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El Relieve


Enviado por   •  12 de Febrero de 2015  •  2.401 Palabras (10 Páginas)  •  263 Visitas

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Tipos de relieve[editar]

Los tipos de relieves dependen de la forma en que las figuras representadas se adosan al muro que los contiene y en la forma en que se reduce la profundidad para representar la tercera dimensión; y por tanto, en cuánto se limita a la frontalidad el punto de vista de su contemplación. Cuanto más "alto" es el relieve, menos se reduce la profundidad y más se esculpen las figuras la totalidad de su contorno, excepto en la parte que están adosadas al fondo, de modo que es posible la contemplación desde varios puntos de vista; cuanto más "bajo" es el relieve, más se reduce la profundidad y menos contorno se esculpe, de modo que los puntos de vista para su contemplación se limitan hasta reducirse al frontal.

Relieve hundido: la imagen se talla en el mismo bloque del material que le sirve de soporte (piedra, cristal o madera), creando un volumen "interior", donde la materia circundante se desgasta para dejar resaltada la imagen. El punto de vista para su contemplación sólo puede ser frontal.

Bajorrelieve o bajo relieve: las figuras sobresalen del fondo menos de la mitad; la tercera dimensión se comprime, quedando a escasa profundidad, como ocurre necesariamente en los trabajos de numismática. Aunque no es usual, el bajorrelieve puede mostrar algunas partes destacadas de una figura, rostros e incluso algunos cuerpos, en relieve natural.

Mediorrelieve o medio relieve: las figuras sobresalen del fondo aproximadamente la mitad.

Altorrelieve o alto relieve: las figuras resaltan más de la mitad de su grosor sobre su entorno.

Medio bulto: las figuras se esculpen en la totalidad de su contorno, excepto en la parte posterior, que queda adosada al muro. La representación de la profundidad en la tercera dimensión es completa o con una reducción mínima.

Hueco Relieve: Tipo de relieve en el que la representación de las figuras se consigue mediante la incisión de sus contornos. Suele emplearse en los exteriores, para que las sombras generadas por la luz contribuyan a la percepción de la obra. Es característico del arte egipcio.

No se consideran relieves las esculturas de «bulto redondo», donde las figuras están completamente exentas, esculpiéndose en la totalidad de su contorno. Se las identifica con la estatuaria.

Relieve hundido: templo de Kom Ombo (Egipto)

Bajorrelieve: Horus y Sobek en Kom Ombo.

Mediorrelieve: imagen de Bes en Dendera.

Altorrelieve (figuras laterales) y medio bulto (la central): tríada de Micerino.

Elaboración de un relieve[editar]

Pasos en la construcción de un relieve.

Esquema de Altorrelieve

Dibujamos el modelo a representar desde el punto de vista elegido y con el encuadre que decidamos.

Preparamos una plancha de barro para el fondo (real o imaginario) de la escena, paralelo al plano de representación. Sobre esta placa calcamos el dibujo.

Para representar el plano horizontal de la base contruímos un plano inclinado a partir del cual generaremos todo el relieve. La inclinación que le demos a ese plano determinará la profundidad del relieve.

Mediante una retícula, o cualquier otro sistema, trasladamos las bases de los objetos a nuestro plano horizontal (ahora inclinado). Deberemos tener en cuenta que por efecto de la perspectiva las paralelas de las bases aparecerán fugadas (convergentes hacia los puntos de fuga).

A partir de las bases dibujadas levantaremos los objetos de la composición cuidando de que las verticales sean paralelas al fondo.

El plano horizontal superior de los objetos será también un plano inclinado, pero su inclinación será convergente hacia el punto de fuga con el plano de la base. El dibujo que hemos hecho previamente unido a las aristas verticales nos darán la pauta de los vértices de estos planos y por lo tanto de su inclinación.

Ejemplos[editar]

Son famosos ejemplos de relieves a lo largo del mundo son los siguientes:

El Altar de Pérgamo, en Museo de Pérgamo, de Berlín.

Los leones y animales fabulosos de la Puerta de Ishtar, Babilonia.

Los realizados en pilonos y muros de los templos del Antiguo Egipto.

El conjunto monumental de Angkor Wat en Camboya.

El León de Asoka, símbolo nacional de la India.

Los Glifos Mayas.

El monumento a la Confederación en Stone Mountain, en Georgia (Estados Unidos).

El templo de Borobudur, en Java, Indonesia.

Los llamados Mármoles de Elgin extraídos por éste del Partenón, ahora expuestos en el British Museum de Londres.

EL RELIEVE EN LA ESCULTURA.

El relieve es la técnica escultórica en la que las formas modeladas o talladas resaltan respecto a un entorno plano. A diferencia de las esculturas de bulto redondo (que se esculpen reproduciendo su relieve o profundidad natural), los relieves están integrados en un muro, generalmente, o en caso de ser arte mobiliario, al soporte que los enmarca.

Los relieves son muy comunes, particularmente, como decoración exterior de los edificios monumentales, como los templos. El friso del orden corintio se suele decorar con bajorrelieves, mientras que el alto relieve puede verse en los frontones de templos clásicos, como el Partenón.

Los relieves pueden usarse para representar una escena aislada o ser parte de una secuencia narrativa. A pesar de las limitaciones técnicas que impone la disminución de la tercera dimensión que les es propia, el detalle con que se esculpen o modelan puede llegar hasta mostrar los detalles de la musculatura.

Las clases de relieves dependen de la forma en que las figuras representadas se adosan al plano que los contiene y en la forma en que se reduce la profundidad para representar la tercera dimensión; y por tanto, en cuánto se limita a la frontalidad en el punto de vista de su contemplación. Cuanto más alto se ha de colocar el relieve, menos se reduce la profundidad y más se esculpen las figuras la totalidad de su contorno, excepto en la parte que están adosadas al fondo, de modo que es posible la contemplación desde varios puntos de vista, cuanto más bajo se coloque el relieve, más se reduce la profundidad y menos contorno se esculpe o modela, de modo que los puntos de vista, para su contemplación se limitan hasta reducirse al plano frontal. El punto de vista para su contemplación sólo puede ser frontal.

Clases de relieves:

Bajorrelieve o bajo relieve: las figuras sobresalen del fondo menos de la mitad; la tercera dimensión se comprime, quedando a escasa profundidad.

Mediorrelieve o medio relieve: las figuras sobresalen del fondo aproximadamente la mitad.

Altorrelieve o alto relieve: las figuras resaltan más de la mitad de su grosor sobre su entorno.

Medio bulto: las figuras se esculpen o modelan en la totalidad de su contorno, excepto en la parte posterior, que queda adosada al muro.

He realizado trabajos de alto relieve de medio y bajo relieve que expongo a continuación. El alto relieve se encuentra situado en la parte alta de un pilar renacentista; las figuras que lo componen resaltan más de la mitad de su grosor por lo que pueden ser observadas desde cualquier lugar.

Con respecto al medio relieve, hay una doble interpretación, en cuanto a su creación. En algunas el modelado concibe las figuras dándoles la forma redondeada, en otras siguiendo los consejos del gran escultor Juan Corredor Martínez, las figuras deben ser lo más planas posibles y los bordes que se dirigen al plano que las sujeta, totalmente perpendiculares. Un modelo se encuentra en los murales, en bronce, de Juan Corredor, situados en el puente de la autovía de Granada dirección al pueblo de Armilla.

Previamente, a la realización de cualquier relieve, es necesario hacer algunos bocetos.

Lo peculiar del relieve es que, tridimensional como toda escultura, carece sin embargo de parte posterior. El relieve constituye una de las partes esenciales de la historia de la escultura, y tiene que ser considerado aparte, tanto por el tratamiento de las superficies como por la ordenación de los conjuntos. Buena parte de las esculturas aplicadas a los edificios no son sino relieves. Tímpanos, frisos, capiteles y estatuas de nichos son en realidad altorrelieves, ya que no podemos ver el dorso que, por lo demás, casi nunca está verdaderamente tallado.

El relieve es un saliente a partir de un plano de fondo, que muchas veces es el mismo muro del edificio. Pero existe asimismo el relieve en rehundido, excavado, como insertado en un nicho.

Los relieves se clasifican por su resalto y también por la ordenación de los planos. El altorrelieve viene a ser una escultura de bulto completo que toca el plano de sustentación [FIGURA 1]. Otras veces se presenta como una figura cortada por la mitad; finalmente, el bajorrelieve tiene un grosor inferior a la media figura. El altorrelieve se usa en las partes elevadas de los edificios y el bajorrelieve en las inferiores.

Un relieve es algo así como una escena que ha de ser ordenada. En el curso de la historia han existido diferentes medios de representación comunes a la pintura y a la escultura. Se trataba de determinar de alguna manera la colocación de las figuras en el espacio. Esto se puede efectuar de una manera convencional, que se denomina sistema «conceptual», [FIGURA 2] o, por el contrario, acogerse a una representación óptica basada en la visión humana, la «perspectiva».

Hasta los tiempos clásicos predominaron los procedimientos conceptuales. En Oriente privó el sistema «procesional», para escenas militares o litúrgicas. No hay sino una fila de personajes, todos en el mismo plano y dirección, formando lo que se llama «serie». El formato del relieve es apaisado, y el saliente poco pronunciado [FIGURA 3]. Y cuando intervienen otros elementos, como edificios o montañas, se distribuyen en altura, a veces por fajas. Son estas capas las que expresan la distancia; el tamaño es indiferente, pues una casa puede tener la misma dimensión que una persona. La ocupación del espacio en profundidad se indica por la repetición. Para la representación de un grupo la serie insiste en el mismo motivo: un carro de guerra tirado por caballos se representa por una seriación oblicua de cabezas y patas, todas iguales. Esto es ya una penetración hacia el fondo.

El formato vertical se presta para la representación enumerativa. En los temas de lucha, en vez de reunir en una sola escena y en un plano todo el conjunto, se van sumando hacia arriba las escenas, con un ritmo en zigzag o helicoidal. Los romanos adoptaron muchas veces este procedimiento, usando como línea de apoyo el propio suelo. A lo largo de la Edad Media se prefirió el sistema de distanciamiento por medio de pisos paralelos o registros.

Para expresar el espacio se usaban también sistemas híbridos y contradictorios. Así, en Bizancio, se empleó la perspectiva «inversa». Al planismo de las figuras se sumaba la perspectiva que ofrecían los objetos, tales como mesas, sillas y bancos. En vez de converger hacia el fondo, lo hacían en sentido opuesto, como si el espectador estuviera detrás. Los personajes situados en la parte inferior son menores que los de la parte superior, que se supone más alejada. La convergencia y el tamaño obedecen a convencionalismos que tienen que ver con motivaciones simbólicas. La figura sagrada es de mayor tamaño que las demás.

Otro principio de ordenación conceptual es el radiado, usado en la India. Las figuras convergen en forma de rueda en un punto central, conforme al principio dinámico impuesto por la religión.

Griegos y romanos comenzaron a usar la perspectiva que se ajusta a los principios científicos de la «pirámide óptica», en que los rayos llegan hasta la pantalla de la retina rectos y convergentes. Cualquier intersección de esta proyección convergente determina un relieve o un cuadro.

Los romanos no aplicaron una convergencia sino varias, a lo largo de un eje vertical, con lo cual se obtiene una disposición denominada espina de pescado. Otras veces la convergencia no se realiza sobre un eje, sino sobre una «zona» más o menos central. Pero es difícil advertir este hecho; en la apreciación rápida la obra parece tener una convergencia perspectiva en un solo punto.

Durante la Edad Media se utilizó la perspectiva basada en la convergencia, pero con arreglo a la llamada «vista de pájaro» o perspectiva caballera. Las figuras se sitúan en diferentes filas, bien visibles debido al punto de observación alto.

El influjo de la ciencia fue imponiendo durante el Renacimiento el sistema óptico. Pero hay que recordar que la perspectiva del arte ha sido siempre «artfitialis», en oposición a la científica, que es la «naturalis». Fue Alberti quien formuló hacia 1453 las características de la perspectiva para artistas. Valiéndose de la geometría de Euclides estableció en la representación un punto central de convergencia, según el modelo de la visión humana. Como consecuencia de ello los objetos disminuyen progresivamente. Los pintores hacían resaltar en sus cuadros la convergencia con una adecuada representación de elementos arquitectónicos.

En escultura existen menos recursos que en pintura para plantear la representación en perspectiva. En la visión natural, los objetos lejanos no sólo se perciben más pequeños, sino también con menor claridad, y el efecto de relieve disminuye. Hay que sumar a esto la interferencia del aire, que enrarece la visión. Los pintores consiguen el efecto de lejanía con la perspectiva «aérea», que consiste en esfumar formas y colores.

En los relieves el escultor expresa el efecto de distancia acudiendo al aplastamiento del resalto. La focalidad y la degradación del saliente ofrecen toda una gama de variantes que constituyen un terreno fecundo para las soluciones individuales. En efecto, son muy escasos los relieves con un riguroso punto de fuga, muy a menudo tienen dos o más. Basta con seguir la trayectoria de los edificios para hallar estos focos.

Los romanos usaron ya el sistema de ir amortiguando el saliente de los planos para sugerir el efecto de distancia. Normalizaron la representación, de suerte que puede hablarse de relieve con tres o cuatro planos [FIGURA 4]. En las Puertas del Paraíso del Baptisterio de Florencia llegó Ghiberti al llamado relieve «pictórico». El rebajamiento no se obtiene por planos sumables, sino de forma continua. Si las figuras del primer plano son de bulto completo, las del fondo son meras incisiones. [FIGURA 5]. El afán de aproximar escultura y pintura es un desafío a la técnica. El ideal del pintor consiste en sugerir la lejanía en una superficie que sólo tiene dos dimensiones. La respuesta de los escultores italianos fue el relieve «schiacciato», con el espesor de una lámina de mármol, que ha dado lugar a verdaderos cuadros esculpidos [FIGURA 6].

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