Doctrina Budica De La Tierra Pura
AMAYAARTURO23 de Enero de 2012
9.992 Palabras (40 Páginas)529 Visitas
La Doctrina Búdica de la Tierra Pura
JEAN ERACLE
EN MEMORIA DE SHINRAN SHONIN,
fundador de la Jôdo-Shinshû, en el 800 aniversario de su nacimiento.
21 de mayo de 1173 - 21 de mayo de 1973.
Descargado de www.librosbudistas.com
La portada es del Buda Amitabha
con Avalokitesvara a su derecha
y Mahasthamaprapta a la izquierda.
Encima de ellos está su tierra pura y
debajo los nueve grados de asientos loto.
ÍNDICE
Advertencia del autor 4
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN A LOS «TRES SÛTRA»
I. Los Sûtra de la Tierra Pura 6
II. La influencia de los «Tres Sûtra» 8
III. El sabor único de los «Tres Sûtra» 10
IV. Los «Tres Sûtra» y el Budismo fundamental 12
V. La rueda de la impermanencia 14
VI. El juego de las causas y los efectos 16
VII. Los principios de la liberación 18
VIII. De Sâkyamuni a Amitâbha 20
IX. Los nombres del Buddha de la Tierra de la Suprema Felicidad 23
X. Los Votos Originales de Dharmâkara 28
XI. El contenido de los Votos Originales 31
XII. La doctrina de las Tierras Puras 36
XIII. Las Tierras de Buddha en la enseñanza de Vimalakîrtî 39
XIV. La comunión universal 44
XV. El renacimiento en el «Sûtra de Amida» 46
XVI. El renacimiento en el «Sûtra de la Contemplación» 48
XVII. El renacimiento en el «Gran Sûtra» 53
XVIII. El Budismo de la fe 58
SEGUNDA PARTE
EXTRACTOS DE LOS «TRES SÛTRA»
I. El «Sûtra de Amida» 62
II. El «Sûtra de la Contemplación del Buddha de la Vida Infinita» 66
III. El «Gran Sûtra del Buddha de la Vida Infinita» 76
GLOSARIO 95
ADVERTENCIA DEL AUTOR
En esta obra hemos limitado lo más posible el empleo de términos sánscritos o sino-japoneses, poniéndolos casi siempre entre paréntesis. De igual forma, hemos intentado evitar las notas al pie de página, lo que nos ha llevado a colocar al final un glosario al que el lector podrá en todo momento referirse. Las palabras sánscritas están transcritas de una manera simplificada; se pronunciará c, tch; j, y; n, ny; c es sh, y kh, j. Las expre-siones chinas están transcritas según la manera japonesa de pronunciarlas. En la lectura de esta trascripción, se pronuncia cada letra; la sh se dice shy; la j, yi; la ch, tchy.
PRIMERA PARTE
INTRODUCCIÓN A LOS «TRES SÛTRA»
I
LOS SÛTRA DE LA TIERRA PURA
La espiritualidad llamada «de la Tierra Pura» constituye, sin duda, una de las formas más vivas del Budismo del Gran Vehículo (Mahâyâna).
Se apoya en tres libros fundamentales designados habitualmente con el nombre de «Tres Sûtra».
De entre ellos, el más importante es el «Gran Sûtra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad» (Gran Sukhâvatî-Vyûha-Sûtra). Redactado en sánscrito hacia el siglo I de nuestra era, pronto pasó de India a China, donde fue traducido una docena de veces. De entre las pocas versiones chinas que hoy subsisten, la más venerada es el «Gran Sûtra de la Vida Infinita» (Dai-Muryôju-Kyô), texto acabado por Sanghavarman en el 252.
El segundo de los «Tres Sûtra» es conocido como el «Libro de la Contemplación de la Vida Infinita» (Kam-Muryôju-Kyô). El original sánscrito (Amitâyur-Dhyâna-Sûtra) está actualmente perdido. De las versiones chinas que de él se hicieron, sólo queda la traducción que realizó Kâlayasas en el segundo cuarto del siglo V.
El tercer libro es más corto. Su original sánscrito se llama «Pequeño Sûtra de los Ornamentos de la Tierra de la Felicidad» (Pequeño Sukhâvatî-Vyûha-Sûtra). Se poseen dos versiones chinas. Una de ellas está más ampliamente divulgada y apreciada: obra del gran traductor Kumârajîva, fue realizada en el 402 y lleva el nombre de «Sûtra de Amida» (Amida-Kyô).
No son, evidentemente, estos tres textos los únicos en los que Amitâbha (jap. Ami-da), el Buddha de la Tierra de la Felicidad, desempeña un papel de primer plano.
Así, también se conoce un texto en el que se enseña un método de concentración en este Buddha: se titula «Sûtra de la Concentración donde aparece Buddha en presencia inmediata» (Pratyutpanna-Buddha-Sammukhâvasthita-Samâdhi-Sûtra) y una de sus versiones chinas fue realizada en el 149 de nuestra era.
Otro documento depende de la misma tradición. Llamado «Sûtra de la Contempla-ción amplia como el océano en la que se contempla a Buddha» (Buddânusmriti-Samâdhi-Sâgara-Sûtra), fue traducido al chino por Buddhabhadra a principios del siglo V.
Un pequeño texto bastante popular se halla sin duda emparentado con los libros santos de la Tierra Pura: es el « Sûtra de Aparimitâyus» (Aparimita-Ayur-Jnâna-Sûtra). En él se dice que aquel que copie este Sûtra renacerá con seguridad en la Tierra de la Felicidad del Buddha Amitâbha.
Un libro chino muy extendido, el «Sûtra de la Marcha Heroica», que no debe con-fundirse con un texto indio del mismo nombre (Surangama-Samâdhi-Sûtra), expone una meditación sobre Amitâbha manifiestamente inspirada en los «Tres Sûtra» de la Tierra Pura.
Junto a los «Tres Sûtra», las escuelas de la Tierra Pura tienen por varios comentarios una alta estima. Unos están atribuidos a los filósofos indios Nâgârjuna (siglos II-III) y Vasubandhu (siglos IV-V), otros son obra de grandes maestros chinos o japoneses.
II
LA INFLUENCIA DE LOS «TRES SÛTRA»
Los «Tres Sûtra» han ejercido una influencia de primera magnitud sobre la mentali-dad religiosa de Extremo Oriente.
En China, el primer grupo conocido de fieles de la Tierra Pura es la «Sociedad del Loto blanco» (Lien tsung), fundada por Hui Yuan a finales del siglo IV. A continuación este movimiento espiritual se desarrolló de manera considerable y proporcionó grandes maestros como T’an Luan († 542), Tao Ch’o († 645) y Shan Tao († 681).
La descendencia de los maestros chinos de la Tierra Pura continuó incluso después del declive del Budismo en China, habiendo vivido el último de ellos, Hsing An, bajo la dinastía manchú (1644-1911).
Lo que seguramente favoreció la persistencia de la Escuela de la Tierra Pura en Chi-na, fue que estaba muy cerca del pueblo, siendo simple su enseñanza y fácil su práctica. Los chinos nunca apreciaron demasiado las argumentaciones que tanto estiman los in-dios. Necesitaban doctrinas prácticas cuya eficacia fuese rápidamente comprobable. Un Budismo tan simplificado como el de los «Tres Sûtra» ofrecía, desde este punto de vis-ta, todo lo necesario para satisfacerlos. Por otra parte, los chinos, con su carácter opti-mista, pronto prefirieron la imaginería de la Tierra de la Suprema Felicidad al ideal mu-cho más abstracto del Nirvâna.
Por supuesto, no se sabe gran cosa sobre la vida de los budistas en la China actual, pero puede suponerse que la doctrina de los «Tres Sûtra» conserva todavía su lugar in-tacto en la vida íntima de numerosos chinos.
Influyente también en Corea y en Vietnam, donde se armoniza muy estrechamente con la Escuela de Meditación (Zen), la espiritualidad de la Tierra Pura ha cristalizado en Japón en forma de cuatro escuelas que agrupan actualmente a unos quince millones de japoneses. Si las escuelas Yuzu-Nembutsu y Ji tienen poca importancia numérica, ocurre algo muy distinto con las otras dos, la Jôdo-Shû (Escuela de la Tierra Pura), fundada por Hônen († 1212), y la Jôdo-Shinshû (Verdadera Escuela de la Tierra Pura), establecida por Shinran († 1263). Esta última, repartida en diez ramas, es extremadamente flore-ciente. Primera de las escuelas búdicas japonesas en modernizarse, en los albores de la era Meiji (final del siglo XIX), ejerce una gran actividad en los ámbitos social y educa-tivo. Posee ramificaciones en el mundo entero. Se ha extendido muy especialmente por el Pacífico, en Estados Unidos, Canadá, Brasil y, últimamente, en Europa.
La influencia de los «Tres Sûtra» no puede sólo limitarse a las escuelas consagradas al culto exclusivo del Buddha Amitâbha. De hecho, sean cuales fueren las ramas a las que pertenecen, muchos mahayanistas aspiran a renacer en la Tierra de la Suprema Feli-cidad descrita en estos Sûtra, y la práctica del Nembutsu, enseñada en estos libros, ha penetrado ampliamente, en el curso de la historia, en muchas otras escuelas búdicas del Gran Vehículo.
Por lo que acaba de decirse, se puede comprobar que los «Tres Sûtra» de la Tierra Pura representan una doctrina de alcance universal, cuyos grandes rasgos conviene des-cribir ahora.
III
El SABOR ÚNICO DE LOS «TRES SÛTRA»
La doctrina de los «Tres Sûtra» es esencialmente búdica de principio a fin.
No se la puede, por tanto, interpretar fuera de las enseñanzas búdicas fundamentales. Precisamente a causa de este olvido, la mayoría de los autores occidentales han com-prendido mal la doctrina y la práctica de las Escuelas de la Tierra Pura. Por su descono-cimiento, han interpretado esa doctrina como un retorno al monoteísmo y esa práctica como un culto de devoción y amor análogo al Bhakti-Yoga de los hindúes
...