocinadores; cosa que ningún participante de la misma logra divisar, ya que solo se centran en ver lo “bonito” sin importar la finalidad.

El desfile de carros antiguos, la cabalgata y las chivas son eventos que ya no tienen un trasfondo en la mente de quienes los viven, convirtiendo la ciudad en un escenario lleno de ridiculeces y mujeres plásticas.

Por otra parte el Desfile de Silleteros ha perdido su protagonismo ya que en lugar de mostrar la belleza de las obras hechas por la mano de campesinos, una amplia variedad de marcas ofrecen a estos promocionarlas, sin tener preocupación alguna por el bienestar de quien lleva la Silleta, siendo estas personas de avanzada edad que se ven sometidas a pesos y distancias enormes a cambio de una insuficiente remuneración.

En último lugar, los silleteros han dejado de lado su tradición en crear fascinaciones para el ojo del espectador solo por conseguir un poco más de dinero, siendo este el culpable de la desaparición de sus costumbres de una forma indirecta, dando el permiso para que la Feria de las Flores sea una forma de promocionar a Antioquia en Colombia y a ésta en el resto del mundo.

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