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El Amor En La Adolescencia

yulyelagudo6 de Febrero de 2012

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EL AMOR EN LA ADOLESCENCIA

PARTE 1

No pocos adolescentes se estresan sobre manera cuando les toca establecer nuevas amistades y, sobre todo, cuando no se atreven a enamorar a la chica o chico que le ilusiona.

Antiguamente ellas esperaban pacientemente que fueran los varones quienes hicieran el primer gesto y les tocaba a ellos asumir en solitario el combate a los temores propios de la edad. Hoy el progreso femenino y la llamada “igualdad de géneros” ampara a las mujeres para una mayor libertad de acción a la hora de seducir, pero esta habilidad suele llegar con el tiempo.

El amor en la adolescencia suele vivirse de manera muy intensa, existe una gran ilusión del primer amor, Sin embargo llega maquillado por una gran cantidad expectativas que se han alimentado a través de lo aprendido en la vida, por ej. En la familia, ya sea repitiendo patrones o queriendo cambiarlos totalmente, influyen también los medios de comunicación, los cuentos color de rosa, películas de amor tormentosas, telenovelas en donde mágicamente a través del sacrificio se consigue el amor de aquel que tanto nos desprecia, canciones que hablan de amores maravillosos y perfectos etc. enseñan que el amor o se sufre mucho o todo es de ensueño. Por ello cuando se viven las primeras relaciones se cree debería ser parecido a lo que teóricamente se conoce o se tiene la fantasía de poder cambiar la historia.

Otro factor que interviene de manera importante es el enamoramiento que se presenta en el inicio de las relaciones, que es en realidad una distorsión de la percepción, se exageran las cualidades y se cree que la otra persona es la ideal para compartir con ella el resto de la vida; afortunadamente el tiempo hace milagros y permite descubrir la esencia real de la persona.

Dentro de las relaciones de pareja se tratan de cubrir las carencias afectivas que se vivieron en la infancia, con el amor de la pareja. A través de la vida se aprende a hacerse responsable de sí mismo, pero en esta etapa, los adolescentes aún no tienen una identidad bien definida y viven las frustraciones, los fracasos y las experiencias felices de manera más egocéntrica, como si solamente fueran los únicos en el mundo a quien sucedieran estos eventos y jamás fuera a pasar el dolor, sin embargo pasa más rápido de lo que ellos mismo imaginan.

La experiencia en el amor es fundamental como en muchas otras cosas, el o la adolescente tendrá que besar a muchos sapos antes de encontrar su príncipe azul, es importante que no se deje llevar por la desesperación si éste tarda en llegar, después de todo la historia de su vida amorosa apenas empieza. Es mejor esperar a que alguien nos ame por lo que somos y no entregarnos a quien amamos pero no nos ama por el miedo a la soledad, porque el precio sería perderse a sí mismo.

“Se sigue viviendo aunque perdamos a quien no nos ama, pero no podemos vivir si nos perdemos a nosotros mismos”.

Formas De expresar el amor en la adolescencia

¡Te quiero!

No todo es cuestión de fuerza. ¿Cómo decirle al destinatario de tus primeros suspiros de amor cuánto anhelas tenerlo a tu lado? ¿Cómo decirle que una fiesta no tiene sentido sin su compañía? ¿Cómo compartir una canción, un paseo…una ilusión…?

En momentos así suele funcionar el antiguo método epistolar: valen las cartitas de amor al estilo tradicional con letra apretada y nerviosa que un amigo desliza anónimamente bajo la puerta, o los modernos chat, email o mensajes al móvil. En todos los casos el efecto es el mismo, decir lo que pensamos sin dar la cara. La razón de tanta timidez no es el temor físico a una persona, sino a una respuesta negativa que lacere en el terreno emocional y espiritual.

Pero el camino para ganarnos la atención del otro pasa por enfrentar esos temores y por fortalecer el contacto, única vía para compartir inquietudes y sueños, y demostrar cariño y respeto.

Una forma de lidiar con esa timidez de la adolescencia es acercarnos al otro como un amigo más, creando un ambiente que permita compartir espacios, intereses y tiempo. Reserva tus emociones y declara tu amor en un segundo momento, cuando estés seguro de que la persona que has elegido vale la pena y también tengas claro qué tipo de relación te interesa mantener con ella. No te dejes llevar por una cara o un cuerpo bonitos, esos amores no siempre resultan como esperamos.

A pesar de ese pertinente preámbulo, no declines en tus intenciones ni digas adiós a tus anhelos de tener cerca a quién te ha llenado el alma de ilusiones. Tampoco demores demasiado en lanzar la flecha, recuerda que tu ave podría tener otros cazadores al acecho y en todo caso, tampoco esperará toda la vida posada en la misma rama.

¡Te amo!

No hables más de la cuenta, no presumas de conquistas ni aventuras románticas, suele suceder que no todos los que te escuchan son amigos verdaderos y en ese caso, en lugar de admiración, podrías despertar envidias, celos y resentimientos que lograrían dinamitar tus relaciones de pareja de manera inesperada.

Si fracasas, no importa, de los errores se aprende, y solo quien se equivoca conoce el valor de elegir correctamente.

Se dice que en materia de amores, el tiempo todo lo cura, pero siempre habrá recuerdos que defender del olvido, a fin de cuentas, como dijo la poetisa cubana Dulce María Loynaz, Premio Cervantes de Literatura, “…el mañana es tan solo el hoy muerto…”.

Del enamoramiento al noviazgo

Llega un momento en que los enamorados se percatan de que el encuentro y el enamoramiento se vuelven insatisfactorios y, por lo mismo, insostenibles; se percatan también que hay algo que pertenece a ambos y que puede llamarse “nuestro amor”. Es un amor común que anhela crecer y que para ello necesita la voluntad, la decisión, el acuerdo y el consenso de ambos.

Es entonces cuando se pasa de la fase del enamoramiento a la de prueba o noviazgo.

El noviazgo es el periodo en que un hombre y una mujer mantienen una relación amorosa

Durante el enamoramiento, la voluntad permanecía pasiva; sin embargo en el noviazgo la voluntad y la inteligencia se reactivan. Ahora no se trata de gozar el sueño, ahora de lo que se trata es de ver si es posible en la realidad. El noviazgo es un periodo de prueba en la que ambos ven si se convienen o no, si pueden o no mantener la relación.

Lo propio de la fase del enamoramiento es sentir los dinamismos yo contigo, sólo contigo, para siempre contigo; lo propio de la fase del noviazgo es ver cómo, cuándo y de qué manera pueden ponerse por obra.

En el noviazgo el carácter del amor es gratuito, no se debe, surge gratuitamente. Es algo que sucede y aunque es maravilloso no se puede remediar, brota gratuitamente, y aunque los novios toman decisiones conjuntas para poder sostener ese amor, aún no se lo deben.

La atracción física no es suficiente para enamorarse. El enamoramiento abarca a la persona total, cómo es, cómo habla, cómo camina, qué dice, su nivel de seguridad y confianza en sí misma, su capacidad de escuchar, de entender y de aceptarse tal cual es, sin miedo a no agradar a los demás.

En realidad las personas se enamoran de quienes les gustaría ser, a veces hasta de sus amigas o amigos del mismo sexo.

En este sentido no afecta la sexualidad normal porque se trata de un amor platónico, que la gran mayoría de las veces no se concreta sexualmente. Es que para los adolescentes el amor romántico y la atracción sexual están disociados y unir estas dos instancias exige una maduración que muchas veces no se logra.

El primer amor suele ser maravilloso y devastador. El sufrimiento y el placer que provoca atormentan y obnubilan, dejando escaso margen para hacer otra cosa.

Se pierde la noción del tiempo y la percepción se distorsiona porque sólo vemos lo que queremos ver, a una persona idealizada que en realidad no existe.

Sin embargo, todos tenemos la capacidad de sobreponernos al primer amor, que marcará una etapa de nuestra vida que jamás se repetirá y que aunque deje una huella dulce y amarga a la vez, nos servirá para aprender a no disociar y poder amar humanamente a una persona total.

PARTE 2

El primer amor en la adolescencia

Resulta que un día descubres que tu compañero (a) de clase o tu vecino (a), o tu amigo (a) no es tan feo (a) como creíste, descubres que tiene ojos bonitos, que su figura es muy agradable, que cuando habla siempre hace el mejor comentario, que usa la ropa del momento y que sólo a el (ella) le queda, que es guapísimo (a) y cada vez que se acerca, tu corazón late a mil por hora, te sudan las manos, sientes mariposas en el estómago, flotas, te sonrojas, quieres verte mejor que nunca y tan sólo al oír su nombre suspiras.

En la adolescencia parece como si el reloj biológico despertara el primer amor. Es como si los adolescentes estuvieran enamorados del amor. Al principio idealizan y fantasean sobre quién les atrae sin ir más allá, porque en el fondo existe un cierto temor al contacto directo. Esta práctica imaginativa constituye un entrenamiento previo a la vivencia. Lo mismo sucede con las fantasías sexuales que le ocasionan mucha atracción pero también numerosas angustias.

El adolescente se encuentra frente a un sentimiento desbordante y arrebatador en el que el deseo de estar con alguien y sentirse amada/o llega a ser tan absorbente que se generan conflictos: no respetan los horarios, ya no quiere compartir tiempo con la familia, etc. Lo cierto es que debemos respetar esta experiencia

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