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Cultura chicha fenómeno sobrevalorado


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2016  •  Ensayos  •  2.717 Palabras (11 Páginas)  •  220 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESTUDIOS GENERALES LETRAS

ARGUMENTACIÓN (HUM-113)

Nombre: Camilo José Quintana Castro

Código: 20131485

Esquema argumentativo

Tema

específico

La cultura chicha

Postura

El aparente aporte de la cultura chicha es falso

Argumento 1

La informalidad abarca una gran parte del sector cultural definido como “chicha”, el cual es afectado negativamente.

La cultura chicha justifica y retroalimenta la informalidad económica.

La informalidad supone una pérdida de dinero cuantiosa para el Estado, lo cual repercute en el desarrollo económico del Perú.

Conclusión 1

Económicamente la cultura chicha, a través de la informalidad, afecta negativamente al país.

Argumento 2

La prensa chicha tiene una  gran demanda y acogida dentro del Perú.

Esta prensa a través del sensacionalismo da importancia a suceso poco relevantes de una manera burda y mórbida

Asimismo resta importancia a acontecimientos de utilidad social, refleja una apatía política.

Conclusión 2

La cultura chicha es dañina en el ámbito socio-político

Cultura chicha: fenómeno sobrevalorado

El fenómeno iniciado por los años 50 que Matos Mar denominó “desborde popular” con el transcurso del tiempo generó una nueva subcultura urbana caracterizada en varios aspectos. En un primer momento este aporte fue solo en la parte musical, pero trascendió la mera música, creando todo un sector popular identificado con sus costumbres: vestimenta, lugares de entretenimiento, los famosos “chichódromos”; lugares de residencia, los asentamientos ubicados en la periferia de la ciudad ahora convertidos en “conos”; el trabajo con el que se subvencionaban, la informalidad; y sus preferentes medios de comunicación.

El presenta trabajo nos introduce a la parte fundamental, desde este punto quisiera analizar el aporte dado por esta cultura a nivel económico y socio-político a través de la informalidad y la prensa sensacionalista respectivamente; aparentes aportes, los cuales resultan falsos y negativos para el país.

El aparente aporte de la cultura chicha es falso debido a que económicamente esta cultura afecta negativamente al país. En primer lugar, la cultura chicha justifica y retroalimenta la informalidad económica. Espezúa argumenta que los “chichas” son conscientes de que el Estado es insostenible, pero no esperan nada de él porque nunca les ha dado nada, por eso es que se organizan para resolver sus problemas (2009: 104). Una de las “organizaciones para resolver sus problemas” sería, pues, la informalidad.

Pero ¿qué es la informalidad?, parafraseando a De Soto: el sector informal se ha constituido por empresas, trabajadores y actividades, las cuales se crean y conservan trasgrediendo leyes y normas impartidas por la economía “oficial” o formal. Además este sector carece de los servicios y la protección que el Estado brinda.

La cultura chicha ha creado un vínculo férreo con la informalidad. El tipo de actividades, empresas y trabajadores que engloba este sector informal ha sido justificado por la idea de un modelo socio-económico excluyente, la ineficacia y el alto costo demandado por este modelo hace que los chichas prefieren evadirlo. Pero lo más importante es la retroalimentación de la informalidad, este sector y su campo es aceptado y sobrevalorado.

En segundo lugar, la informalidad abarca una gran parte del sector socio-cultural denominado chicha, el cual es afectado negativamente. La cultura chicha “…representó un nuevo sujeto social: los jóvenes descendientes de los migrantes ya establecidos en el cinturón de barrios; pueblos jóvenes y asentamientos humanos que rodeaban Lima, la gran mayoría de los cuales se ganaban la vida en lo que en esos años se llamaba ‘economía informal’ ”. (Garvich 2009: 126)

Desde este punto se deben decir dos aspectos importantes: una gran mayoría de los trabajadores del sector informal ganan menos que el salario mínimo y ninguno de estos personajes goza de un contrato, por lo tanto no cuentan con beneficios laborales como seguro social, ni gratificación. ni Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). Un ejemplo claro sería un “cobrador de combi”: este individuo  trabaja más de las horas estipuladas por un contrato formal; obviamente, gana menos del salario mínimo; y por último es poco probable que cuente con un seguro de salud.

Asimismo la informalidad significa la mengua de la educación debido a que esta es valorada por las personas vinculadas al sector informal, sino más bien es vista como algo que dificulta su actividad, “perdida de tempo”; según plantea Perry et al: “La informalidad disminuye considerablemente con la educación, en parte porque ésta aumenta el costo de oportunidad de ser independiente”. (2007: 17). En consecuencia, los jóvenes “chichas” descuidan su educación escolar y/o superior para introducirse en el mundo del comercio con la perspectiva de un futuro más prometedor, como Garvich lo diría “un horizonte emprendedor”.

Por último, la informalidad supone una pérdida cuantiosa de dinero para el Estado, lo cual repercute en el desarrollo económico del Perú. Loayza, en su ensayo, Causas y consecuencias de la informalidad en el Perú llega a la conclusión de que los niveles de informalidad dentro de nuestro país son alarmantes, ubicándola como una de las más altas del mundo. Aunque la informalidad beneficie sigilosamente al Estado de forma sigilosa e indirecta, también lo desfavorece:

“La informalidad refleja subdesarrollo. (...) La evidencia existente indica que, en parte, la informalidad es simplemente una etapa del proceso de desarrollo: la microempresa que se encuentra en todas partes refleja las opciones no atractivas en un sector moderno pequeño y la dependencia tradicional de la familia y la comunidad. Sin embargo, también hay evidencia que sugiere que, en parte, la informalidad es una voz de alerta –el síntoma de políticas inadecuadas y, más profundamente, una falta de confianza en el Estado y quizás en nuestros conciudadanos. (…) los latinoamericanos se van con sus asuntos a otra parte; y, al hacerlo, socavan todavía más las perspectivas de crecimiento de la región. Por lo tanto, superar las causas de la elevada  informalidad es parte integral de la agenda más amplia del desarrollo de la región.” (Perry et al 2007: 22)

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