El Lore del Reino de Azathoth

El Lore del Reino de Azathoth

Advertencia, esta historia tiene contenido muy fuerte y violento. Se recomienda discreción.

En una época olvidada, en un pueblo enterrado bajo un manto blanco, perdido en el tiempo, quizás tan antiguo como las estrellas; allí nació en una pequeña casa y en un cruel invierno quien hoy es nuestra reina Aoi, la dulce y bella Aoi, inocente y frágil.

Nuestra reina una vez nos contó la historia de aquel pequeño pueblo olvidado por el sol donde las estrellas besan las altas montañas gélidas, Ayn era un pequeño pueblo donde no vivían más de cien personas. Cada cinco años se celebraba un ritual llamado “Azthoth”, donde se daba en ofrenda a los niños de seis años al dios con el mismo nombre. Los padres de Aoi estaban conscientes de que su hija sería sacrificada. Desde que tenía memoria la reina recuerda a sus padres diciendo cálidamente que su vida iba a ayudar a todos los del pueblo. El momento llegó. Los niños fueron arrastrados violentamente por los demás pueblerinos. Entre ellos estaba Aoi. Fueron amarrados para ser quemados vivos uno a uno. Aoi cuenta que jamás fue capaz de borrar los alaridos desgarradores de los pequeños al momento de ser incinerados. El turno de la pequeña había llegado. Y cómo si fuera cosa del destino. El fuego abrazó a Aoi pero ella no fue capaz de sentir nada, es más, el fuego evitaba el contacto con ella. Los pueblerinos quedaron horrorizados, y de forma brusca la encadenaron a una gran tronco. En ese momento Aoi sólo los veía con una mirada tranquila, quizás, había asumido su destino. La arrojaron al lago. Ella, parecía ser incapaz de moverse, pero ni siquiera luchó por liberarse, simplemente veía cómo se hundía hacia el fondo. Aoi cerró lentamente los ojos mientras sentía que un gélido aliento la abrazaba.

La reina despertó en un pequeño trono de hielo, viendo a su alrededor un manto blanco que cubría el horizonte. Aoi se levantó rápidamente y dos personas la tomaron de los hombros. Uno, con una mirada profunda y cósmica. El otro simplemente un campesino. La volvieron a sentar y enfrente de ellos tres apareció un ente, una divinidad todopoderosa. Ésta otorgó poderes a los individuos. A Aoi le dio el poder del hielo. A Astral el poder de los cielos y al campesino, Lafuente el poder de los mares. Desde entonces fueron entrenando sus poderes adquiridos. Cada siete días se reunían para discutir su progreso pero poco a poco dejaron de ir regularmente, el dios tomó forma física frente a Aoi, ahí le susurró su nombre, Psiko. Él de forma amable le explicó que les había arrebatado sus poderes a los demás, que no eran merecedores de su gracia. Fue entonces cuando le presentó a dos nuevos futuros compañeros. Nusska, una mujer muy atractiva y sensual. Estaba acompañada por un hombre cubierto de llamas, su nombre era Squall. Desde entonces Squall con la reina tienen una gran rivalidad debido lo opuesto de sus personalidades y poderes. Aoi cada vez progresaba más una vez acostumbrada a su nuevo don fue capaz de crear su propio reino de hielo. Un nombre que marcó su vida fue el nombre del ritual. Aunque para ella sólo era un recuerdo. Azathoth.

Encerrándose cada vez más en su reino, comenzó a distanciarse de sus dos compañeros, y su rivalidad pasó a ser resentimiento. Pasó casi una década recluida allí. Solo Wukong e Inari, un espíritu y un dios menor, estuvieron con ella durante todo este tiempo, sirviendo y protegiéndola de todo, ayudándole a erigir su castillo. Un día mientras caminaba por los lindes de su reino, divisó entre la niebla un caballo. El animal pasó galopando a su lado en dirección a su castillo, cargado con una gran cantidad de fardos, pero sin jinete. Al voltear vio en la nieve a un ser inconsciente, un Licántropo de pelaje blanco. Tiempo atrás ella habia hablado con su dios, el cual le había anunciado que su reino no permanecerá vacío mucho más tiempo, y que era su misión darle una segunda oportunidad a aquellos que él enviaba a sus tierras. De modo que Aoi tomó al ser en brazos, y lo llevó hasta su palacio, donde lo cuidó por una semana hasta que por fin despertó. No sabía qué es lo que su dios había visto en esa criatura, ni porque valía la pena salvarlo, pero decidió no desobedecer sus órdenes. El joven, confuso, juró lealtad a su salvadora. Y de ese modo uno tras otro llegaron a encontrarse con su destino. Segundo arribó Zombie, un astuto joven de las ciudades del Sur. Lo siguió Aily White, una hermosa joven, prodigio en sus tierras, pero huyendo de sus injustas obligaciones. Durante un invierno mucho más crudo de lo normal, llegó vagando Lucifer, un dios caído de tiempos ancestrales, sin propósito en el mundo.

-(La Cortesana)- The Queen is watching you.

-(Lucifer)-Vale tocará de nuevo a escondidas de aoi (._.)

-(inu)-:O

Pisko

Historia de Pisko:

Nusska

Historia de Nusska: Nusska, una mujer muy atractiva con la habilidad de transformarse rápidamente en animales

Lord Inu

Historia de Lord Inu: Luego de trabajar como mercenario en guerras lideradas por reyes con solo amor por el oro y el poder, decidió viajar al norte, buscando un nuevo inicio. Sus años de servicio lo habían provisto de una considerable fortuna, pero de nada le servía en las vastas e implacables tierras del norte. Un día, agotado y sin provisiones, cayó a un lado del camino, mientras atravesaba un inmenso bosque de pinos. Su caballo, libre de su peso, siguió su camino, y él sabía que destino le aguardaba llegada la noche. La nieve lo cubría todo. En lo que parecían ser sus últimos minutos, un movimiento desvió su mirada. Frente a él, mirándolo, se hallaba una joven, de piel clara y cabello negro, llevando sobre sí una piel de zorro blanco como atuendo. La joven le preguntó: “¿Quieres vivir?”. El tenía sus pulmones llenos de agua por el aire helado, por lo que solo pudo hacer un pequeño gesto antes de perder el conocimiento. Despertó, desorientado, en una sala hecha completamente de hielo. Estaba acostado sobre pieles de animales puestas a modo de cama. La joven estaba en un banquito de hielo, con la mirada fría posada en el. “¿Quien eres, y qué buscas aquí?”. Al verla como su salvadora, le contó su historia, y al terminar, ella se levantó. “Tal vez aquí encuentres lo que has estado buscando, si me ayudas a construir mi reino, podrás vivir en el”. Ante la confianza y seguridad que demostraba, el no pudo cuanto menos inclinarse

...