¿Cómo Hacer De La Danza Y El Teatro Herramientas Pedagógicas Para El Trabajo Social Y La Transformación Cultural?

¿Cómo hacer de la danza y el teatro herramientas pedagógicas para el trabajo social y la transformación cultural?

Ensayo elaborado por: Ivonne Angélica Guzmán Cifuentes

La pregunta que titula este documento me ha impulsado desde hace varios años a la construcción de proyectos e iniciativas donde la danza y el teatro, junto a elementos de la educación popular, enfoques educativos como el socio crítico, el pensamiento complejo, la pedagogía del arte y una propuesta cultural de la educación para la Paz, llamada Paz como Cultura, han sido protagonistas en acciones pedagógicas para el cambio social.

Construir este camino no es sólo saber – hacer, es también formarse y nutrirse de otros/as, es así como esta pregunta también me ha guiado en la búsqueda de opciones de formación, en principio no formal y luego con reconocimiento académico.

Entonces, más que una pregunta inicial se trata de una condensación de diversas inquietudes, confrontaciones y curiosidades, que hoy en día son la razón por la cual me interesa el Desarrollo Humano con énfasis en procesos afectivos y creatividad, programa de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

A lo largo de este documento ampliaré – quizás parcialmente – los hallazgos, intuiciones y nuevas preguntas que he encontrado a lo largo de ocho (8) años de experiencia, como politóloga, en el trabajo pedagógico con comunidades en situaciones de vulnerabilidad y en mi otra pasión, la danza y el teatro como fuentes que han avivado y nutrido mi ejercicio profesional.

¿Por qué la danza y el teatro?

Existe un imaginario colectivo que ve las artes escénicas como campos exclusivos para artistas, el trabajo con nuestros cuerpos y sentidos como tarea para los amantes del yoga o para aquellos espíritus creativos que exploran otros mundos. Sin embargo, durante estos años de experiencia en la formación de formadores, trabajando con distintas comunidades y ciudades colombianas, me he encontrado con las bondades del arte y de conectarnos con nuestro cuerpo. Además de permitirnos hacer consciente lo inconsciente y lograr una conexión entre nuestra realidad física, emocional, mental y espiritual, tienen un enorme potencial de creatividad para la construcción de éticas del cuidado, resiliencia , cultura de paz y para activar procesos pedagógicos.

Son una vía que hace posible cambios sin discriminar sexo, edad, raza o condición social. Muchos dicen “¿por qué una politóloga educando, bailando y haciendo teatro? ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?”. Resulta que la esencia del arte puede estar presente en todos y todas, hasta en nuestra cotidianidad, como pretextos para despertar el pequeño pedagogo/a que llevamos dentro.

Diciéndolo de otra manera, el camino trasegado me ha arrojado un valioso hallazgo: comprender estas herramientas como manifestaciones culturales, artísticas y lúdicas que tienen un enorme potencial para el desarrollo de los seres humanos como sujetos actores de su propia realidad.

¿Por qué hablar de Sujeto – Actor?

A manera de síntesis, asumirse como sujeto – actor implica preguntarse por la identidad, ya que el sujeto se construye a través de la historia y la cultura. En él convergen múltiples factores de los contextos en los que se encuentra inmerso y se construye mediante el reconocimiento de sí mismo y de los otros. No es sólo un individuo que se cuestiona por su Yo, sino que la identidad es producto de la interacción con los demás seres humanos – alteridad.

Con esta categoría se afirma algo esencial a la condición humana: la capacidad de tomar decisiones. Por ello se rescata esta noción, intentando alejarla de condicionamientos guiados por el deber ser. Se resalta su valor porque es un concepto que conlleva la idea de una persona que es, a su vez, comunidad y movimiento social; conciencia y acción.

Esta conceptualización recoge los aportes de, entre otros/as, el sociólogo francés Alain Touraine. Para este autor “el sujeto es el deseo, el esfuerzo del individuo por ser un actor en tanto que busque condiciones que le permitan construir su propia historia” . Así, el sujeto – actor no está sujetado a determinismos históricos o culturales, es quien produce una conexión entre instrumentalidad e identidad, para crear sentido y cambio .

Desde hace un tiempo he representado el concepto de sujeto – actor con las siguientes palabras: somos los autores y protagonistas de nuestra vida y ésta, al igual que una obra de teatro, está en permanente construcción, es la búsqueda continua de “Otra forma del Ser” .

¿Por qué articular pedagogía, psicología social y herramientas corposensoriales?

“No podemos asumirnos como sujetos [actores] de la búsqueda, de la decisión, de la ruptura, de la opción, como sujetos históricos, transformadores, a no ser que nos asumamos como sujetos éticos” .

A partir de mi experiencia en distintas organizaciones, comunidades, ciudades, equipos de trabajo y procesos educativos, he aprendido que la pedagogía es el campo desde el cual se puede hacer realidad el cambio social y la transformación cultural.

Ahora, no se trata de cualquier proceso pedagógico. Parafraseando a Freire, estoy absolutamente convencida que la práctica educativa requiere volver al origen, es decir a su naturaleza ética, en cuanto práctica específicamente humana . Educar es interacción entre seres humanos, donde todos y todas a su modo, desde su posición y realidad se encuentran en procesos continuos de aprendizaje.

En este punto es importante distinguir entre escuela y educación. Como plantea William Ospina (entre muchos otros/as), a veces pueden coincidir pero la educación comienza mucho antes de la llegada de los/as estudiantes a las aulas . Así, el acto pedagógico es la acción de encontrarnos, reconocernos, comunicarnos y analizar los fenómenos sociales desde los espacios sociopolíticos en que suceden. No es la asistencia a una escuela. Es un acto en el que se busca la formación integral de los seres humanos, para lo cual es necesaria la coherencia entre el “saber hacer y el saber ser pedagógico” . Preocupación fundamental de gran parte de los actuales estudios de las ciencias de la educación, en la medida en que son más las escuelas y espacios educativos cuya preocupación está en “adiestrar al educando en el desempeño de destrezas” .

En este campo la innovación cobra una significativa relevancia. Un ejemplo de ello:

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