ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Ceibo


Enviado por   •  31 de Mayo de 2015  •  Síntesis  •  473 Palabras (2 Páginas)  •  236 Visitas

Página 1 de 2

El ceibo

La tarde moría.

Caía lentamente el en lejano horizonte ocultando la gran estrella y dando paso a la hermosa luna.

La tarde moría mientras nacía una noche sin viento pero con estrellas.

Yo caminaba sola.

Sola por las desiertas calles de algún perdido lugar pero no importaba, no cuando la inmensidad nos vuelve codiciosos.

Y lo desee.

Porque lo vi.

Las verdes, gruesas y anchas hojas de un ceibo eran seductoras, pero aun más seductoras eran sus flores, esas flores rojas que invocaban pasiones tormentosas de labios de mujer.

Cuando la brisa acarició mi pelo, cerré los ojos como embriagada de un deseo de anhelo que no se podía contener.

Me llevé una mano a los labios, tocando suave imaginando que rozaba por ellos la flor del ceibo, con ese color sumamente atractivo e inverosímil.

La noche estaba sola, o yo estaba sola con ella, pero nada importaba.

Algo crecía fuerte dentro de mí, cuando recordé la historia ancestral de los labios de mujer.

¿Qué mujer no desearía tener una historia de amor? ¿Una donde el hombre sea lo que alguna vez deseó locamente?

Y al tener esa hermosa planta delante de mis ojos, lo desee, lo desee con un afán que casi segaba todo lo demás que también podía ver.

Así que desviándome de mi camino, fui por una flor.

Con una sutileza innegable, la arranqué e inmediatamente pasé la suave flor por mis labios.

A mi amante imaginé.

Era alguien que aun no conocía.

Alguien que era mi negro y mi blanco así como mí dicha, alguien tan mundano e insoñado que no podía entenderlo. ¿Cómo mi mente podía desear como amante a aquel extraño ser?

Entonces el viento se alzó.

Y la flor voló de mis manos hacia el medio de una calle vacía.

No podía dejarla allí, sola y desprevenida.

Caminé apurada pensando en el amante, ese amante que deseaba pero que no entendía porque.

Me agaché a recoger la flor y una voz susurrante me dijo:

“Ya no estarás sola”

Cerré los ojos y no vi el auto que venía.

Estallé en una explosión de dolor,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.8 Kb)  
Leer 1 página más »
Disponible sólo en Clubensayos.com