Resumen - "Decálogo del desarrollo"

Resumen del libro: “Decálogo del desarrollo”

Octavio Mavila Medina

Lima, Peru

A través de esto resumen se desea describir los puntos y los análisis importantes que el autor describe en su obra, además de resaltar, de manera parafraseada, lo que el mismo considera primordial para lograr el desarrollo de una nación.

Primeramente, podemos subdividir esta obra en tres partes fundamentales y que, al mismo tiempo, se complementan entre ellas. En la primera parte se configura las explicaciones de algunos términos cómo: países ricos y países pobres, de que la riqueza no es sinónimo de desenvolvimiento y de la expresión poder adquisitivo. En esos primeros capítulos el autor se dedica, casi dialogando con el lector, a tentar encontrar respuestas del porque que existen países ricos y países pobres en el mundo y cuando que se dio esto cambio en la historia, utilizando para eso informaciones históricas.

Ya en la segunda parte, es creado un personaje ficticio, “el viajero del tercer mundo”, para que se pueda representar con más claridad las impresiones que tienen las personas, habitantes de los países subdesarrollados cuando se deparan con las evoluciones de los países más ricos. Aquí también el autor se dedica a enumerar, por primera vez, las diez características que deben tener los pueblos de una nación para que puedan alcanzar el desarrollo.

En la tercer y última parte, después de hacer un detallado relato de dónde vinieron los primeros practicantes del llamado “Decálogo del desarrollo” (los puritanos ingleses y los japoneses), Mavila incita a los lectores de los países subdesarrollados, como su país Perú, a empezar a practicar los diez pasos descritos por él, caso contrario, el futuro puede ser trágico. Además, presenta las estrategias a ser adoptadas por los tres grandes sectores de la sociedad: los empresarios, las familias y el gobierno para que logren superan las dificultades por las que pasan hoy para que en el futuro gocen de una mayor estabilidad a nivel nacional e internacional.

A seguir, empezaré a hacer un resumen de la obra integrando las tres fases descritas anteriormente.

La obra “El Decálogo del Desarrollo” de Octavio Mavila representa una luz de esperanza para todos nosotros, originarios de países subdesarrollados y con grandes potenciales de alcanzar el camino del desenvolvimiento. Sin embargo, también resalta como alerta lo que pudiera pasar caso no seguimos sus consejos el cuanto antes. Vale resaltar la paradoja descrita en el prólogo entre la dualidad facilidad de salir de la condición de subdesarrollo versus estar estancado en esa situación. Según el autor, no necesitamos maquinarias, recursos financieros o tecnología, las herramientas básicas para salir de esto proceso está adentro de nuestras mentes.

Es cierto que lo que define la superioridad de un país rico frente a un pobre es la capacidad del poder adquisitivo que tiene sus habitantes. Es decir, ellos producen más, de manera eficaz, tienen sistemas productivos que ayudan en el incremento de la producción y de sobra gozan de mejor salud y comodidad lo que conlleva a una mejor situación financiera. ¿Pero cómo explicar la origen determinista de la riqueza versus la pobreza?

Algunos intentaron responsabilizar la antigüedad de los países cómo el factor determinante de su situación económica. Pero eso no es verdad. Basta ver los casos de países milenarios como China e India ,en comparación a los creados recientemente como: Australia, Canadá y los propios Estados Unidos de la América.  ¿Seria entonces la localización geográfica el factor responsable? No, por supuesto. A ejemplo de Japón que cuenta con el 80% de su país con áreas inaptas para la producción agrícola y era, en aquel entonces, el 2º mayor país del mundo, frente a Argentina fértil en recursos minerales y espacio para el cultivo, pero catalogado como un país en vías de desarrollo. Al final nos resta una alternativa más para intentar encontrar una respuesta, la afirmación de que los pueblos habitantes de los países ricos son más inteligentes que nosotros. Afirmativa esa 100% falsa, ya que como describe Mavila, personas del Tercer Mundo también son capaces de presidir grandes compañías, estudiar en las mejores universidades y ganar los mejores sueldos.

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