Cultura Escolar

La escuela debe cumplir un rol formativo en la sociedad; preparar a los futuros adultos, transmitiéndoles conocimientos, buenos hábitos y valores para que sean personas útiles, eficientes y felices.

La escuela, después de la familia, es el lugar más importante de socialización para el individuo. Es el espacio donde aprenderá a compartir, a limitarse, a descubrir el mundo que lo rodea y donde irá construyendo su identidad. Conocerá la historia de su comunidad, el desarrollo de las ciencias; encontrará su vocación y realizará los roles de alumno, compañero y amigo. Aprenderá a defender sus derechos y deberá cumplir obligaciones sujetándose a las reglas propuestas.

Un mundo sin reglas sería caótico, cada quien haría lo que quisiera. En la escuela, como en la familia, en una ciudad o en un país, deben existir normas. Respetar los derechos para no perjudicar a otros, ni atentar contra las normas morales.

Son los adultos los que deben establecer hasta dónde puede llegar la conducta, haciendo que ellos sean parte de la elaboración del “reglamento”, para que así se sientan parte, entiendan el sentido y aprendan a respetarlas. Y que lo hagan más por estar bien con los demás, no sólo por evitar el castigo.

Aprender a convivir respetando las normas, ayudará a que el ambiente del aula sea pacifico y armonioso facilitando el diálogo, la colaboración y la escucha, de los alumnos. También enseñar el respeto a las normas es una función del sistema educativo, que lo convertirá a los alumnos en adultos responsables de sus actos, para que sepan obedecer las reglas y traten de cambiar por el camino de la democracia, aquellas que le resulten injustas. La enseñanza de la importancia de las normas integra la educación en valores ciudadanos, tan importantes en nuestra democracia.

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