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EL BOSQUE EN LAS AFUERAS


Enviado por   •  12 de Junio de 2017  •  Tareas  •  1.481 Palabras (6 Páginas)  •  110 Visitas

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EL BOSQUE EN LAS AFUERAS

Un día sábado  con seis amigos de toda la vida, nos dispusimos a encontrar un lugar para acampar en las afueras de la ciudad , pero no debía ser un lugar frecuentado  o conocido  para hacer esta actividad, más bien queríamos explorar las afueras y encontrar un nuevo sitio donde poder acampar, se trataba de tres días de camping en los cuales cada día nos adentraríamos más en los bosques y zonas montañosas con las cuales cuenta las afueras de la ciudad de pasto, así que nos encaminamos a la salida norte de la ciudad  ya que esta zona cuenta con entradas a zonas boscosas, además que su entorno es un tanto plano y no tan montañoso  lo cual es ideal para acampar, nos trasportamos en el carro de diego, al cual le decimos soto por costumbres del colegio de llamar a las personas por el apellido y es complicado acostumbrarse a llamarlo por el nombre ahora, en el camino compramos lo que nos hacía falta y como en todo grupo de amigos no puede faltar todo tipo de bebidas embriagantes las cuales llevábamos cervezas, aguardiente y chapil el cual usaríamos para hacer hervidos en las noche, agregamos al repertorio ocho litros de guarapo el cual se vendía en la vía por la cual transitábamos para llegar a un pueblo llamado la florida, en el cual dejaríamos el carro para luego caminar hacia las zonas donde posiblemente encontraríamos un buen lugar para acampar , al llegar al pueblo buscamos un parqueadero  pero no encontramos, así que arreglamos con un habitante del lugar para que cuidara el carro por tres días ya que él contaba con un garaje, el señor don cesar recuerdo que se llamaba muy amable nos colaboró con esta causa, ya nos dirigíamos a pie hacia las zonas boscosas pero antes de llegar a estas teníamos que caminar una hora y media por carretera, hacia algo de sol pero no era tan fuerte como para quejarnos, el clima estaba perfecto para hacer esta primera caminata de hora y media, además de la recocha del grupo no se sintió el tiempo que caminamos, al llegar a la zona encontramos una entrada natural, llena de vegetación, así que nos encaminamos a entrar, después de haber caminado alrededor de diez minutos el lugar se volvía un poco más despejado pero con enormes árboles y hojas secas en el piso, el lugar era muy bonito a la vista pero no teníamos espacio para poder armar las carpas, así que seguimos caminando adentrándonos un poco más, al principio temíamos que perdiéramos el camino para poder regresar pero no fue difícil solucionarlo habían zonas que podíamos reconocer fácilmente al regresar, además de que después de habernos adentrado unos quince minutos más encontramos un riachuelo así que este también nos serbia de referencia al momento de regresar, seguimos caminando a un lado del riachuelo buscando una buena zona para poder armar las carpas, al fin encontramos un buen lugar los arboles eran enormes y habían unos muy anchos los cuales se podían abrazar y aun así no se alcanzaba a juntar las manos, las entradas de luz eran de película hacían del sitio un lugar encantador además del sonido de pájaros, grillos y demás animales de la zona, después de un rato admirando el lugar y contentos de haber llegado y poder estar ahí viviendo eso nos dispusimos a armar las carpas, preparar el sitio donde haríamos la fogata para preparar los alimentos y más importante los hervidos que en esa noche tomaríamos, una vez terminadas de armar las carpas arreglamos nuestras cosas dentro de estas, uno de mis amigos Fabián y yo nos dirigimos a buscar madera para poder encender el fuego y explorar un poco el lugar, encontramos unas ramas caídas y algunos troncos viejos debajo de uno de estos se encontraba una pequeña rana, como llevábamos cámaras porque además de las aventuras a Fabián y a mí nos gusta la fotografía , fotografiamos esta pequeña rana hasta que escapo del lugar saltando, también encontrábamos lugares muy atractivos para fotografía tanto por su entorno como su luz natural hacían que las fotos quedaran  con un toque único de genialidad, al caer la noche ya teníamos prendida la fogata en la cual alrededor de esta hicimos una especie de hornilla con piedras del riachuelo para poder asentar las ollas y preparar los alimentos.

La noche comenzó bien el clima era bueno no tan frio y despejado, se podía ver a través de las hojas de los arboles las estrellas muy vivas y la luz de la luna era suficiente para poder iluminar el lugar, pusimos a preparar algunas papas para comerlas con carne que estábamos asando en una pequeña parrilla improvisada con ramas y rocas, una vez acabamos de comer pusimos en la hornilla a hervir agua que de echo la sacamos del riachuelo que nos sirvió de mucho en lo que estuvimos acampando, en esta agua preparamos los hervidos que no tenían ninguna ciencia al prepararlos, primero esperamos que el agua hierva y luego le agregamos sumo de fruta que habíamos llevado, algunos clavo de olor y anís estrellado, dejamos que hierva esta mescla por un rato y servimos en cada baso una parte de esta especie de jugo caliente que habíamos acabado de preparar y una parte de chapil, la noche se volvió muy amena con el calor de los hervidos y el efecto del alcohol, hubieron charlas recordando el pasado, momentos en los que cantábamos y contábamos historias, chistes y las cosas que pensábamos de estar ahí, también hubieron momentos en los que callábamos para escuchar el sonido de la naturaleza en la noche, se escuchaba sonidos extraños como cantos de aves por momentos cortos pero tristes, el sonido de grillos y demás insectos, pero eran sonidos relajantes nos hacían recordar que no había nadie más que nosotros ahí en ese lugar, se hacia la media noche y seguíamos tomando tanto hervidos como aguardiente, estábamos entrando en embriagues y el ambiente se colocaba  poco a poco descontrolado, nos pusimos a jugar a las escondidas a bailar alrededor de la fogata y hacer competencias de tragos, después de unas cuantas horas ya estaba por amanecer y nos fuimos a dormir en las carpas, amaneció era otro buen día el clima estaba soleado, preparamos el desayuno el cual era carne de la noche anterior que sobro y unos huevos perico y para acompañar teníamos gaseosa aunque algunos tomaron con guarapo que aún nos sobraba, acabamos de desayunar y nos pusimos a tomar fotos grupales para recuerdo y explorar la zona un poco, también nos bañamos en el riachuelo con unas cocas, el agua estaba un poco fría pero se sentía bien más aun después de esa noche en la que dormimos con el sudor de ese día, cuando ya todos estábamos listos para seguir el día empezamos a cocinar para el almuerzo, llevábamos algunos alimentos enlatados los cuales nos facilitaron al momento de preparar el almuerzo, al terminar empezó a llover así que ingresamos a las carpas a charlar mientras escampaba, paso alrededor de una hora para que escampe y conversamos sobre regresar a nuestras cosas pues nos aviamos divertido ya lo suficiente y habíamos acabado con las reservas del día siguiente, así que nos pusimos a desarmar carpas y arreglar todo en las mochilas para poder salir, una vez listos para partir empezó a llover otra vez así que caminamos bajo la lluvia, las gotas que caían de los arboles eran grandes y tenían un sonido fuerte contra las hojas del suelo, estábamos empapados y aun nos faltaba unos quince minutos más para llegar a la salida y así a la carretera, habían zonas en las que no se podía pisar bien ya que se volvió algo lodoso y nos caíamos, pero fueron momentos divertidos todos estaban alegres aún bajo la lluvia, una vez llegamos a la carretera nos esperaba una hora y media de caminata para llegar al pueblo, bajo una lluvia que cada vez no la sentíamos, teníamos los mismos ánimos que cuando llegamos, la misma recocha, más alegres y con historias que contar en el camino, llegamos al pueblo fuimos a la casa de don cesar, el muy amable nos brindó una taza de café el cual lo recibimos con gusto pues estábamos empapados por la lluvia y con algo de frio, nos permitió cambiarnos la ropa mojada y ya estábamos de salida para volver a nuestras casas, nos montamos en el carro y charlábamos de lo bien que la pasamos y de las próximas salidas que haríamos, iba cayendo la noche aun que estábamos un poco cansados aún se estaba con ánimos, ya por fin llegamos a la ciudad y nos despedimos para dirigirnos cada uno a nuestra casa, el campamento fue un éxito.

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