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EL CIERVO


Enviado por   •  8 de Marzo de 2012  •  2.203 Palabras (9 Páginas)  •  374 Visitas

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CONSECUENCIAS “FÍSICAS” DE LA BULIMIA NERVIOSA

Estar inmerso en el circuito bulímico (ayunos, atracones, purgas diversas, vómitos, laxantes, diuréticos, exceso de ejercicio, etc. y nuevamente ayuno) afecta enormemente al nivel anímico o psicológico. Sin embargo, es imprescindible considerar que el circuito descrito consiste en acciones concretas, que involucran al organismo y, por lo mismo, el “físico” también sufre de variadas formas.

Esto explica que se vuelva tan difícil lograr una mejoría anímica de la persona afectada si no se empieza por sacar al cuerpo minado del fondo. Una vez repuesto mínimamente, es más factible encontrar los vericuetos psicológicos que llevaron a ese camino sin salida. Pero con un cuerpo desorganizado hasta el caos, ¿qué mente puede restablecerse?

Entonces, es muy importante conocer las consecuencias a nivel físico y subsanarlas cuanto antes, para empezar a sentirse mejor. A continuación vamos a ir mostrando parte por parte de qué modo se encuentra afectado el cuerpo de una joven que está con un trastorno de la conducta alimentaria de tipo bulímico.

Boca

Cuando uno vomita, vuelve a la boca toda la comida que sale del estómago y junto con eso también viene ácido clorhídrico. Ese ácido se encuentra en el estómago para ayudar a digerir lo que uno ingiere. El estómago está preparado para que un elemento tan corrosivo esté en contacto con sus paredes. Sin embargo, en la boca, este ácido puede:

a) producir la pérdida del esmalte dentario en la cara interna de los dientes. Es fácil imaginarse de qué modo facilita el aumento en la producción de caries. Además, el daño es irreversible: el esmalte no vuelve a salirles a los dientes. Se ve mucho en las jóvenes que han tenido estos episodios por tiempo suficientemente prolongado. Tienen los dientes en pésimo estado y deben arreglados con fundas que suplen el diente original.

b) dañar las encías, el paladar y la garganta, produciendo inflamación de los mismos. Las manos u otros elementos introducidos en la boca para estimular el vómito pueden provocar heridas en la garganta y el paladar, que en ocasiones llegan al sangrado

El odontólogo entrenado puede reconocer que una joven vomita frecuentemente por esas señales.

Glándulas salivales

Suelen aumentar de tamaño, en especial las parótidas. Como consecuencia de la acción de vomitar. El resultado es un rostro de aspecto regordete. Esto se revierte cuando cesan los vómitos. Muchas jóvenes comienzan a vomitar porque se ven gordas. Sobre todo porque suelen mirarse el rostro, que tal vez es del tipo redondeado aunque el cuerpo esté en buen peso. Lo paradójico es que terminan reforzando esta característica facial por la inflamación que se produce en las glándulas salivales a raíz de los vómitos.

Alteraciones hidroelectrolíticas:

Potasio:

Una de las complicaciones más graves de la bulimia nerviosa es la reducción del potasio en la sangre. La pérdida del mismo se produce:

a) a través de los vómitos, porque el jugo gástrico que se pierde al vomitar es muy rico en potasio;

b) al tomar diuréticos, que también producen una disminución de potasio en sangre por exceso de eliminación de líquidos;

c) por la combinación de ambos métodos. Esta última situación es de altísimo riesgo.

La disminución del potasio en la sangre afecta el funcionamiento del corazón, ocasionando arritmias cardíacas que pueden llevar a la muerte por paro cardíaco.

Sodio:

También como consecuencia de los vómitos y/o del uso de laxantes suele disminuir el sodio en sangre. Como la alimentación suele ser tan desordenada, en general la ingesta de sodio es de por sí reducida.

La reducción de sodio en sangre produce disminución de la presión arterial y mareos.

Magnesio:

Puede disminuir en la sangre y en los tejidos en general, como consecuencia de la utilización de laxantes y diuréticos, solos o combinados. También se pierde magnesio al vomitar.

La pérdida de magnesio en sangre ocasiona debilidad muscular, hormigueos y calambres.

Agua

Suele haber pérdida de agua y electrolitos a través de los vómitos y como consecuencia del uso de laxantes y diuréticos, solos o combinados. Se hace evidente especialmente cuando, además, la ingesta de líquidos es reducida.

La pérdida de agua y electrolitos genera deshidratación.

Aparato digestivo

Esófago

Puede irritarse como consecuencia del pasaje del ácido clorhídrico en forma reiterada, lo que produce esofagitis. Si bien no es habitual, en ocasiones -sobre todo si hay una frecuencia alta de vómitos diarios-, el gran esfuerzo realizado para vomitar puede provocar la ruptura esofágica, cuadro de suma gravedad que requiere tratamiento quirúrgico de urgencia. A veces este cuadro se anuncia con una fisura esofágica, que no es más que un preaviso de la gravedad que está adquiriendo la situación.

También como consecuencia de vómitos reiterados, es frecuente la aparición de reflujo gastro-esofágico, lo que significa el pasaje espontáneo del contenido gástrico hacia el esófago. Es decir, cuando el cuerpo se acostumbró a vomitar, puede ocurrir que lo que está en el estómago vuelva espontáneamente a la boca, aún sin tener que hacer ningún esfuerzo, lo cual trae las consecuencias descriptas.

Estómago

Es bastante común en una persona vomitadora la aparición de gastritis, debido a la pérdida a través del vómito del moco que protege la mucosa gástrica del ácido clorhídrico. Como consecuencia, en ocasiones pueden producirse vómitos de sangre.

También es frecuente que, como consecuencia de los vómitos reiterados, el vaciamiento gástrico se haga más lentamente. Como si el estómago se volviera “perezoso” y generara una sensación de “estar lleno” que dificulta

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