Discurso

El futuro tiene muchos nombres:

Para los débiles, es lo inalcanzable,

Para los temerosos, lo desconocido,

Para los valientes, es la oportunidad.

Dios, obra de formas maravillosas, y solo él, sabe lo que nos depara el futuro. El dÍa de hoy, quiero empezar agradeciendo a Dios, porque él, me dió la fuerza necesaria, para seguir adelante y poder conseguir todas mis metas.

Le doy gracias, porque me dio, a los mejores padres, ¿de qué manera puedo compensar todo lo que han hecho por mí? Los sacrificios, las noches sin dormir, su apoyo incondicional. La razón por la que luché, por ser la mejor, no fué, por el reconocimiento, ni los diplomas, fué, porque mi mayor felicidad, siempre ha sido ver lo orgullosos que están de mí, y eso, vale más, que cualquier premio.

A esto debo agregarle, la disciplina y el tesón, tan bien inculcados, por ese entrañable amigo, Armando Rubio, hoy ausente físicamente. El nos enseñó, que el básquet, es más que jugadas, es inteligencia y corazón.

Cualidades que templaron mi carácter y el de todos, los que tuvimos la suerte, de estar bajo su mando.¡ Te extrañamos Armando!.

A mis queridos maestros, mil gracias por su paciencia y comprensión. Especialmente al Lcdo. Marcos Cepeda, a quién siempre acudí, cuando necesité de su ayuda, siempre, su palabra franca y sincera, motivó mi vida estudiantil.

A mi Lcda. Hilda Defáz, quien supo guiar mis primeras letras. Los llevaré siempre en mi corazón.

Compañeros, ¡cuánto los voy a extrañar!, los mejores momentos, las alegrías, los triunfos, las tristezas, las compartimos unidos. Esa unidad que sólo, es decisión nuestra, mantenerla en el futuro.

Hoy se cierra una etapa maravillosa, pero empieza otra, y con ella inicia, nuestra carrera universitaria.

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