EPISIOTOMIA
ELIZABETH.106 de Agosto de 2013
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Introducción
Desde el inicio de la vida, nos enfrentamos a situaciones y condiciones tan diversas que van modelando nuestra conducta y forma de pensar. En el caso específico de la mujer, el parto viene a constituir una vivencia que, sin duda, representa una serie de cambios de carácter social, físico y psicológico. Este ensayo tiene como finalidad la de encontrar la conexión entre dichos aspectos y que se ven reflejados en el periodo postparto tomando como base la opinión de la autora Laura Gutman y, a la vez, contrapuntear algunas ideas ciertas ideas expresadas por la autora que, a mi parecer, resultan incoherentes.
Desarrollo
Comenzaré por retomar algunas ideas expresadas por la misma autora a lo largo de su obra con referencia al puerperio. Comienza por decirnos que el puerperio es la etapa que transcurre desde el parte y se extiende hasta los dos años siguientes y que durante este periodo, las mujeres atravesamos por una transición que trae consigo varios cambios en nuestras vidas. Estos cambios se pueden clasificar en tres grandes grupos: físicos, sociales y psicológicos. No obstante que los tres aspectos se relacionan entre sí, es clara la tendencia de la autora hacía el aspecto psicológico. Nos habla de que nadie puede prepararse para lo desconocido y a esto yo agregaría que “nadie escarmienta ajena”, es decir, todos sufrimos una misma experiencia de manera distinta acorde a nuestra “historia personal de vida”
Tomando en cuenta lo anterior, empezaré por retomar la idea generalizada de la psicología moderna que nos dice que la base de nuestro actuar y pensar devienen de nuestras experiencias de vida; llámese educación o simple empirismo. Desde el momento mismo del nacimiento nos enfrentamos al proceso de aprendizaje el cual se da de maneras tan diversas, las cuales, sólo podríamos limitarnos a englobar. De tal modo, no concuerdo con la idea de que el puerperio sea una condición que se dé en todas las mujeres. Para sostener mi dicho haré una equiparación con la adolescencia, la cual, no es más que una enfermedad de carácter psicológico comúnmente confundida con la pubertad y que se inició en el siglo XX debido a las condiciones sociales que impedían que se diera la atención adecuada a la educación correspondiente al seno familiar. De la misma manera, el puerperio psicológico viene a darse como una representación de nuestra falta de entrenamiento emocional y, a la vez, se reflejan las debilidades de nuestros modelos familiares (en este caso específico el de nuestra madre).
En repetidas ocasiones, se menciona en el libro que las mujeres de hoy en día nos vemos más alentadas a participar de manera activa en la sociedad como profesionistas y que éste hecho constituye un factor determinante para que nuestra parte consciente (lo que la autora denomina como “Yang”), entre en conflicto con nuestro inconsciente (llamado por ella como “Yin”), pero yo me preguntaría: ¿acaso todas las mujeres deseamos o estamos incluidas en el ambiente profesional?. Obviamente la respuesta es un “no” de manera rotunda y de ahí afirmo categóricamente que nuestra experiencia de vida (fijada de manera inconsciente) es la que determinará si se da o no una condición para el puerperio psicológico.
No puedo concebir siquiera que la situación de una mujer que desea con todas su ganas tener un hijo, comparada con aquella mujer que se enfrenta a un embarazo no deseado o no planeado pueda tener el mismo fin o de menos las mismas condiciones. ¿Por qué afirmar que me voy a enfrentar a una crisis de carácter psicológico si estoy “consciente” de por qué y para qué quiero un hijo? No nos confundamos en la idea de que lo “consciente” y lo “inconsciente” son cosas diferentes ya que están estrechamente vinculadas.
Laura Gutman señala varias situaciones dentro de su libro como “normales”, entre ellas al periodo del puerperio, no obstante habrá que señalar que lo que generalmente señalamos como “normal” es todo aquello que se da de una manera cotidiana. Haciendo el señalamiento anterior, retomo la idea de que el puerperio es algo generalizado más no estricto. Quisiera puntualizar por otro lado que cuando hablo de que no en todos los casos se da el puerperio, me refiero tan sólo al aspecto psicológico que nos dice que se genera una lucha interna que desemboca “normalmente” en una depresión que puede variar desde lo ligero hasta lo grave
Me llamó mucho la atención, la cantidad de casos que maneja como ejemplos para proyectar una imagen más objetiva del problema en discusión. Pero en especial, el caso de Patricia, la cual, tiene una hija de siete años llamada Florencia y que presenta una conducta antisocial e indiferente a la comunicación. La doctora Gutman atribuye este problema a la falta de fusión emocional entre madre e hija, a lo cual, les recomendó probar una “terapia” que incluso podría parecer “tonta” (según palabras de la misma doctora. En dicha “terapia”, los padres debías tratar a Florencia como si fuera un bebé y es precisamente aquí donde viene el error por parte de la doctora y la confusión de nosotros como lectores:
* La niña presentaba características que son típicas del autismo:
-Acentuada falta de reconocimiento de la existencia o de los sentimientos de los demás.
-Ausencia de juego social
- Anomalía en la forma y contenido del lenguaje
-Intensa aflicción por cambios en aspectos insignificantes del entorno
- Marcada anomalía en la emisión del lenguaje con afectación
* Dado lo anterior, puedo afirmar que la “terapia” no era la correcta y que los supuestos avances experimentados por la niña cuando se encontraba con sus papás corresponden a lo que en la teoría conductista de Skinner se llama estímulo – respuesta. La niña sólo respondía de manera correcta mientras se le tratara como una bebé, cosa que ya no sucedía a la falta de ese trato.
* Al no ser un tratamiento eficaz al verdadero problema de la niña, el problema seguiría prolongándose.
* La razones del autismo no se conocen a ciencia cierta y según las teorías la falta de afecto siempre son las causales ya que también se supone que se da por deficiencias y anormalidades cognitivas. Parece existir alguna base neurológica aunque no está demostrada; o ciertos procesos bioquímicos básicos. Se ha encontrado un exceso de secreción de Serotonina en las plaquetas de los autistas
Un punto que quisiera tomar y que nunca vi claramente marcado dentro del libro y que seguramente es factor determinante para que se dé o no una crisis emocional es que no reflexionamos que todo en esta vida debe tener una razón de ser y decisiones como la de formar una familia no deberían ser tomadas a la ligera como normalmente lo hacemos. Cuándo se nos hace la pregunta ¿por qué tener un hijo?, nos podríamos encontrar con todo tipo de respuestas que van desde lo más “inconsciente” hasta lo “consciente”. Encontré una encuesta que a continuación muestro donde se publicó una gráfica en relación a las respuestas obtenidas a esa pregunta tan importante, pero que a mi parecer, debería acarrear otro tipo de preguntas en base a esas respuestas.
Por qué deseas tener un hijo? |
Para crear una familia | 45.77 % (839) | |
Para darle amor | 31.91 % (585) | |
Para compartir nuevas emociones | 14.84 % (272) | |
Para complacer a mi mujer | 3.98 % (73) | |
Para tener descendencia | 1.80 % (33) | |
Para superar una crisis | 1.69 % (31) | |
Vemos claramente que la tendencia dice que para crear una familia, sin embargo, vienen en consecuencia una serie de preguntas: ¿para qué crear una familia? ¿por qué me lo enseñaron? ¿por qué lo quiero? ¿y con qué motivo?... Así podría seguir enumerando más y más preguntas cuya respuesta ya no cabe en un “si” o un “no”. Conclusión: si no tengo claro el por qué y para qué de las cosas, me enfrentaré sin lugar a dudas a un conflicto emocional que seguramente mutará en depresión post parto.
Por otra parte se menciona mucho el rol que juega el varón antes y después del parto. Vivimos en una sociedad regida por los varones y se ha relegado el cuidado del bebé a la mujer en su mayor parte, lo cual no creo que sea correcto por la sencilla razón de que una ”familia”, es decir, la base de la sociedad está constituida de menos por un padre, una madre y un hijo. La crianza de los hijos por ende debiera estar a cargo de los dos progenitores pero volvemos a la idea de que las condiciones sociales suelen ser tan fuertes que no es posible. ¿Cómo no esperarnos como mujeres entrar en una crisis provocada por la experiencia maternal aunada a la atención que debemos brindarle a otros asuntos si no se cuenta con el apoyo del varón? De ahí que el hombre lejos de entender lo que ocurre en realidad, se limite a ser espectador y no partícipe.
Conclusiones
* El puerperio emocional es resultado de nuestra falta de entrenamiento emocional derivado de la historia personal. En ello va incluido nuestro modelo familiar, nuestras creencias, paradigmas y aspiraciones en la vida.
* La idea de “normal” no quiere decir que lo “anormal” siempre sea de carácter nocivo, ya que como la autora marca, el hecho de vivir esta etapa también puede enriquecernos y hacernos más fuertes. Nos da un conocimiento más amplio de nuestras fortalezas u debilidades.
* Mencionó la autora que nadie puede prepararse para lo desconocido, lo cual creo no aplica al cien por ciento en este caso, si no ¿para qué escribir sobre un tema
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