Editorial

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“Se viene un tsunami y tú estás preguntando qué traje de baño debo usar”, dijo la Ministra de Finanzas de Francia al Secretario del tesoro de EEUU en el 2008, Henry Paulson; ante el advenimiento de la crisis financiera mundial; según lo manifiesta en “Inside Job” (2010).

El documental revela las razones que dieron lugar a la crisis financiera mundial del año 2008, tales como la desregulación por parte del Estado, la creación de nuevos productos financieros denominados derivados y la burbuja inmobiliaria.

Evidencia una industria criminal en la que la actuación de los agentes financieros se vio inmersa en una cadena de especulaciones sobre el capital de las personas, donde por un lado públicamente se promovía su inversión y por otro lado se apostaba al fracaso de la misma, previamente asegurada por varias vías. Esta actuación se vio facilitada por la complicidad de las Agencias Calificadoras de Riesgo, destacados docentes universitarios, y el Gobierno.

Raghuram Rajan -catedrático de Chicago, economista jefe del FMI, explica que el mensaje fue “más ganancias por menos riesgos”, cuando en realidad se sabía que se trataba de “más ganancias a corto plazo por más riesgos”.

Cuando vi la película, la primera sensación fue de horror, de miedo, de vergüenza hacia el ser humano. ¿En qué nos hemos convertido? ¿Cómo puede la ambición por el dinero volverse un fin en sí mismo, por encima de todos los valores humanos?

¿Cuándo aprendimos a ser tan crueles, tan inescrupulosos e individualistas, deshonestos y agresivos con el otro? ¿Qué mentiras puede uno inventarse a sí mismo para justificar acciones delictivas?

Cuando en pleno 2008 se hablaba de la crisis económica mundial, me encontraba trabajando en el Departamento de Salud Mental del Hospital Saint Bois, y por los pasillos se rumoreaba que otra vez aumentaría la oleada de suicidios, como ocurriera en el transcurso de la padecida en el año 2002. En aquel entonces, mi visión de la crisis era que se trataba de una “fatalidad”. Pensaba que no había responsables directos, que correspondía a la naturaleza de la evolución de la curva económica, o a lo sumo, que resultaba como consecuencia de políticas económicas no acertadas.

La película deja en evidencia otra realidad muy diferente.

Los efectos cuantificables de la crisis, se vieron en un aumento del precio de las materias primas, crisis alimentaria y energética, aumento de la inflación, crisis crediticia e hipotecaria, aumento de la deuda externa, descuido del medio ambiente, aumento del desempleo y de las tasas de suicidio.

En el orden psicológico se provocó un aumento de la frustración, la ansiedad, el miedo, las fobias, agresión, depresión, pérdida de identidad, tensiones en el hogar, a nivel laboral y de relación con pares, entre otras.

Ante tales efectos, la reacción de

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