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Decalogo De Desarrollo


Enviado por   •  25 de Abril de 2013  •  1.550 Palabras (7 Páginas)  •  2.753 Visitas

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La vigencia del Decálogo del Desarrollo en nuestros días

Estamos actualmente en una etapa de crecimiento económico que lleva más de 10 años continuos y gracias a la cual hemos escuchado innumerables veces que nos encontramos en un contexto de crisis a nivel mundial pero sin embargo el Perú se encontraría en muy buena posición al respecto gracias a su adecuado manejo macroeconómico.

Todo esto nos hace pensar que vamos por el buen camino, señalando las autoridades que es necesario el apoyo de todos los sectores para mantenernos en la senda del crecimiento.

Como he señalado en anteriores artículos, el gran reto de los empresarios debe ser convertir una amenaza en una gran oportunidad. En tal sentido, no solo el Estado debe preocuparse por lograr un adecuado entorno macroeconómico sino también nosotros debemos esforzarnos por la ruta del crecimiento y desarrollo.

Diversos artículos nos señalan que somos el país más emprendedor del mundo, sin embargo un gran porcentaje de las nuevas iniciativas fallecen antes de cumplir el primer año debido a diversos problemas y otro gran porcentaje no superan el segundo año de existencia.

Siendo esto así, como podemos los emprendedores colaborar con el desarrollo del país, sin importar la ideología partidaria.

La respuesta podría ser desarrollando actitudes, valores o compromisos a seguir, que puedan originar la mejora de nuestras potencialidades que nos lleven a no necesitar de tener la riqueza alrededor, sino de ser nosotros mismos capaces de generarla aprovechando para ello todas nuestras capacidades y potencialidades.

Una forma de hacerlo es creando buenos hábitos que nos permitan tener como norte en nuestra vida el desarrollo.

¿Qué es el Decálogo del Desarrollo?

Muchos habrán oído hablar del decálogo del desarrollo, inclusive hasta ahora lo podemos apreciar en algunos calendarios, artículos o exposiciones, en las oficinas y en las escuelas, sin embargo, ¿cuantos los llevamos a la practica?

Este decálogo escrito por Octavio Mavila nos explica su forma de interpretar la diferencia que existe entre vivir en un país desarrollado y uno subdesarrollado.

El origen de la riqueza de los países no se puede sustentar en la antigüedad o en los recursos naturales que posean los mismos. Tampoco en que sus pobladores sean más inteligentes que los de los países pobres.

La riqueza de los países se puede explicar en que sus habitantes han aprendido unas reglas tácitas que los llevan a tener una actitud diferente a los demás desde muy pequeños.

En lugar de buscar estrategias sofisticadas y costosas, debemos comprender que una buena practica debe continuarse si refleja resultados positivos. El presente decálogo se enseñó y sigue enseñando en diversos colegios. En algunas universidades se enseña como parte de algún curso de gestión de calidad por ejemplo, haciéndonos comprender que las verdaderas soluciones están sustentadas en el sentido común. Muchas veces los niños entienden con mayor rapidez estos buenos hábitos por los cuales los adultos pagan considerables sumas en seminarios, talleres o cursos de capacitación a fin de poder comprenderlos y aplicarlos en su vida diaria. Y ojo que es más fácil generar un buen hábito en un niño que recién empieza su etapa de aprendizaje, que en una persona con hábitos ya formados.

Esas características, hábitos o principios que los habitantes de la gran mayoría de los países desarrollados tienen y los cuales no son practicados en su vida diaria por la población en los países subdesarrollados, son descritos por Octavio Mavila en los principios del Decálogo del Desarrollo que son:

1.- Orden

2.- Limpieza.

3.- Puntualidad.

4.- Responsabilidad.

5.- Deseo de superación.

6.- Honradez.

7.- Respeto al derecho de los demás.

8.- Respeto a la ley y a los reglamentos.

9.- Amor al trabajo.

10.- Afán por el ahorro y la inversión

Muchas cosas nos sorprenden de los países desarrollados, si alguien tiene la fortuna de viajar a Europa, EEUU o Japon por poner un ejemplo, inmediatamente comienza a comportarse siguiendo los patrones habituales de conducta de sus habitantes. Así, vemos como se aprecia siempre un ORDEN en las cosas que se realizan, en el tránsito, en las colas, en el trabajo, en la documentación en las oficinas lo que le permite a uno ahorrar tiempo, etc.

Asimismo, llama poderosamente la atención la LIMPIEZA de las ciudades, de los centros de labores, de las casas. Uno puede decir que es gracias a los pagos realizados por los contribuyentes que se pueden realizar dichos servicios de limpieza

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