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El Príncipe Feliz


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2013  •  1.917 Palabras (8 Páginas)  •  296 Visitas

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EL PRÍNCIPE FELIZ

(La estatua del Príncipe Feliz se encuentra sobre un pedestal. Su traje y su corazón son de oro. Sus ojos son dos zafiros azules. En la espada tiene un enorme rubí. La multitud pasa frente a la estatua, la ven y salen de escena. Una madre y su hija se detienen a admirarla).

Niña: Mira mama, que hermosa estatua. ¿Cuál es su historia?

Mamá: Esa estatua del príncipe ha estado aquí por muchos años, y la gente cuenta varias historias de él. No sé si haya existido en realidad o sea solamente una leyenda.

Niña: Cuéntame lo que sabes.

Mamá: Se dice que fue un príncipe que vivía en un gran castillo que estaba en lo alto de una montaña. Su padre, el rey, era muy querido por sus súbditos debido a su bondad, y ya que su riqueza era tan grande, la compartía con todos por igual. Tanto el rey como el príncipe eran queridos y respetados por su pueblo… ¡Y eran tan felices! ¡Nunca había habido otro rey como el! Se dice que un día el rey enfermo y murió repentinamente, y que el príncipe al no poder soportar su dolor, murió al poco tiempo.

Niña: Oh, qué triste historia. ¿Y quién hizo esa estatua?

Mamá: La gente del pueblo reunió todo el oro y las piedras preciosas que el mismo rey les había regalado, y le hicieron esa estatua a su hijo como una forma de agradecimiento por todo lo que él había hecho por ellos. Y a la estatua la nombraron “El Príncipe Feliz”.

Niña: ¡Pues más que Príncipe Feliz…parece un ángel! ¡El también debió haber sido tan bueno como su padre!

Mamá: Eso dicen. Vamos hija, que es tarde.

(La mama y su hija salen de escena. Llega una golondrina y se coloca debajo de la estatua).

GOLONDRINA: Voy a quedarme aquí esta noche. Hay bastante aire fresco y buena altura y a los pies del príncipe dormiré en una alcoba de oro.

EL PRÍNCIPE está llorando. Exprime un pañuelo y caen gotas encima de la GOLONDRINA.

GOLONDRINA: ¿Eh? ¿Qué es eso? Está lloviendo. Este clima sí es raro. No había ni una nube en el cielo. ¡Ay! Otra gota. (Mira hacia la cara del príncipe) ¿Quién es usted?

EL PRÍNCIPE: Soy el Príncipe Feliz.

GOLONDRINA: Entonces por qué está llorando. Me está mojando.

EL PRÍNCIPE: Toda la vida yo era muy feliz y no conocía las lágrimas. Durante el día jugaba con mis compañeros en el jardín y en la noche bailaba en el gran salón. Alrededor del jardín había una pared alta y nunca preguntaba qué había más allá de la pared, porque todo era tan bello donde yo vivía. Los del palacio me llamaron el Príncipe Feliz y eso era cierto.

GOLONDRINA: ¿Pero por qué ahora está aquí en la plaza?

EL PRÍNCIPE: Porque ahora estoy muerto y me han hecho estatua y me han puesto aquí alto para ver toda la miseria en esta ciudad. Antes tenía un corazón humano. Ahora tengo un corazón de plomo, pero paso todo el tiempo llorando.

GOLONDRINA: (Al público) Y yo pensé que el corazón también era de oro.

EL PRÍNCIPE: Por allá lejos en un callejón hay una casa humilde Allí por la ventana abierta se ve una mujer sentada en una silla. (Entra LA MUJER) En un rincón está acostado su hijito que está enfermo. (Entra HIJITO) Tiene fiebre y está pidiendo naranjas. Ella es tan pobre que solo tiene agua del río para darle a su hijo. Golondrina, por favor, llévala mi corona de piedras preciosas para que el niño no llore más. Mis pies están pegados aquí en la columna.

GOLONDRINA: Pero me están esperando en Egipto. Todos mis amigos están reunidos a lado del Río Nilo y vamos a visitar las Pirámides.

EL PRÍNCIPE: Golondrina, Golondrina, por favor quédate conmigo una noche y sé mi mensajero. El muchacho tiene mucha sed y la mamá está muy triste.

GOLONDRINA: No sé. Casi no me gustan los muchachos. Siempre me están tirando piedras, además, ya está haciendo frío.

EL PRÍNCIPE: Seguro esta noche no sentirá el frío.

GOLONDRINA: Bueno, por una noche puedo quedarme y ser su mensajero.

EL PRÍNCIPE: Gracias, Golondrina.

GOLONDRINA coge la corona del príncipe y vuela por encima de la ciudad y llega a la casa humilde. Deja la corona con la mamá, dormida en la silla. Vuela alrededor de la cama del niño, echándole fresco con sus alas hasta que queda dormido. Después regresa al PRÍNCIPE.

GOLONDRINA: Bueno, misión cumplida. En verdad no he sentido nada de frío esta noche.

EL PRÍNCIPE: Es porque has hecho una obra muy buena. (Se quedan dormidos)

Salen la mamá y su hijito.

GOLONDRINA: (Despertándose) Bueno, hoy sí voy para Egipto. ¿Tienes algún encargo por allá?

EL PRÍNCIPE: Golondrina, Golondrina, ¿no puedes quedarte una noche más?

GOLONDRINA: Pero mis amigos me esperan en Egipto. Hoy seguramente van a visitar la esfinge.

EL PRÍNCIPE: Más allá, al otro lado de la ciudad veo un estudiante joven sentado a una mesa con muchos papeles.

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